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Pizarro, la historia de un desmonte emblemático
Por Telam - Friday, Dec. 17, 2010 at 8:17 AM

Buenos Aires, 16 de diciembre (Télam, por Alejandro San Martín).- Hace poco más de seis años, en un pequeño pueblo del noreste salteño que lleva el nombre del conquistador español Pizarro, se desató una lucha por la dignidad humana y la defensa del ambiente, episodio reflejado en el libro “Desmontar Pizarro”, que fue presentado recientemente.

La historia de Pizarro es la del abuso del poder, el desprecio hacia las comunidades originarias y criollas que desde hace incontables generaciones habitan esas tierras, y el afán de lucro por encima de cualquier valor.
“Quisimos que esta historia quedara por escrito, más allá de lo maravilloso que es la tradición oral, para que se pueda discutir y sirva para llevar el conocimiento de otros pueblos, de otras culturas”, dijo la periodista, Alba Silva, una de las mayores especialistas en el tema indígena, y autora del libro junto a otros referentes sociales y académicos.
Este episodio fundacional de las luchas ambientales se inició como consecuencia de una orden de un gobernador surgido en la democracia, Juan Carlos Romero, que desconociendo lo dispuesto por la Constitución Nacional, desafectó una reserva natural para vendérsela a empresarios inescrupulosos que sólo querían plantar soja.
La reserva de Pizarro, de 25.536 hectáreas, fue creada por decreto del gobernador de la dictadura militar, Roberto Ulloa -luego elegido en el período democrático- el 6 de diciembre de 1995, y desafectada y loteada a caballo del boom sojero, en 2004.
El libro, presentado en el salón Augusto Cortázar de la Biblioteca Nacional, refleja ese período intenso de marchas y contramarchas, e involucramiento de diversos actores de la vida nacional, desde activistas ambientales, pasando por el futbolista, Diego Maradona, hasta el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner.
Las páginas de “Desmontar Pizarro” llevan al lector hacia imágenes tan impactantes como aquella del niyatei -nombre que dan los wichí a lo que conocemos como caciques-, Simón López, sentado en el sillón de Rivadavia con las manos de Kirchner apoyadas sobre sus hombros.
En una foto que aparece en las primeras páginas de la publicación, se descubre al actor Ricardo Darín; al activista de Greenpeace, Emiliano Ezcurra, y representantes de la comunidad wichí, al ser recibidos por el mandatario en la Casa Rosada.
La historia de Pizarro tuvo y tiene tantos protagonistas, que es difícil abarcarlos a todos en una crónica, como el guardaparques, Eloy López, quien debió hacerse cargo del lugar, una vez que la Nación compró 4.237 hectáreas para crear un Parque Nacional.
“Más allá de las situaciones legales, de idas y vueltas, concluimos que es la primera vez que se crea un Parque Nacional a través de una demanda social, no como antes que se lo hacía echando gente”, precisó López durante la presentación.
Ese acuerdo con la Administración de Parques Nacionales (APN), en 2005, después de las luchas que tuvieron como actores principales a Greenpeace, la Universidad Nacional de Salta, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, los pueblos originarios y los criollos, entre tantos otros organismos y organizaciones, permitirá salvar este “ecotono” entre el chaco semiárido y la selva de Yungas.
Pero lo más importante, pese a que ya se perdieron miles de hectáreas de la zona original, fue que Pizarro dio el puntapié inicial para lo que fue la ley de presupuestos mínimos de bosques, y una bisagra para la integración y el respeto de los pobladores.
Tal como concluyó Gabriel Fernández, moderador de la presentación y jefe de redacción de la Agencia Télam, “los países que integran, crecen, y los que se cierran, decrecen. En `Desmontar Pizarro`, observé en forma directa un episodio de desarrollo de autoconstrucción, una historia tan real como el presente que vivimos”, concluyó. (Télam).-

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