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Juan Pistola, our man in the FBI
Por Dante Leguizamón - Wednesday, Mar. 02, 2011 at 11:05 PM

28-2-2011/ Córdoba quería una base de entrenamiento con ayuda del FBI. John Pistole, subdirector del FBI, participó de las gestiones.

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El Gobierno cordobés pretendió instalar una base de entrenamiento para grupos especiales de fuerzas de seguridad de todo Latinoamérica en alianza con el FBI, la DEA y el servicio secreto de los Estados Unidos. La idea fue convertir un predio de 23 hectáreas en la comuna San Roque, a 45 minutos de Córdoba Capital, en un polo de formación para combatir el crimen complejo.

Ayer este diario publicó un resumen de algunos de los vínculos entre la embajada norteamericana y la gestión de seguridad de los gobiernos de Juan Schiaretti y José Manuel De la Sota. Hoy se saca a la luz que aquella relación buscaba alcanzar su punto más alto de trabajo conjunto en un proyecto que estuvo a punto de concretarse en 2008 y, aunque posteriormente quedó trunco, todavía es un sueño a cumplir por la gestión de seguridad cordobesa.

El propio Alejo Paredes, jefe de la Policía de Córdoba, confirmó a este diario cuál era el objetivo, pero señaló que las agencias de inteligencia extranjeras sólo iban a aportar entrenadores. Sin embargo, fuentes de la Policía, Tribunales, del Gobierno nacional y dos fuerzas de seguridad federales reconocieron a este diario que el plan se fundaba en el modelo de entrenamiento norteamericano.
Día a Día reconstruyó la historia del proyecto que todavía está en la carpeta de Paredes, un obsesivo de la capacitación y un enamorado de los métodos norteamericanos de represión del delito.

El impulso de William. Un actor clave en el proyecto fue quien en el año 2008 era el hombre fuerte del FBI en la embajada norteamericana: William Godoy. Se trata del principal gestor de los cursos de capacitación que los cordobeses gozaban gracias al gobierno de George W. Bush y también de alguien que no se contaba entre los extranjeros más queridos por el Gobierno nacional.

Un paraíso para los tiros. Aunque la idea de una base de entrenamiento pueda parecer absurda, lo cierto es que surgió como una necesidad práctica. Cuando regresaban de sus viajes pagados por la embajada norteamericana, los policías cordobeses no tenían la mínima infraestructura necesaria para transmitir a sus compañeros las cosas que habían aprendido.

Basta hablar con algunos de los funcionarios cordobeses que conocieron, por ejemplo, la base del FBI en Quantico, Virginia, para entender cuál es el sueño para la comuna San Roque.

Enormes pistas de autos, polígonos de tiro, terrenos donde exigir al máximo el entrenamiento físico, ciudades simuladas donde practicar con total realismo situaciones de conflicto, pistas de aterrizaje para helicópteros y lo más actual en materia de tecnología está disponible en aquella base del norte.
Les damos el lugar. La idea cordobesa fue sencilla. Como construir un predio como el que se soñaba era económicamente imposible, se ofreció a la embajada un predio donde, con financiamiento del FBI, se montara una base de entrenamiento.

Para trasladar la idea convocaron a un alto funcionario de la embajada a Córdoba y lo llevaron, en el helicóptero de la Policía, a sobrevolar la comuna San Roque. Después se sentaron a esperar. Sabían que había una traba principal: el FBI es un organismo federal de otro país y de ninguna manera puede mantener relaciones con una policía provincial, sin autorización del poder central.

Gestión Pistole. El 21 de mayo de 2008 un hombre rubio, sajón, de gélidos ojos claros y porte de guardaespaldas le planteó el tema al por entonces ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Aníbal Fernández. Ocurrió en un salón privado de la embajada norteamericana, sobre la calle Colombia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El sajón buscaba autorización para el emprendimiento con sus amigos cordobeses, pero se encontró con el contraste entre la pasión cordobesa y la desconfianza del Gobierno Nacional.

Una fuente, que por entonces compartía con Aníbal Fernández la mesa chica de las discusiones sobre seguridad y hoy ha quedado fuera de la estructura del Gobierno de Cristina Fernández, presenció aquella reunión entre el prolijo hombre del FBI y su contracara latinoamericana. Con estas palabras resumió a Día a Día las conclusiones del funcionario K: “El ministro consideró que en realidad estaban preparando un centro de entrenamiento y capacitación de la DEA, con el apoyo de la embajada norteamericana”.

En las últimas semanas, el diario Página/12 difundió cables de Wikileaks que demuestran la desesperación de los norteamericanos por difundir sus cursos de capacitación. Cuando Pistole recibió la respuesta de Aníbal, escuchó como contrapropuesta que la base de entrenamiento (recursos incluidos) se realizara, pero no en Córdoba donde Fernández no tendría incidencia, sino en Capital Federal.

Y todo quedó en el Freezer. Después de aquel encuentro las cosas se estancaron. El Gobierno “K” aceptaba la validez del proyecto pero no parecía dispuesto a cedérselo a sus enemigos políticos.
Donde Paredes observaba la posibilidad de “prestigiar” la fuerza que dirige, desde la Nación vislumbran objetivos políticos a largo plazo relacionados con la buena relación entre la embajada norteamericana y Mauricio Macri y Juan Schiaretti.

Poco tiempo después de la partida de Pistole, el shock que generó en el mundillo político la aparición de Antonini Wilson y la valija llevó el proyecto al freezer.

Actualmente, personal de la Policía de Córdoba y la Policía Judicial ha impartido talleres de formación en la Policía Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires.

El predio de la Comuna San Roque sigue en manos del Eter.
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San Roque, la base y más formación

Para llegar al predio San Roque hay que ingresar a la comuna y dirigirse a un viejo cuartel militar que algunos vecinos llaman “el Cuartel Montonero”.

Una tranquera con un cartel que dice “Policía de la Provincia de Córdoba, Grupo Eter, prohibido pasar”, señala el lugar.

El sueño de la Policía de Córdoba es instalar allí un polígono de tiro donde entrenen todos los policías de la provincia y una pista de conducción similar a las de las bases norteamericanas.

De las tres construcciones que existen en el lugar una es una cuadra militar, la otra se utiliza como casa, donde habita la guardia permanente, y la tercera es usada como un edificio simulado, donde los efectivos practican con pistolas de pintura imitando situaciones reales.

Más capacitación. Además de los cursos en Estados Unidos, el personal de la Policía Judicial acostumbra tomar talleres dictados por la Policía Nacional de Francia y la Bundeskriminalamt alemana.
Lo mismo pasa con la Policía de la Provincia, que ha firmado convenios con una universidad italiana y ha enviado policías a realizar cursos de entrenamiento en otros países como Israel.

En el caso de la primera institución, es cierto que los cursos se distribuyen entre todos esos países, pero en el caso de la institución que dirige Alejo Paredes resulta evidente que la gran mayoría de los talleres y cursos que realizan sus integrantes en el exterior, están vinculados con los organismos de seguridad norteamericanos.

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