Julio López
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Una celebración indígena en la escuela
Por Fuente: prendiversidad@gmail.com - Monday, Jun. 14, 2010 at 8:15 PM

El Año Nuevo de los Pueblos Originarios

En el año 2004, la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobó la Ley 1550, cuyo texto expresa:

Artículo 1º.- - Institúyase el día 21 de junio como "Año Nuevo de los Pueblos Originarios".

Artículo 2°.- Justifíquese la inasistencia a los alumnos y docentes de todos los niveles y modalidades de la Ciudad de Buenos Aires, siendo único requisito la manifestación escrita de los responsables de los niños.

Artículo 3º.- Comuníquese, etc.

Este logro fue el resultado de la presentación de un proyecto a cargo de los alumnos de la Escuela Nro. 23 del Distrito 11, cuyo director, Enrique Samar, nos manifiesta que la ley no ha tenido la difusión que habitualmente se da, dentro del sistema educativo, a resoluciones de esta categoría.

Pero vayamos por partes.

Sabemos que el calendario gregoriano sitúa al 1 de Enero como comienzo del año.

Para las comunidades indígenas de nuestro territorio, el Machaq Mara, Mosoq Wata, Inti Raymi, Wiñoy Xipantu o Año Nuevo Natural, ocurre entre el 21 y el 24 de junio, época del solsticio de invierno en el hemisferio sur, cuando los rayos solares caen directamente sobre el trópico de Cáncer. A partir de allí recomienza un ciclo natural donde se suceden lluvias, momentos de sequía, nevadas, tiempos de siembra, cosechas, cambio de pelaje de los animales, caza de especies que regresan de sus migraciones, etc.

Los mapuches refieren: ” Wiñoy Xipantu es el momento en que se produce la noche más larga del año y el sol comienza a volver a este punto de la tierra, lo cual señala el término de un ciclo de tiempo y el reinicio de uno nuevo. Es el Año Nuevo Natural en nuestra tierra, hecho que sucede en este punto específico del planeta y alcanza e incluye el conjunto de elementos físicos y biológicos que aquí existen. Nosotros somos parte de este momento”

Una de las grandes diferencias entre la “cultura occidental” y la de los pueblos originarios es que la primera posee un carácter antropocéntrico: el hombre se considera el centro del universo, “el rey de la Creación”. Las culturas indígenas, en cambio, son cosmocéntricas: la naturaleza es indisoluble del hombre, quien forma parte de la misma, la protege y respeta, tal como se siente protegido y alimentado por ella.

Los indígenas viven el Año Nuevo Natural consustanciados con el cosmos y lo manifiestan con distinto tipo de ceremonias que expresan el nuevo despertar de la vitalidad de la tierra.

Las comunidades del noroeste llaman Inti Raymi a este momento. Pasan la vigilia del 20 al 21 de junio sentados en círculo alrededor de hogueras que ayudan a calentar los cuerpos y comidas que se comparten. Lo central es la escucha de los “mayores”, quienes transmiten su sabiduría.

Como en la totalidad de su cultura, el espíritu comunitario impregna estas vivencias. El sentarse en círculo no es un capricho. Ésa es la única geométrica en la que todos los puntos del perímetro se encuentran equidistantes del centro. Allí nadie es más que otro, y al mismo tiempo cada uno conforma el todo comunitario.

Parados en nuestra formación tan teórica y alejada de la naturaleza, nos preguntaremos cómo logran identificar las comunidades rurales el tiempo preciso en que se produce este fenómeno astronómico.

Desde hace unos 10000 años, entre Alaska y Tierra del Fuego, sus ojos se dirigen hacia el oriente, hasta que aparecen sobre el horizonte determinadas constelaciones de estrellas que señalan que el instante ha llegado. Es cuando los mapuches dicen: “Kiñe xecan wiñotuy antev: a paso de gallo vuelve otra vez el sol”

Este año 2010 el 21 de junio es feriado por correrse la celebración del Día de la Bandera. Pero sería una pérdida pedagógica dejar pasar inadvertido el Año Nuevo de los Pueblos Originarios. En este tópico convergen numerosos contenidos (según nivel y ciclo) de Ciencias Naturales, Sociales, Lengua, Matemática, Educación Artística, etc. La originalidad de la cultura indígena posibilita crear estrategias didácticas con actividades atractivas que rescaten el patrimonio cultural originario y lo integren en la construcción del aprendizaje.

La Ley de Educación vigente (26.206) subraya la necesidad de la educación intercultural. Este concepto expresa algo radicalmente distinto al hecho de folcklorizar la cultura indígena o mirarla desde una posición “superior”.

El prefijo “inter” implica que los términos que se ponen en contacto poseen igual rango de valor. Esto significa que los alumnos de ascendencia indígena que transitan nuestras aulas son portadores de conocimientos ancestrales valiosos que pueden enseñarnos.

Tal vez algún lector piense :… “pero no hay indígenas en mi escuela”… Si, los hay. Lo que sucede es que tras siglos de humillación ocultan su identidad. Los padres se avergüenzan de manifestarla cuando los inscriben, y no hablan con los hijos en su lengua materna “para que aprendan a hablar bien”.

Las migraciones internas desde las provincias y otras procedentes de países limítrofes nos han traído chicos de cara morena, pelito duro y (como los mocovíes y guaraníes) ojos maravillosamente dulces. Está en nosotros el recibirlos como sujetos de una inmensa dignidad. Casi 518 años es demasiado tiempo para mantener su exclusión y exterminio por el acoso de terratenientes, grandes empresas, enfermedades y miseria. Como docentes, tenemos la gran oportunidad de contribuir a reparar tanta injusticia.

… y como dicen mis hermanos indígenas, si llegaste hasta aquí, gracias por leer mis palabras.

Prof. Rosa Poli Amengual

Asesoramiento gratuito a Equipos de Orientación Escolar
y a escuelas públicas

aprendiversidad@gmail.com

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