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PTS: canallada de derecha
Por antisionista - Monday, Aug. 08, 2011 at 11:12 PM

PTS de esto no se vuelve....decís que las movilizaciones de Israel están "en sintonía con los reclamos democráticos de la privamera árabe"... es eso reaccionario...Yo no vi a esos estudiantes movilizándose contra la ocupación, ni contra el bloqueo a Gaza, ni contra las masacres diarias del Estado de Israel a los palestinos... De esta no vuelven muchachos del PTS... Dejo la nota completa para que vean que no falsifico nada....

Estado de Israel
Los “indignados” llegaron al Estado de Israel

por: Miguel Raider
Viernes 5 de agosto de 2011


“La Plaza Rotschild es nuestra Plaza Tahrir y los políticos deben pagar por sus errores”, confesaba un joven estudiante de Tel Aviv en sintonía con los reclamos democráticos de la primavera árabe. El movimiento de “indignados israelíes” brotó como hongos bajo la lluvia. El incremento de los precios generó un movimiento de protesta social contra la carestía de la vida y el derecho a la vivienda, cada vez más inaccesible.
Todo comenzó hace semanas con un boicot a la compra de queso cottage, el queso de mayor consumo israelí, cuyos precios se elevaron un 40%. “El pueblo quiere justicia social” fue una de las consignas coreadas en las nueve manifestaciones simultáneas de más de 150.000 personas, un evento inédito en la historia israelí con epicentro en Tel Aviv, Jerusalén, Haifa, Ashdod y Beersheva.
La legitimidad de los reclamos fue apoyado por los trabajadores de los 265 municipios, quienes se solidarizaron paralizando las oficinas públicas y abandonando la recolección de residuos. Grupos de padres marcharon exigiendo la rebaja de los precios de las guarderías y los jardines de infantes públicos. Asimismo, los médicos y los asistentes sociales se movilizaron como vienen haciendo hace semanas por aumento de salarios. Aunque pequeña, resultó muy significativa la marcha en Nazaret que contó con la participación conjunta de manifestantes judíos y árabes. Hasta los colonos ortodoxos de los territorios palestinos reconocieron la justeza de las demandas, aunque advirtieron su oposición al carácter “izquierdista” del movimiento. Mientras una comisión de indignados se reunió con el presidente Shimón Peres, la Histadrut (central obrera sionista) se vio forzada a apoyar las demandas y a advertir sobre posibles medidas de fuerza.
Los indignados instalaron campamentos en el céntrico Bulevard Rotschild de Tel Aviv, en el Parque de la Independencia de Jerusalén y en las ciudades de Ramle, Beit Shemesh, Beersheva y Kfar Saba. La “revolución de las carpas”, como dio en llamar el periodismo, se funda en un movimiento social donde convergen estudiantes universitarios, jóvenes profesionales de las clases medias y una incipiente intervención de trabajadores, aunque apoyado por el 80 % de la población, como señaló el diario Haaretz.
Los estudiantes denuncian que el alquiler de una habitación aumentó a 1600 shekels, poco más de 465 dólares, elevándose un 533% en tres años, acompañando los exorbitantes precios de las propiedades, disparados por la especulación inmobiliaria. El hartazgo de las clases medias responde al peso oneroso de los impuestos (agua, combustibles, autos, etc.) con los que el fisco israelí financia el parasitismo de los judíos religiosos ortodoxos y las colonias y asentamientos en Cisjordania, una necesidad intrínseca al expansionismo sionista. Mientras el Ministerio de Vivienda y Construcción se dispone a construir un complejo de edificios en las colonias de Betar Illit y Karnei Shomron, las clases medias y los asalariados son privados del derecho a la vivienda.
Unidad entre trabajadores árabes y judíos
Los indignados denuncian la política neoliberal del gobierno derechista de Benjamín Netanyahu basada en privatizaciones, desregulación del mercado laboral y concentración de la riqueza en apenas 20 familias que monopolizan el 50% del mercado de valores.
Si bien la desocupación es baja (5,7%), la brecha social entre las clases más ricas y las clases más pobres se acrecentó con bajos salarios e infinidad de concesiones para los grandes empresarios.
La crisis ya cobró la dimisión de Haim Shani, segundo mandamás del Ministerio de Finanzas, a partir de las diferencias expresadas con Netanyahu y su superior, el ministro de Finanzas, Yubal Steinitz. La brecha se precipitó a raíz del pase de facturas entre el gabinete de ministros y el Tesoro israelí, que se opone a los suculentos subsidios suministrados a las grandes constructoras. Con poco tacto Netanyahu calificó de “ineptos” a los funcionarios de esa área, aspecto que encendió la ira de los indignados que exigen el derecho a la vivienda.
Shas, uno de los tres partidos que compone la alianza del gobierno, amenazó retirarse del poder ejecutivo, presionado por su base social compuesta por judíos mizrahis (orientales), la franja más pobre que compone la mitad de la población israelí.
Benny Gantz, jefe de la Fuerza de Defensa de Israel, cuestionó la posibilidad de recortar el presupuesto de defensa como una amenaza a la hegemonía militar del Estado judío en Medio Oriente.
Mientras, Netanyahu se vio obligado a postergar la visita a Polonia con la finalidad de persuadir al gobierno para que se oponga al reconocimiento de un Estado palestino ante la próxima sesión de septiembre de la Asamblea de la ONU auspiciada por la Autoridad Palestina, un escenario del que Netanyahu, Obama y el establishment norteamericano prefieren prescindir para evitar la exposición de sus posiciones reaccionarias.
Netanyahu se apoya sobre la política contrarrevolucionaria de las burguesías árabes que, tal como demuestra el régimen sirio de Bashar al Assad, se proponen aplastar las movilizaciones de las masas y sus demandas democráticas con cientos de muertos. No casualmente Benjamín Ben Eliezer, ex ministro de Trabajo, Industria y Comercio, ofreció asilo político a Hosni Mubarak, el dictador egipcio responsable de más de 800 asesinatos.
Con la crisis económica internacional como telón de fondo, el incremento de los precios y la pauperización de amplias franjas de la población israelí sienta las bases materiales para una potencial unidad entre los trabajadores árabes y judíos. Unidad subversiva que atenta contra las bases sociales del Estado sionista, fundado sobre la opresión nacional del pueblo palestino a partir de un ejército de ocupación y una política de colonización permanente. Sólo rompiendo con el sionismo, los trabajadores y los estudiantes judíos pueden avanzar en este sentido junto al pueblo palestino y las masas árabes para hacer efectivas todas sus demandas enfrentando las políticas reaccionarias del Estado de Israel, las burguesías árabes y el imperialismo norteamericano.
04/08/2011

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"antisionista"
Por Maestro - Tuesday, Aug. 09, 2011 at 12:07 AM

acá la única canallada de derecha sos vos, antisionista trucho.

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Una propuesta
Por Tawffiq - Tuesday, Aug. 09, 2011 at 1:12 AM

No hay por qué contraponer el movimiento de indignados israelíes a las luchas de los palestinos, más bien habría que poder plantear una perspectiva superadora en el camino de asegurar el Proceso de Paz, es decir, de asegurar la Hoja de Ruta.
Por lo tanto, se podría aprovechar la construcción de nuevos asentamientos de colonos en Cisjordania para reducir el cuello de botella habitacional y poder entregar las llaves de una nueva propiedad a toda esta juventud rebelde y democrática israelí. Algunos dirán que las tierras donde se construyen los asentamientos durante este mes de agosto son tierras palestina, pero...qué demonios, los palestinos podrían abandonar esa obsesión expansionista, retirarse a sus verdaderos territorios y permitir que los indignados israelíes puedan solucionar su problema habitacional.
Podría también el Estado de Israel aumentar el porcentaje salarial reclamado por los médicos del Estado. Para eso podría utilizar el dinerillo conseguido con el plan de obras públicas impulsado por B.Netanyahu desde hace 4 años con la construcción de carreteras para judíos, lo cual no sólo ha reactivado la industria de la construcción interna, sino que también ha abierto nuevos puestos de trabajo para el proletariado israelí de la industria constructora.
Por otra parte se podría aprovechar los beneficios del bloqueo marítimo a Gaza para explotar los recursos de la fauna marina, así como los recursos petrolíferos de la zona marítima, para incrementar las exportaciones de alimentos y crudos al resto de los países que comercializan con israel.
Otra buena propuesta podría ser la de dar un nuevo impulso a la industria armamentista israelí programando una segunda versión de la operación Plomo Fundido para la próxima celebración de Año Nuevo. Las toneladas de Bombas Racimo y de Fósforo Blanco que serían arrojadas sobre Palestina no sólo darían un nuevo impulso a la economía israelí hoy destruida por el neoliberal Netanyahu, sino que antes de la operación se podría ampliar el plan de obras publicas reconstruyendo las carreteras, escuelas, viviendas, hospitales y fábricas destruidas en la primer Plomo Fundido, así una vez reconstruidas pueden ser destruidas nuevamente para generar un círculo sin fin de desarrollo de la construcción y las obras públicas.
Asimismo puede aprovecharse, como se hizo durante los último sesenta años, el bajo costo de la mano de obra palestina en israel para mantener el nivel de vida de los asalariados israelíes.
Como medida de urgencia, se podrían usar las diez toneladas de material de construcción, alimentos, abrigos, libros, y medicamentos incautados a la primer Flotilla de la LIbertad, de manera que se pueda abastecer a las masas movilizadas (para que no caiga por desgaste la lucha) en las plazas de Tel Aviv, Jerusalem, y demás ciudades históricamente israelíes.
Son sólo ideas para desarrollar el histórico movimiento revolucionario de las masas israelíes, quedan para ser debatidas a partir de la aguda y acertada descripción del movimiento que se plantea en el escrito de arriba.
Tawffiq.-

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una opinion
Por stay human - Tuesday, Aug. 09, 2011 at 9:38 PM

La verdad es que esa nota da a entender, aunque sin decirlo, que el Estado de Israel es como cualquier otro país.... o sea, naturaliza totalmente la ocupación, porque no puede ser que se confunda a la clase media que vive en israel pidiendo alquileres más baratos, con lo que pasa en egipto o libia.... Esa gente de clase media en israel es cómplice de la ocupación, y la mayoría está a favor, es más, no quieren ni hablar del problema palestino. Se trata de mejorar sus problemas internos y chau...que el Israel siga matando palestinos... No se puede confundir semejante cosa. LA VIDA COTIDIANA DE ESA GENTE SE SUSTENTA SOBRE EL GENOCIDIO Y LA EXPULSION DEL PUEBLO PALESTINO DE SUS TIERRAS...no se puede reclamar nada sin antes pronunciarse en contra de la ocupación.

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es Israel, estúpido!!
Por Hossam - Wednesday, Aug. 10, 2011 at 11:34 PM

che PTS te estás retirando hacia la zona de El Carajo.
Eso que mencionas en la nota no se llama "neoliberalismo", se llama Israel.
Prefiero pensar que lo que estan escribiendo lo han elaborado con tantos errores políticos por un problema de ignorancia y por brutos antes que pensar que realmente ustedes piensan posicionarse como la ala izquierda del sionismo... El Mossad y la DAIA agradecidos de esta "nueva" izquierda "democrática".

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