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A un año del crimen del periodista Adams Ledezma en Villa 31
Por Pablo Sartirana - Monday, Sep. 05, 2011 at 1:31 PM
psartirana@yahoo.com.ar

Fue delegado barrial, periodista y director del canal Mundo Villa TV. El 4 de septiembre se cumplió un año de su asesinato. ¿Por qué lo mataron?

Existen dos caras de la Villa 31. Una es la zona céntrica a la que acceden muchos políticos y periodistas de televisión. Comienza en la calle Carlos Perette hasta la intersección con la calle 4. Avanza por esta y serpentea la feria principal recorriendo las pintorescas fachadas de barrio Guemes (símil Caminito) justo frente a la salida de micros de la Terminal Retiro. Finalmente, acaba su estela en la calle semi-peatonal y comercial de la villa que, a su vez, introduce al caminante en los sórdidos dominios de la 31 bis.
Esta zona así delimitada es la más próspera de la villa: tiene sus hitos faranduleros como “La bombonera” y el hotel "Sheraton de la 31". Bajo su órbita, se desarrolla la principal economía de la villa (la feria) y el floreciente negocio de los alquileres. En cada manzana de esta zona, es difícil no toparse con al menos un bar-restaurante de copiosa comida y bebida regenteado, en su mayoría, por miembros de la comunidad boliviana y peruana. Estos pequeños comerciantes pertenecen a la parte "integrada" de la población.
La otra cara de la villa es la más numerosa, empobrecida y postergada. Algunos vecinos de barrio Guemes se refieren a ellos como a los menesterosos y desempleados que atraen el crimen, la droga y las tomas de tierras. El estigma "villero" oculta las diferencias y prejuicios de clase que existen al interior de las villas de Retiro, tan evidentes para el “adentro”, como ignoradas por el resto de la sociedad.

“Se contabilizó un total de 7.950 familias y hogares y 26.403 personas residentes en las Villas 31 y 31 bis, siendo una distribución homogénea entre ambas”, publica el Censo de hogares y población realizado en 2009 por la Dirección General de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad. Allí se informa que uno de cada dos hogares de la 31 bis no tiene agua por cañería dentro de su vivienda. En la 31, en cambio, la proporción de los hogares que no cuentan con esa instalación básica se reduce a dos de cada diez.
Sólo el 35 % de los habitantes de la 31 nació fuera del país, mientras que en la 31 bis, el 64 % son inmigrantes. “En la Villa 31 el grupo extranjero proporcionalmente más numeroso es el de los nacidos en Bolivia (más del 44% de los nacidos fuera del país) y en la Villa 31 bis la población de origen paraguayo agrupa el 52 % del total de los extranjeros”, publica el censo.
"Se convive muy bien con la comunidad de Paraguay, pero hay cosas que sólo compartimos entre bolivianos –comenta Alan (20), oriundo de La Paz, sobre un tema que puede parecer una obviedad-. Vamos a jugar un partido de fútbol, pero no tenemos la misma confianza a la hora de hablar de cosas importantes."
Por otra parte, existe la diferencia del arraigo. El 56 % de los habitantes de la 31 llegó a Retiro en el período que va de 1980 a 1999. En la 31 bis, en cambio, el 76 % de los residentes arribó entre los años 2000 y 2009. Entre contingente trajo a un hombre destinado a convertirse en un referente histórico de la villa: el delegado de la manzana 99, Adams Ledezma, asesinado a puñaladas la madrugada del 4 de septiembre de 2010.

RUTH

Ruth Marlene Torrico Sandoval nació un 8 de marzo de 1972 en Uncía, un pequeño centro minero al norte de Potosí, Bolivia. Fue criada por sus abuelos y encargada de las tareas domésticas desde los 6 años. Con la relocalización de los centros mineros de Uncía a La Paz, a fines de los setenta, Ruth se mudó con su familia a aquella ciudad donde trabajó un tiempo como empleada doméstica y mesera de un bar en Ciudad Satélite.
Una tarde de 1991 en La Paz, Ruth volvía a su casa con una canasta llena de provisiones. Por obra de la fortuna, chocó con alguien y la canasta voló de sus manos. Un joven uniformado la ayudó a levantar sus cosas. El oficial de tránsito no era otro que Adams Ledezma y ese fue el comienzo de una nueva vida para los dos.
Cuando Ruth esperaba a su primera hija, Ledezma fue destinado a Cochabamba como agente de narcóticos. “Le gustaba el peligro y tenía un buen olfato para detectar a las mulas”, asegura Ruth.

En febrero de 1998, ella y sus tres hijos mayores llegaron a la Argentina. Vivieron en casa de su suegra en Villa 31 durante dos años, una época que Ruth prefiere no recordar. “A veces, comíamos pan congelado que yo sacaba de la heladera. Lo sacaba a escondidas. ¡Le daba de comer eso a mis hijos!” En 2000, Adams viajó a la 31 por primera vez y se quedó a vivir con Ruth. Alquilaron juntos una pieza por 250 pesos y salieron a buscarse la vida.
“Adams era sargento, alguien respetado en Bolivia –asegura su mujer-. Acá tuvo que agachar la cabeza y empezar de cero. Comenzó como vendedor ambulante junto a un grupo de peruanos a los que llamaban`nocheros´que trabajaban en la estación de tren. Aprendió albañilería, electricidad, cerrajería, y hasta hizo un curso de jardinería. Traía al hombro desde el cementerio chatarra de las demoliciones para reformar y revender. Yo me iba caminando con mis hijos hasta Palermo, por la vía del tren, que era el único camino que conocía. Pedí ayuda en un comedor que me derivó a una asistente social. Ellos me dieron algo de comida para mis hijos y frazadas.”
Luego del nacimiento de su cuarta hija -son seis hermanos en total- compraron por 3 mil pesos una casa que solía ser parte de la antigua estación San Martín. En 2000, las 28 familias que vivían en el barrio eligieron a Adams como representante vecinal y, hasta el día de hoy, se lo reconoce como el fundador de la manzana 99 que alberga a más de 1500 personas.

ADAMS, EL PERIODISTA

“Un día me viene a ver Adams interesado por el diario Mundo Villa. Enseguida quedó como corresponsal por su capacidad y su formación. En esos días, andaba siempre con una cámara de fotos que llevaba a todas partes. Era un periodista innato”. Víctor Ramos fue fundador del INADI y actualmente preside la ong Sos Discriminación, responsable del primer diario destinado a las villas de la Ciudad de Buenos Aires. Fue socio y amigo de Ledezma durante la gestación del canal de cable local Mundo Villa TV.
TV Digital Retiro es una empresa de cable de la Villa 31 con llegada a 1500 hogares. Uno de sus dueños, Osvaldo Cañete, necesitaba permisos legales para ofrecer el servicio. “Osvaldo había invertido en equipos y temía que, de un día para otro, se los incautaran –explica Víctor Ramos-. A Adams y a mí nos interesaba tener una señal, así que nos comprometimos a gestionar esos permisos a cambio de un canal. Ese fue el germen de Mundo Villa TV.”
Adams Ledezma comenzó a vislumbrar una realidad parecida a un sueño. Fue designado flamante director del canal y su casa fue convertida en el centro de operaciones del primer canal “villero” de la historia del país.

CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS

4 de septiembre de 2010. Era una madrugada lluviosa. Adams y Ruth regresaron a su casa de la manzana 99 en la 31 bis luego de cenar con amigos. La hija más pequeña de la pareja, Catalina, despertó llorando. Ruth durmió con ella en la pieza de arriba y Adams, en el comedor junto a la puerta.
Alrededor de las 05.40, una voz familiar sacó a Ruth del estupor del sueño. Era un vecino llamado Luis que trepó hasta la terraza para darle la espantosa noticia. “Comadre, despierte. Doña Ruth. Tiene que venir. El Adams está ahí afuera tirado en el suelo. ¡Es en serio!” Las piernas de Ruth la arrastraron como en una pesadilla escaleras abajo. Sus manos sonámbulas tomaron un fierro y rompieron el candado de la puerta. Los perros salieron tras ella. Tuvo que dar un rodeo hasta la medianera de atrás de su casa para ver a su esposo tirado en el suelo “con el cuerpo tibio”.
Adams Ledezma, un tipo duro, ex sargento de Policía de Tarija, ya no tenía fuerzas y estaba moribundo. La ambulancia tardó horas en llegar. El delegado falleció aquella mañana.

12 de abril de 2011. Recibo en el celular dos mensajes de Ruth: “Me vino a amenazar Pichu y me dijo que me va a matar, que no llego al sábado. Estoy asustada por mis hijos. Estoy yendo ante la fiscal de la causa de mi marido. Pichu es el que mató a mi esposo. Está vendiendo su porquería al frente de mi casa. Besos. Te quiero amigo. Te cuento a la noche.”

4 de junio de 2011. Agencia Telam, 20.00. DETUVIERON A UN JOVEN DE 21 AÑOS ACUSADO DE ASESINAR A UN PERIODISTA DE LA VILLA 31 -. El sospechoso fue identificado por la Policía como Christian David Espínola Cristaldo (21), de nacionalidad paraguaya y apodado "El Pichu", quien quedó detenido esta tarde cuando llegaba a su casa de ese asentamiento de la Capital Federal. Los investigadores recordaron que el joven se había escapado de la villa tras el crimen y desde entonces estaba siendo buscado por los pesquisas, quienes creían que en algún momento iba a regresar al asentamiento, lo cual ocurrió esta tarde cerca de las 16. Fuentes oficiales dijeron que los pesquisas vieron al sospechoso caminar solo por el pasillo de la manzana 14, en dirección a la casa 78, donde reside, y convocaron refuerzos ante la posibilidad de que estuviera armado. Poco después arribaron al lugar efectivos de la División Ferroviaria San Martín de la Policía Federal y de la comisaría 46ta. que lo detuvieron.

Christian Espínola Cristaldo nació el 16 de octubre de 1989 en Paraguay y es señalado por los testigos como el asesino de Ledezma. Entre sus antecedentes, figuran dos detenciones en la comisaría San Martín por tráfico de estupefacientes y portación ilegal de arma de fuego. Al momento del crimen, se encontraba prófugo en dos causas: una por tráfico de estupefacientes y otra en el juzgado de instrucción número 27. Su especialidad en el barrio era la de un “transa”.
La investigación posterior al crimen de Ledezma indica que Espínola logró fugarse a Paraguay luego de un paso temporario por Villa Sapito, a fines del año pasado. El joven se abstuvo de declarar en la causa y fue enviado en prisión preventiva al penal de Ezeiza. Si efectivamente se comprueba su culpabilidad en el juicio, resta saber una cosa: ¿por qué lo mató?

EL CRIMEN

Aclaración: Los nombres que aparecen en el expediente de la causa así como el de algunos entrevistados, fueron modificados.

Bautista vive en el norte del conurbano, es menor de edad y toma el tren hasta Retiro para comprar en la 31 su dosis habitual de pasta base. Además de ellos dos, hay una mujer y su hija de 16 años que también son “clientas” de Pichu.
Son cerca de las 5.20 de un domingo cualquiera en Playón Oeste. Están frente a la casa 175 de la manzana 99 en la 31 bis. Bautista ve venir a Adams y, por su modo de hablar, cree que está ebrio. “¿Qué van a comprar?”, pregunta el delegado. Nadie responde. “Bueno, entonces váyanse de acá”, les dice.
Un compañero de Bautista llamado Juan dio su propia versión de lo sucedido aquella mañana, y así consta en fojas 117 y 118 del expediente en la causa 33.131/10 caratulada “Espínola Cristaldo Cristian David/ Homicidio simple”: “(Las dos mujeres) se acercan hacia el dicente, observando que Pichu se queda en el lugar y Ledezma tiende a irse del lugar hacia su domicilio, pero a la altura de la cancha (sic), y regresa hasta donde se encontraba quien depone. También se acerca Pichu. En el lugar estaban todos juntos y Ledezma pregunta dónde podrían comprar vino para tomar. Es allí que Pichu se lo lleva a Ledezma para la esquina haciéndole señas de dónde podrían comprar. Ledezma y Pichu se alejan del lugar (…) Quien depone observa y ve cuando Pichu le clava un cuchillo a la altura de la panza.” En ese momento, tres mujeres situadas a unos 30 metros de la escena ven a Ledezma correr en dirección a ellas y desplomarse en el suelo. Las tres estaban reunidas para ir juntas al mercado de frutas y verduras.
Pichu huyó raudamente en dirección contraria llevando consigo el arma homicida: un cuchillo tipo estilete con una hoja “de 15 a 18 centímetros de largo”, según consta en el expediente. La autopsia reveló que Adams recibió un puntazo en el cuello y varios más en el abdomen que desencadenaron una hemorragia interna y externa. En fojas 117 y 118, continúa el relato de Juan que asegura que Ledezma y Pichu “se conocían ambos y siempre tenían discordia, dado que Ledezma lo hechó del lugar a Pichu.”

LA DROGA

Gerardo tiene 42 años y es argentino. Conoce a fondo los pasillos de la villa y admite que por algún tiempo de su vida, coqueteó con el mundo del hampa. Gerardo asegura que hasta mediados de los noventa se manejaron ciertos "códigos" que prohibían la venta de drogas a los menores de edad. La crisis de 2001, el desempleo y la aparición del paco en Argentina, crearon las condiciones para su compraventa indiscriminada.
"El negocio del paco no se termina porque acá hay mucha clientela -explica Gerardo-. Incluso, vienen de los barrios ricos de la ciudad como Belgrano o Recoleta. Hace poco, un tipo en traje me ofreció 300 pesos para que le comprara falopa. Le dije que no, porque no me quería`quemar´con los vecinos y que me vieran comprando paco. El tipo tenía 1500 pesos para gastar."
Esta misma situación, casualmente, fue descrita por Adams Ledezma en una entrevista que dio al diario Perfil a propósito de la inminente salida del canal Mundo Villa TV, en junio de 2010:“Vamos a hacer periodismo de investigación, a filmar a los famosos que vienen en 4x4 y BMW a comprar droga".
Hoy día, existen pasillos de la 31 ocupados por transas y jóvenes adictos (los marginados yonquis del siglo XXI) que mantienen con los demás vecinos un pacto de tolerancia e indiferencia perturbador. “Algunos transas mandan a los chicos a vender paco porque son inimputables –agrega un miembro de la brigada de la División Retiro de la Policía Federal-. Les dan diez dosis para vender a cambio de una gratis. Cada bolsa cuesta 10 pesos.”
Gerardo dice que Ledezma se jactó frente a él de su amistad con los transas y que esta relación no se basaba tanto en la simpatía como en la necesidad de mantener ese territorio a salvo de las tomas. “Nosotros sabemos quién vende y dónde –admite Gerardo-, pero no podemos hablar de eso porque vivimos acá y tenemos hijos.”

LA TIERRA

La sangrienta represión en el Parque Indoamericano de Villa Soldati fue el gran epifenómeno de la compleja crisis habitacional que atraviesan hoy los barrios más pobres de la Ciudad de Buenos Aires. Y que también contempla, por contraste, las fastuosas inversiones inmobiliarias al sureste del río, en Puerto Madero, a cinco minutos de Retiro. “La corporación Puerto Madero tiene sus representantes tanto del Gobierno nacional como de La Ciudad y ellos sí se ponen de acuerdo en todo”, afirma el arquitecto Javier Fernández Castro, barriendo el mito de la “imposibilidad” de una administración conjunta en Villa 31.
Si bien existe hoy día cierto consenso político fogoneado desde la Comisión de Vivienda de la Legislatura porteña para desarrollar un proyecto de urbanización en las villas, el discurso mediático se las ingenia para instalar la premisa de que se tratan de terrenos con un “alto valor inmobiliario”, dando a entender muy sutilmente que no merecen ser habitados por inmigrantes pobres.
“El alto valor inmobiliario de los terrenos de las villas de Retiro no existe como tal –asegura Fernández Castro, docente de la UBA y autor de un anteproyecto de urbanización para las villas 31 y 31 bis de Retiro-. No sólo porque carecen de normativa de edificación (que es aquello que le otorga valor), sino porque las clases altas no estarían dispuestas a vivir en un barrio aislado entre contenedores del ferrocarril y el área portuaria. Haría falta una inversión realmente grande como, por ejemplo, trasladar el puerto de Buenos Aires a aguas más profundas como la costa de Avellaneda o de Quilmes. Pero ese proyecto demoraría no menos de 20 años.”
En el expediente de la causa por el asesinato de Ledezma, Ruth Torrico Sandoval afirma que “sabe que en los últimos días ha habido un problema entre vecinos de la manzana 99 y 102 por una toma de terrenos en la primera manzana, en el deslinde de ambas (…) se disputan un terreno libre de 2,5 metros por 3 metros aproximados (…) dos personas de nacionalidad paraguaya, las cuales estarían intentando quedarse con el lugar suscitándose problemas entre los vecinos antes mencionados. Motivo por el cual, supone que en horas de la noche lo han venido a buscar a Ledezma para que solucione algún problema entre los mismos.”
Se sabe que días previos al crimen corría el fuerte rumor de una toma que, finalmente, no se realizó. Sin embargo, en diciembre de 2010 unas 500 personas se apropiaron de un terreno a 50 metros de la casa de Adams en lo que hoy se conoce como barrio San Martín. Se trata de un asentamiento precario que linda con las vías del ferrocarril. Como se observa, no faltaban resquemores entre los vecinos de la 31 bis y los organizadores de las tomas.

LA EMBOSCADA

Esta última hipótesis contempla la capacidad e iniciativa de Adams para erigirse como representante “legítimo” en elecciones democráticas para delegados y consejeros de la 31 y 31 bis pautadas para el mes de noviembre de 2010.
La madrugada del 4 de septiembre, Ledezma salió de su casa con 55 pesos, llaves y un buscapolo. La primera versión que los medios gráficos dieron a conocer fue que Adams salió por pedido expreso de “un vecino” para solucionar un problema con el tendido eléctrico. Si bien resulta probable que esto haya sucedido, hasta el día de hoy nadie pudo probarlo.
Otro dato llamativo, que dio a lugar a suspicacias, fue la desaparición de su teléfono celular que la Policía había secuestrado para realizar las pericias. “No creo que la Policía haya hecho desaparecer el celular –opina Víctor Ramos-. No se necesita el aparato para determinar si hubo una llamada previa porque la compañía telefónica tiene los registros de punto a punto. De todas maneras, habrá que esperar el juicio para saber lo que pasó.”
“El tema de la llamada no está esclarecido ni creo que se vaya a esclarecer –admite el abogado que representa a la familia Ledezma, Roberto Brallard-. La causa fue llevada a juicio oral por lo que el juez consideró que la investigación está agotada.”

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