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Vargas Llosa y el Nobel de Literatura: Un premio a los renegados de siempre
Por Carlos Petroni - Friday, Oct. 08, 2010 at 12:46 PM

Vargas Llosa y el Nobel de Literatura: Un premio a los renegados

8 de octubre de 2010
Premio Nobel de Literatura 2010: Vargas Llosa, el “Neoliberalismo Democrático” y una flor para los Renegados de siempre

Por Carlos Petroni

No puedo decir lo contrario: Vargas Llosa es uno de los mejores exponentes de la literatura Latinoamericana, particularmente del llamado “Boom de los 60” que nos dio figuras magistrales de la renovación literaria como García Márquez, Cortazar, Asturias, Carlos Fuentes, Ciro Alegría, Manuel Scorza… y tantos otros.

Si se quiere, Vargas Llosa fue una figura de segunda línea en aquellos momentos de la última renovación revolucionaria de la literatura en nuestro continente y el mundo y, debería decirlo, el movimiento mas importante desde el Surrealismo, del que tomo mucho prestado para innovarlo en el realismo mágico y la perversión temática. Pero una segunda línea de lo mejor de su época.

No fue para nada secundario que estos innovadores estuvieran influenciados por la Revolución Cubana (1959-68) y el movimiento de masas de Latinoamérica y el mundo las jornadas de Tlatelolco y el Mayo Frances (1968); el Cordobazo (1969); la muerte del Che y el ascenso revolucionario de la juventud.

Todos, incluyendo Vargas Llosa, cantaron loas a ese proceso insurreccionalista, algo que raramente se recuerda en los escritos contemporáneos de estos escritores. Después sobrevino la contrarrevolución cultural burguesa, los golpes de estado que sembraron el continente de muertos y desaparecidos y cuya etapa fue rematada ya en el ascenso de la “nueva democracia para ricos” del continente por el neo liberalismo de los Menem, los Portillo y Salinas, los Geysel y tanto otros.

Los intelectuales y escritores, clase media al fin, se acomodaron a las nuevas circunstancias. Algunos, como Vargas Llosa, se pasaron con armas y bagajes al campo del enemigo. No es de extrañar, Vargas Llosa era el eslabón más débil de una cadena productiva intelectual en términos político-culturales, y eso se registra con toda claridad en su producción literaria. Otros desaparecieron de la escena pública y los más se aferraron a un recuerdo somático, por lo demás estéril, de los 60 y 70 como García Márquez.

Vargas Llosa recorrió un largo camino de involución ideológica desde El Desafío (1959), Los Jefes (1959), la Ciudad y los Perros (1962, La Casa Verde (1966), Los Cachorros (1967); Conversación en la Catedral (1969) y comienza ese descenso intimista de odio familiar y chismosearía elegante que caracterizara a Pantaleón y las Visitadoras (1973) y La Tía Julia y el Escribidor (1977).

La critica feroz al fundamentalismo que hará en La Guerra del fin del Mundo (1981) es demoledora con la irracionalidad de la fe puesta en manifiesto en la manipulación de los conflictos campesinos en Brasil, aplastados a sangre y fuego por el establishment imperial brasileño al que en modo alguno exulta... aun.

Fue solo una preparación para su obra más vengativa, La Historia de Mayta (1984), basada en un supuesto anti-héroe, homosexual para colmo, que fracasa en la desidia social y las contradicciones insalvables del sectarismo.

Trotskista de los militantes estratosférico de J. Posadas del Perú, Mayta es presentado con la crueldad innecesaria y la virulencia magistral del que escribe para dejar una huella ética de lo que no se permite en política. Era toda una analogía simbólica. Quería en realidad dirigirse a los crímenes de Sendero Luminoso, y sus militantes, esa secta de sicópatas neo-maoístas que asoló su país como ninguno, asesinando por igual militares, policías, sindicalistas e izquierdistas y abrió las puertas al neo liberalismo súper-corrupto de Fujimori. Vargas Llosa, sin embargo no se atrevió a tanto y redujo su historia a la secta irredenta de Posadas.

Vendrán luego otras obras. Pero mas importante aun, su militancia publica, feroz por un neo liberalismo “con rostro humano” (como si este pudiese tenerlo) siendo candidato a la Presidencia contra Fujimori. Vargas Llosa fue derrotado en esa contienda.

Pero hagamos un poco de historia previa. En 1983 fue nombrado por el entonces Presidente del Perú, Fernando Belaúnde Terry, presidente de la Comisión Investigadora del Caso Uchuraccay, cuya misión era aclarar el asesinato de ocho periodistas que habían viajado a la aldea para investigar anteriores masacres en Huaychao, en las que sospechaban que podían estar involucrados elementos de las Fuerzas Armadas del Perú. A pesar de la evidencia, la comisión presidida por Llosa exculpo a los militares.

El escritor nunca se conmovió por el hecho que, más tarde, se demostrara su implicación en los asesinatos y algunos, como el general Clemente Noel Morán, fueron procesados y condenados a varios años de cárcel.

En 1987, ante los intentos demagógicos del gobierno aprista de Alan García de nacionalizar la banca peruana, Vargas Llosa se perfiló como líder político, encabezando la protesta contra esa acción. Inició su carrera política y se presentó como candidato a la Presidencia del Perú en 1990. Es de hacer notar que hoy día Vargas Llosa y el ahora de nuevo presidente del Perú, Alan García, comparte posiciones de derecha.

Durante gran parte de la campaña electoral de 1990, su candidatura se vio favorecida en las encuestas. El súbito crecimiento de la popularidad de Alberto Fujimori, quien hasta 15 días antes de la elección aparecía con menos del 10% de las preferencias, forzó una segunda vuelta electoral en la cual Vargas Llosa fue derrotado. Después de las elecciones, Vargas Llosa, con la valentía que caracterizaba sus convicciones, se instaló en Madrid, exiliándose de un pueblo que le había negado los honores del poder.

El gobierno de Alberto Fujimori quiso vengarse de su opositor y amenazó con quitarle la nacionalidad peruana, por lo que para evitar convertirse en un apátrida, a petición del escritor, el Gobierno español le concedió la nacionalidad española en 1993, sin que tuviera que renunciar a la peruana. Es miembro de la Real Academia Española y después de la caída de Fujimori, también de la Peruana.

Vargas Llosa calificó en 1990 como la dictadura perfecta al sistema político mexicano, con el neo liberal Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en la presidencia de México, dado en el contexto de más de seis décadas de predominancia del PRI en el gobierno, lo que le valió a Vargas Llosa tener que salir rápidamente de México para evitar un problema político. Después, Salinas le seguiría en el exilio por corrupción y acusaciones de su ligazón con el narcotráfico, que finalmente lo depositarían en una cárcel Mexicana.

Vargas Llosa es políticamente un neo liberal y mantiene vínculos con importantes ex-dirigentes de la derecha de varios países como José María Aznar (ex-jefe del gobierno español), Francisco Flores (ex-presidente de la República del Salvador) o Václav Havel, ex Presidente Checo.

Apoyo a partidos reaccionarios como Progreso y Democracia (2007) e hizo campana publica por el Pinochetista Presidente de Chile, Sebastián Piñera (2009). Como buen neo liberal de derecha pero “democrático” preside organizaciones de DDHH en Perú donde expone sin transar la “teoría de los dos demonios.”

En mi opinión, Vargas Llosa, cuyas atrocidades políticas y sociales no le inmutan, mostró nuevamente su gran talento literario cuando publico la novela la Fiesta del Chivo en el 2000.

El libro se ubica en la República Dominicana y narra el asesinato del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, y sus secuelas, desde dos puntos de vista con una generación de diferencia: durante e inmediatamente después del asesinato en sí, en mayo de 1961, y treinta años más tarde, en 1996.

En todo caso, la perversidad de la dictadura se le hace a los personajes de la historia, y al propio autor, un enrevesado ejercicio de la nostalgia de lo que fue y ya no es, de lo que paso a pesar de todo y de lo inevitable que es la decadencia, en el poder, y de los que luchan contra el. Subyace aquí el mensaje subliminal que comenzara con La Historia de Mayta: toda resistencia es inútil, toda decadencia inevitable.

Su hacha demoledora se enfrenta hoy a todos los populistas y semipopulistas contemporáneos. Denosta a Chávez, mortifica a Fidel (que lo ha llamado la expresión más clara de la literatura oligárquica) y desprecia al Kirchnerismo de quien opina que no es nada mas que una broma de la historia. No cumple sino, el escritor expuesto como critico, con las prédicas de lo mas atrasado del imperialismo. Hasta un novato en política podría advertir que ni Fidel (un león herbívoro en sus últimos años de vida) o Chávez (un comandante militar con pretensiones de político revolucionario) pudiesen significar un peligro serio para el capitalismo existente. Si algo son, son solo palabras.

Su ruptura casi simbólica con el pasado “izquierdista” de su juventud reside tal vez en la pelea a puñetazos que tuvo con García Márquez por asuntos de mujeres y la explicación que debe dar a menudo en sus cientos de ensayos y artículos sobre política que produce a diario. Es el “darling” intelectual de una derecha perimida, de la misma forma que fue un fan de la izquierda estalinista en sus anos primerizos, etapa de la que recuerda el filo de su ironía denostadora y sus prejuicios.

Nada de ello, sin embargo, menoscaba su obra literaria, monumental, ni su talento. Seria como afirmar que Jorge Luis Borges es un mal escritor porque sostenía que el régimen político perfecto para la Argentina era “una monarquía presidida por el Almirante Rojas”. Ni siquiera podría limarla una critica merecida a su vida y su obra misógina, en donde las mujeres son constantemente presentadas como versiones disímil de la prostituta irredenta, la oportunista sin principios o la manipuladora sin barreras y a quienes ha tratado en la vida como objetos de placer.

El Premio Nobel de Literatura lo obtiene Vargas Llosa por lo que es hoy: un vociferante crítico de los nuevos tiempos de la política Latinoamericana y un defensor de la crueldad del poder burgués con asomos de “ecuanimidad” al juzgar sus crímenes. No cabe la menor duda que no le dio el premio por un pasado destacable, ni por una obra que merece reconocimiento, sino por sus servicios a la corona del poder global actual.

Tal vez la mayor ironía del destino haya sido que su némesis García Márquez obtuvo el Nobel mucho antes que el (tal vez la razón de sus celos hacia el escritor y la verdad detrás del puñetazo), apreciando al menos la categoría en la que el mismo la obtuviera: como opción de reserva. Otros escritores mas talentosos y geniales que el como Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda u Octavio Paz también lo recibieron cuando aun la obra de Vargas Llosa no tenia la monumentalidad ni siquiera para ser reconocido como parte fundamental de la literatura Latinoamérica, ni hablemos universal.

Es, sin embargo reconfortante para el egocéntrico residente de Madrid, que otros escritores de gran valía, pero no con su foja de servicios para el neo liberalismo como Carlos Fuentes (y no se lea esto como un endoso a las ideas de un escritor que fue embajador cultural del PRI) hayan sido ignorados. Esa es la esencia del Nobel de Literatura: un ejercicio político de los que detentan el poder, detrás del trono del Comité de Estocolmo.

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Viernes 8 de octubre de 2010
Abuelas al Rincón del Nobel

Por Carlos Petroni

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lo leo y no lo creo
Por carlos aranda - Thursday, Oct. 14, 2010 at 5:21 AM
arandafer@hotmail.com 2791239 Lima

He leído en estos días un conjunto de opiniones curiosamente todas provenientes de Argentina donde se lee la inconformidad del premio Nobel a MVLL. Q común acuerdo para estar descontentos: o están molestos por el análisis al retroceso progresivo del gran país del sur, son izquierdistas del siglo pasado quizas, o porque no le dieron al grande Borges. Este abrumador disenso rioplatense desconcierta porque incluso un tal Andahazi afirma que MVLL no tiene méritos literarios, y los demás juran q es muy talentoso pero no le perdonan su neoliberalismo, pero de q se trata? de la mezquindad en su máxima expresión? de una retorcida, abyecta descalificación por pensar distinto q los trasnochados pro Chávez o Castro (o Kirchner, lo cual sería patético en extremo). Yo he renegado de algunas de sus posturas pero he disfrutado de su riqueza técnica, me ha complacido q sus ficciones sean tan "latinoamericanas" y pinta, delinea justamente lo que nos define: un conjunto de comunidades vecinas compitiendo a como ponerse la mejor zancadilla. Sin duda la baja pasión enceguece, en Francfort todos los argentinos invitados hicieron picadillo de MVLL, hablaron de era patética la elección !!!?? , q no representa a la literatura de latinoamérica (entonces sera a la Africa).Sin duda el escritor acertó cuando habló de la involución de la Argentina. No me sorprendería leer la opinión de Maradona acerca del "injusto Nobel 2010", quién junto con la adminstración Kirchner son el sino de los tiempos en ese bello país.
"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro", decía Einstein

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