"No se puede descolonizar sin despatriarcalizar": tercer encuentro Cátedra Che G : Argentina Indymedia (( i ))

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"No se puede descolonizar sin despatriarcalizar": tercer encuentro Cátedra Che G
Por Nati ((i)) Cba/RNMA Fotos: Cátedra Che - Wednesday, Sep. 14, 2011 at 2:43 PM

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“NO SE PUEDE DESCOLONIZAR SIN DESPATRIARCALIZAR”*

El pasado 18 de agosto, Claudia Korol participó en el tercer encuentro de este año de la Cátedra Ernesto Che Guevara, con el eje de “Feminismo y marxismo”, repitiendo un espacio de reflexión y debate que venía siendo esperado por muchxs. El taller se desarrolló en la colmada aula de la Biblioteca de Trabajo Social.

La apertura estuvo a cargo de Hernan Ojeda, integrante de la Cátedra, que leyó un texto colectivo del Equipo de la Catedra Che Guevara Córdoba, contextualizando y fundamentando la decisión de incorporar una vez más este eje, y trayendo a la memoria el fusilamiento de la Pepa Gaitán y a todas las lesbianas violentadas por el odio que la sociedad machista, patriarcal y lesbofóbica construye.

A su turno, Claudia nos llevó con su tono pausado y una sonrisa propia de quien imagina una travesura, a recorrer escarpados y polémicos caminos, que muchas veces quienes militamos en las diversas izquierdas evitamos enfrentar, o cuyos inicios, directamente, ignoramos. Sin extensas exposiciones, fue construyendo el entorno para que desenrollemos nuestros propios pensamientos, de manera individual y colectiva, desestabilizando nuestras “correcciones políticas” y reimaginando nuestras políticas concretas y cotidianas, y nos lo devolvió enrollando en el mismo encuentro los hilos que quedaron extendidos.

En esta oportunidad, compartimos el audio de la canción “Malinche”, y fragmentos de la película “Queimada”, para empezar a pensar la relación entre feminismo y marxismo, poniendo la mirada sobre el capitalismo y el patriarcado y proponiendo para el análisis el concepto de colonialidad.

Raza, género… construyendo la opresión

Vale la pena retomar el hilo que ella misma fue extendiendo, desde nuestra América Latina, reconociendo como constituyente del continente como tal la herida colonial, y la recolonizacion norteamericana y de las trasnacionales. El patrón del poder colonial, como tal, se estableció con la conquista en América y se extendió por el planeta con los poderes imperiales que avasallaron el tercer mundo. Los procesos de independencia que siguieron fueron superándolo teóricamente, pero la colonialidad del poder, en la construcción de la subjetividad del poder, permanece.

Las áreas básicas de la existencia humana se reorganizaron utilizando el concepto de raza, codificando la división de trabajo entre esclavitud y trabajo asalariado, dentro del sistema capitalista colonial. Se generó una división racial del trabajo funcional a la división clasista.

Y Claudia nos traía imágenes del presente. ¿Qué pasó con los asesinatos en el Indoamericano, qué pasó con la represión a los Qom, qué pasó con el fusilamiento de la Pepa Gaitán? Parecen existir jerarquías no sólo en las discriminaciones cotidianas, sino también en la respuesta ante la muerte.

Desde este lugar, desde esta situación, nos invitó a pensar la realidad de las mujeres latinoamericanas… las mujeres no solo fuimos racializadas, sino reinventadas/construidas como mujeres de acuerdo a los códigos y principios discriminatorios de género occidentales. La subordinación de las mujeres originarias y africanas o afrodescendientes fue violenta, por medio de violaciones, como instrumento de conquista. En la historia, Malinche es la culpable, la que queda bajo sospecha inmediatamente, aun habiendo sido entregada, vendida, sin importar las condiciones en que fue impuesta la violencia hacia las mujeres.

Pensemos en los genocidios contemporáneos. Pensemos en el silencio que recién hoy empieza a rasgarse sobre la violación como forma de tortura durante la dictadura, tanto tiempo callada, por vergüenza, por no “dañar a la familia”, por temor a la culpabilización... Pensemos también en lo cotidiano, en el abuso sexual, aunque no sea de la magnitud de las violaciones masivas.

En estas situaciones, surgía del intercambio entre lxs participantes, hay una internalización de la culpa cuando hay un acceso sexual violento. No es sólo la sospecha externa, lo más violento es nuestra propia opresión.

Volver a pensar entonces en la construcción de la categoría de raza, de mujer, superpuestas en una misma persona, nos trae los dos problemas juntos: la raza, los géneros, como una invención para justificar las violencias. La raza sigue siendo funcional a los genocidios, de la conquista en su momento, y hoy en Irak, Afganistán, Palestina, negándoles la humanidad a lxs sujetos.

¿Qué pasa en nuestros movimientos sociales y políticos?

Mientras tanto, en esta construcción de la subjetividad que tiene que ver con el racismo, con la lógica capitalista, con el patriarcado, ¿qué sucede en nuestros movimientos cuándo todo esto se junta en un mismo proceso?

¿Qué pasa cuando pensamos en la cárcel de mujeres? ¿Cuántas están solo por ser pobres, extranjeras...? ¿Qué pasa con la mirada de las organizaciones de DDHH sobre ellas? Con la criminalización de la pobreza, las cárceles están llenas de pobres, de mujeres pobres, de mujeres pobres extranjeras e indígenas. Y ante las visitas de los organismos de DDHH a las presas políticas, siguen preguntando: Y a nosotras, ¿cuándo van a venir a vernos?

Esta colonización del genero, decía Claudia, continúa con el femicidio, con el tráfico y la trata de mujeres pobres, el turismo sexual, la maquilizacion y feminizacion de la industria, la feminizacion de la pobreza... en la imposición de un rol subordinado, vinculado a la reproducción y al cuidado, a la esfera considerada privada.

Pacto social de género

En esta genealogía de la opresión, lanzó una afirmación desafiante, un guante para ser levantado y pensado desde el hoy, al afirmar que esta definición racializada del trabajo asalariado creó las bases para un pacto social entre capitalistas y la clase obrera masculina de origen europeo (blancos), en detrimento de los trabajadores no blancos, pueblos originarios y mujeres.

Un pacto tácito, continuaba, entre hombres colonizadores y colonizados, especialmente los blancos, que aún siendo explotados, adquirieron privilegios en el sistema de opresión capitalista-patriarcal: el trabajo asalariado permitió a los hombres blancos no ser esclavos, dejando ese espacio a quienes quedaban “fuera del pacto”.

Y nos invitó a pensar de qué manera se reafirma ese pacto en las luchas que se identifican como revolucionarias o feministas, donde las luchas se jerarquizan, donde una y otra vez los pactos tácitos postergan unas luchas en detrimento de otras, de aquellas que son “secundarias”, que “pueden esperar”… ¿porqué habrían estos espacios a escapar de la reproducción de estas jerarquías?

La colonialización es ideología del poder y es también sentido común entre lxs vencidxs. S la legitimación del mismo en los cuerpos, sentimientos, sentidos y acciones, escindido de nuestras percepciones cotidianas. Es aquello que fue imponiéndose a través de la instalación de la familia patriarcal, de la monogamia, de la heteronorma, de la división sexual del trabajo como garantes de la instalación y perpetuación del capitalismo.

Es lo que sigue instalado con la colonialidad del saber, con la producción del conocimiento racializado y sexuado, de las teorías legitimadas y creadas sin participación de las mujeres, de los pueblos originarios, de lxs disidentes sexuales… de teorías que institucionalizaron/institucionalizan la sociedad.

Un conocimiernto, una ciencia, que se construye sobre la idea de dominar a lo otro, a la naturaleza, y a todos los colectivos humanos que quedamos en ese lugar de oposición al “progreso” y a la “civilización”

A modo de cierre… o de apertura…

La jornada terminaba con un repaso por algunos de los clásicos que, en los orígenes del marxismo, ya planteaban la relación entre producción y reproducción, discusiones que fueron dejadas de lado en el camino y que Claudia y la Cátedra del Che nos invitan a retomar.

“El gran debate es cómo estamos pensando la lucha emancipatoria hoy. Y ser guevaristas es revolucionar una y otra vez la forma de mirar el mundo, y la forma de actuar. Sostener juntos pensamiento y acción, sentir todos los dolores como propios, levantar todas las banderas”, nos decía en las reflexiones finales: un encuentro de distintas interpelaciones a la opresión, a la dominación, a las formas de explotación y de discriminación… podemos reproducir este encuentro en nuestros propios colectivos, organizaciones, reflexiones, provocando una sistemática revolución en nuestras maneras de estar, de desear, de querer, de vincularnos entre nosotrxs... como personas que queremos cambiar, revolucionar, transformar, subvertir el mundo.

* Grafitti de organización feminista boliviana Mujeres Creando, citado en el texto del Equipo de Cátedra Che Guevara Córdoba

Fotos: Equipo de Cátedra Che Guevara Córdoba

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Por Nati ((i)) Cba/RNMA - Wednesday, Sep. 14, 2011 at 2:43 PM