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Tecnicatura Superior en Desarrollo Indígena
Por Asunción Ontiveros Yulquila - Sunday, Sep. 18, 2011 at 12:13 PM
rumihuma@yahoo.com.ar (0388) 4050 659 Av, Remedios Escalada 425; Bº 25 de Mayo; (4612); PALPALÁ, JUJUY

LA TECNICATURA SUPERIOR EN DESARROLLO INDÍGENA SE IMPLEMENTA EN LAS CIUDADES DE LA QUIACA, TRES CRUCES, HIPÓLITO IRIGOYEN, HUMAHUACA, DESDE 2010. EL SIGUIENTE ENSAYO NARRA EL PRESENTE DE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL APLICADA.

TECNICATURA SUPERIOR EN DESARROLLO INDÍGENA
CONSEJO DE ORGANIZACIONES ABORÍGENES DE JUJUY, COAJ
MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA PROVINCIA DE JUJUY

Por: Asunción Ontiveros Yulquila; rumihuma@yahoo.com.ar

INTRODUCCIÓN

En el Trabajo Práctico Nº 5, haciendo referencia al habitus “El pelo rubio de las docentes” en Humahuaca, sostengo que tal habitus contribuye a la reproducción del imaginario racista de la filosofía tradicional, como expresa Bourdieu, en el sentido que se sostiene desde la perspectiva biológica que los “blancos piensan mejor porque tienen cualidades innatas”.

Prosigo ensayando, que esta matriz (“los blancos piensan mejor porque tienen cualidades innatas”) deriva de las relaciones coloniales, sean sociales, culturales, económicas y políticas. Tiene su génesis en la familia, donde el factor del pelo rubio, símbolo de la sociedad hegemónica, se inculca a través de las imágenes que constituyen las narrativas cristianas, películas, medios gráficos, televisivos, textos escolares, etc. Posteriormente este habitus es un factor estructurante en la reproducción de modos de vida, de pensamiento y de prácticas pedagógicas en el mundo de la escuela.

En el último párrafo preguntaba. ¿Se puede hablar en primera persona de los pueblos indios u originarios? ¿Sobre sus imaginarios e instituciones? Respondí: Sí, pero en tercera persona, estigmatizándolos como “subculturas”, como “grupos subalternos”. Por lo tanto, afirmo, que en el contexto de Jujuy, este habitus posee permanencia, exhaustividad y transferibilidad. En Jujuy, los aborígenes o indios constituyen el 60 por ciento de la población total. Concluía indicando, que el sistema educativo continúa reproduciendo las estructuras (objetivas y subjetivas) de dominación de la sociedad minoritaria, hegemónica y excluyente.

Sin embargo, desde el 2010, como si fuera un archipiélago en “el mar helado” de Jujuy, existen seis sedes de la Tecnicatura Superior en Desarrollo Indígena, donde concurren 320 estudiantes que pueden hablar en primera persona expresando: soy kolla, soy indio, soy guaraní. Como también los profesores idóneos y los profesionales expresan nuestro pueblos, nosotros los kollas, nosotros los guaraníes, nosotros los indios, nuestros antepasados, cuando nos invadieron los españoles.

Este trabajo final es una narrativa, que comienza con una leve historia de vida relacionada a la resistencia cultural en la Facultad de Humanidades y Ciencia Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, con la emergencia de la educación intercultural, y prosigue hasta final con la principal protagonista que es la Tecnicatura Superior en Desarrollo Indígena, que se implementa exitosamente, desde el 2010, en las seis principales ciudades de la provincia de Jujuy: La Quiaca, Abra Pampa, Humahuaca, Tilcara, Jujuy y Libertador.

RESISTENCIA CULTURAL Y EMERGENCIA DE LA EDUCACIÓN INTERCUTURAL EN JUJUY

El 03 de diciembre del 2004, en el Aula Magna de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, de la Universidad Nacional de Jujuy, defendí mi Tesis de grado para alcanzar el título de Licenciado en Comunicación Social: “Pobreza y Abundancia en la Cultura Kolla: Representaciones y Valores. El caso de La Cuadrilla de Cajas y Copleros del 1800 (La Banda, Humahuaca, Jujuy)”.

El mundo académico como miembro orgánico de la cultura hegemónica de nuestro país, o de la provincia de Jujuy, siempre intimida, simbólicamente o con hechos, a los estudiantes que concurren a la UNJU con el objetivo de comprender profundamente sus mundos para contribuir a mejorarlos. Al respecto, Esteve J. Taylor y Robert Bogdan sostienen:

Aunque a la cultura de la Universidad le resulte difícil admitirlo, numerosos estudiantes llegan a las ciencias sociales con el deseo de entender su mundo y mejorarlo. A estos “bienhechores” lo mismo que a los tipos “periodísticos”, el mundo académico suele intimidarlos. Esto debe cambiar para que las ciencias sociales desempeñen un papel importante en la Universidad y en la sociedad (1984).

En la presentación de la Tesis, el jurado integrado por una comunicóloga, un antropólogo y un licenciado en ciencias de la educación quedaron dislocados frente a la novedosa participación, en el escenario de la defensa de la Tesis, de los actores y protagonistas de las historias de vida que constituyen el corpus del informe final. La Tesis aborda las representaciones y valores sobre la pobreza y abundancia en la cultura kolla, en el escenario de la Quebrada de Humahuaca.

Para lo miembros del jurado, conforme a sus paradigmas teóricos los objetos de estudio (sean indios o no) no hablan, no representan, no cantan, no sienten necesidades de algo. Los objetos son deshumanizados, descontextualizados, no tienen historia ni presente, por lo tanto, tampoco futuro. En este caso, los objetos – sujetos hablaron, cantaron coplas, tocaron cajas y se emocionaron en el Aula Magna porque fueron convocados para un futuro mejor. Sin duda un acontecimiento pedagógico o académico para modificar las formas de reproducir y producir información y conocimiento.

Las perspectivas de la etnografía, de la etnometodología y del interaccionismo simbólico prevalecen en los procesos de recopilación, organización, interpretación y conclusiones, de la construcción de la Tesis. En el contexto del 2004, en el ámbito de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (UNJU) no se hablaba ni se escuchaba las palabras “educación interculturalidad”, “pueblos originarios”, “pedagogía intercultural”. El Decano de entonces, quien intentaba instalar el discurso respecto de los pueblos originarios, afirmando que el 70 por ciento de los estudiantes eran descendientes de los pueblos indios, fue brutalmente golpeado por un docente adscrito a la Corriente Clasista y Combativa.

Sin embargo, en la periferia del sistema educativo de la provincia de Jujuy, por iniciativa y voluntad política personal del entonces Ministro de Educación y Cultura, antropólogo Daniel González, ex decano de la Facultad de H y CS, a principios de 1998 firma un Convenio con el Instituto Nacional de Asunto Indígenas, presidido por Jorge Pereda, con la finalidad de poner en marcha el “Programa de Apoyo a la Educación Intercultural aborigen”, en el ámbito de la provincia de Jujuy.

En 1998, Daniel González expresaba “yo me estoy yendo, pero quedará un Decreto ministerial para implementar la educación intercultural en el futuro. Todo dependerá de las organizaciones indias”. Entre el 24 y 25 de octubre del 2002, en plena crisis política y económica del país, Daniel González logra que la Organización de Estados Iberoamericanos, OEI, auspiciara “Las Primeras Jornadas Provinciales de Educación Intercultural”, realizadas en Humahuaca. González trabajaba en la secretaría de la OEI, situada en Madrid.

Curiosa involución del sistema educativo de Jujuy, en octubre del 2002 lo que se llamaba en 1998 Ministerio de Educación y Cultura, se denominaba “Secretaria de Educación” que funcionaba bajo el paraguas del Ministerio de Gobierno y Justicia. Se había “judicializado” el sistema educativo. El entonces gobernador Eduardo Fellner (abogado, experto en realizar demandas al Estado provincial) tenía como objetivo destruir la unidad del Frente de Gremios Estatales, y también, por supuesto a las organizaciones sociales aborígenes.

Para entonces, tanto para el gobernador Fellner como para las autoridades del sistema educativo del Estado provincial, “los indígenas deben estar guiados” por la instituciones de la religión oficial. Por ello, participaron en las Jornadas del 24 y 25 de octubre del 2002 la Fundación para el Desarrollo Claretiano (orden católica española) con sede en Humahuaca y el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen, ENDEPA, con sede en Formosa. Sin duda, la presencia de estas instituciones del poder eclesiástico católico, es un indicador de la política colonial y anti – cultural del Estado jujeño. A nivel nacional gobernaba Eduardo Duhalde.

Retornando al año 1998, “El Programa de Apoyo a la Educación Intercultural Aborigen” consistía en formar tutores (docentes y no docentes aborígenes). Jorge Pereda, presidente del INAI era militante católico, por lo tanto, el Programa estaba infectado de laicos militantes católicos, monjas y un cura kolla adscrito a la orden claretiana. En Jujuy, hasta fines del 2005, el obispo claretiano Pedro Olmedo se consideraba “representante y vocero” de las “comunidades aborígenes”. Gustaba expresar ante los periodistas: “a nuestros aborígenes la palabra colonización les asusta, es como mencionar a Cristóbal Colón”.

El Programa quedó interrumpido en septiembre de 1998, al renunciar el Ministro de Educación y Cultura, Daniel González. Asumió como reemplazante Ministro el actual gobernador Walter Barrionuevo (abogado) quien expresaba que: “En Jujuy no hay aborígenes. Somos todos jujeños y argentinos”. En noviembre de 1998, también renunciaba el gobernador Carlos Alfonso Ferraro, un oscuro periodista subalterno del magnate de la multimedia “Radio Visión 8 de Jujuy”, Guillermo Jenefes (abogado), candidato a vicegobernador para las elecciones de octubre del 2011.

EDUCACIÓN, ESTADO Y POLÍTICA: EL CASO DE JUJUY Y SU RELACIÓN CON LOS PUEBLOS INDIOS Y/O ORIGINARIOS

Educación, Estado y Política, este triángulo amoroso e infernal, en el caso jujeño es paradigmático desde fines de 1834 en que la provincia se declara autónoma de la provincia de Salta. En 1853, en Jujuy se redacta una Constitución adecuándose a la Nacional que perdurará hasta agosto de 1994. En 1986, en un contexto en que el mejor servicio educativo lo brindaba el Estado nacional, a través de los colegios normales y las ENET, se aprueba una nueva Carta Constitucional. El Estado jujeño solamente atendía la educación primaria, bachilleratos provinciales y las escuelas de Arte.

Con respecto a la Educación, el Artículo 37, Inciso 1) de la Constitución de Jujuy establece: La libertad de enseñar y aprender, siempre que no viole el orden público o las buenas costumbres, es un derecho que no podrá coartarse con medidas de ninguna especie. Con respecto a las relaciones entre el Estado y los pueblos originarios, en el Artículo 50, se establece: La provincia deberá proteger a los aborígenes por medio de una legislación adecuada que conduzca a su integración y progreso económico y social.

En 1986, el mito del Estado de bienestar moderno jujeño está plasmado en el Preámbulo de su Constitución: “[…] fomentar la cooperación y solidaridad en una sociedad sin privilegios y perpetuar los beneficios de la libertad, igualdad, educación, cultura y salud para nosotros, para nuestra posteridad y para quienes deseen habitar en este suelo, invocando la protección de Dios y apelando la consciencia de las personas, ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la provincia de Jujuy.

Analizando en texto de la Constitución de Jujuy, la política pública para proteger a los aborígenes, se ubica después del Artículo 48: Protección de los discapacitados; y del Artículo 49: Protección a las personas de avanzada edad. En la Asamblea Constituyente que redactó la Constitución citada no participó ningún representante político de pueblo originario alguno. Si se incorporó el Artículo 50, fue por efectos de la Ley Nacional 23302 (1985), sobre Política indígena y apoyo a las comunidades aborígenes.

En el imaginario o cosmovisión de la sociedad hegemónica jujeña, en el contexto de 1986, la palabra “indígena” no era digerible. El habitus para significar la palabra “indio o indígena” era “la pluma, el taparrabo, la choza, el grito y la carencia de razón o lógica alguna”. En 1958 hubo un debate en el Congreso de la Nación sobre sí existían los indios o no en Jujuy (para transferir las tierras expropiadas en 1949 por la Nación a la Provincia). Julio Argentino Mansilla (UCR), senador por Jujuy y autor de Ley de Transferencia argumentaba: que en Jujuy no hay indios ni aborígenes porque todos cantan el himno nacional, rezan el padre nuestro y visten con pantalones y faldas.

Más de un millón ochocientas mil hectáreas fueron transferidas por la Nación al Estado jujeño en 1958, para ser entregadas a los pueblos indios. Desde ese año hasta el presente el Estado jujeño no cumplió con la devolución de las territorios a los pueblos originarios que persisten en Jujuy desde antes de 1593. El gobierno nacional expropió las tierras a los latifundistas y “hacendados”, de Puna, Quebrada y Valles, el 1º de agosto de 1949.

Fue un acto político y pedagógico revolucionario porque hasta 1949, los kollas, guaraníes, qom y wichi eran brutalmente expoliados en los ingenios y cañaverales de Jujuy y de Salta. Prácticamente, hasta 1946, la esclavitud era una práctica legal en la provincia de Jujuy. La política pública para distribuir el conocimiento a través de la educación pública no existía para los territorios administrados por los señores de la tierra (latifundistas). El Estado era fisiocrático y aceptaba la política pública del analfabetismo para los indios. Los indios constituían la masa laboral esclava que hacía funcionar la producción económica agrícola de Jujuy. Prevalecía la economía feudal y fisiocrática. El gobernador era “propietario” al igual que los intendentes.

El Estado nacional, al margen del Estado jujeño, fisiocrático y al servicio del poder feudal, en 1921 funda la primera Escuela Normal de Preceptores en Humahuaca, para estar al servicio de la educación de la Puna y Quebrada jujeña. Durante el gobierno del fascista José Felix Uriburu, pasó a llamarse Escuela de Orientación Rural (1932). Formar preceptores y no docentes era una política pública del Estado oligárquico de 1932, cuando el 60 por ciento de la población argentina era analfabeta. Mis padres nacieron entre 1920 y 1921 y ambos eran analfabetos en 1969. Mi padre aprendió a leer y escribir a principios de los setenta en la ciudad kolla de Abra Pampa.

En el ámbito de la Puna y Quebrada de Jujuy (70 % del territorio de la provincia), en 1986, contaba con tres escuelas normales nacionales: La Quiaca, Abra Pampa y Humahuaca y Tilcara; con tres escuelas Técnicas (CONET): Maimará, Mina El Aguilar y La Quiaca. Había un complejo industrial minero siderúrgico sofisticado de Fabricaciones Militares, en Palpalá y dos centro mineros privados de envergadura (El Aguilar y Pirquitas). Pirquitas había ingresado en crisis sin retorno luego del conflicto Argentina – Gran Bretaña (1981). Jujuy contaba con una red ferroviaria (FCGMB) que interconectaba los centros mineros, industria siderúrgica y centros agropecuarios, como también a una diversidad de pueblos. En febrero del 1993, la red ferroviaria, el complejo AHZ y otros aledaños quedaron reducidos a chatarra: obra del neoliberalismo menemista y peronista. En 1997, el 50 % de la población de Jujuy estaba desocupada.

PUEBLOS ORIGINARIOS Y LA EIB para el Desarrollo Indígena

A partir del desguace del Estado jujeño y de las empresas del Estado nacional y provincial, en el escenario social, cultural y político de Jujuy, la “posmodernidad” jujeña puso en la superficie de la realidad dos provincias: el 60 por ciento del Jujuy profundo (los pueblos indios) y el 40 por ciento del Jujuy imaginario (los herederos del proyecto colonial europeo, que se proyecta desde 1593). En el 2003, la UNESCO aprobó el proyecto del Estado jujeño, para Declarar a la Quebrada de Humahuaca: “Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad”.

Dentro de la jurisdicción territorial del “Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad” existen, desde antes de la invasión española y del origen de la República Argentina, descendientes de los pueblos indios (Constitución de 1953) o pueblos indígenas (Constitución 1994). La cultura es obra de seres humanos, en la Quebrada de Humahuaca los pueblos indios son los principales referentes históricos y contemporáneos. Son el pasado, presente y futuro. No se puede abordar y dar sentido el presente sin tener en cuenta el pasado. Sin embargo, las narrativas sobre el pasado de los pueblos originarios están en manos o bajo el poder de los que ostentan la cultura hegemónica poscolonial. Como diría George Orwell: del Quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado.

No es nada fácil recuperar el pasado, relevar el presente y proyectar el futuro. Pero, es una tarea política pedagógica de los pueblos originarios, que debe emprenderse sí o sí. El Consejo de Organizaciones Aborígenes de Jujuy, COAJ, que deriva de una síntesis de luchas diversas de los pueblos indios de la Argentina, que se suscitaron desde antes de la construcción de la Argentina como país independiente de la genocida colonial España, lo entiende así. Por ello, desde el 2010, está implementando en la provincia de Jujuy la Tecnicatura Superior en Desarrollo Indígena (nivel terciario en el sistema de educación formal), con el auspicio del Estado y de la Fundación alemana Trabajo por la Paz Mundial (WFD).

¿Cómo hizo el COAJ para ingresar por las fisuras o intersticios que presenta el sistema educativo de Jujuy para instalar la Tecnicatura? Por una lado está la ley de Educación nacional 26206/06, que en su Artículo 17 establece: La estructura del Sistema Educativo Nacional comprende CUATRO (4) niveles —la Educación Inicial, la Educación Primaria, la Educación Secundaria y la Educación Superior, y OCHO (8) modalidades. Entre las modalidades están establecida, por ejemplo: la Educación Técnico Profesional, la Educación Artística, la Educación Especial, la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, la Educación Rural, la Educación Intercultural Bilingüe […].

Por otro lado, la Tecnicatura fue reconocida mediante Resolución Ministerial Nº 5997/2009. Fue concebida en el marco del proyecto “Participación Indígena en el Desarrollo de Jujuy”. Por lo tanto, fue aceptada, por ahora, como una herramienta para la gestión del desarrollo propio de las comunidades indígenas. El desarrollo en este proyecto significa en primer lugar recuperar el conocimiento y/o saberes de los pueblos originarios desde la cultura de los mismos. Este proceso educacional se llama intraculturalidad, o también pedagogía intercultural liberadora, que tiene como meta la recuperación, el reconocimiento y la reconstrucción del conocimiento originario.

Sin duda, 320 estudiantes, entre jóvenes, adultos y hasta ancianos (mujeres y varones) provenientes de diversas comunidades rurales y urbanas, de la totalidad de los departamentos de la provincia de Jujuy, constituyen el mundo de la Tecnicatura. Los fines de semana (las dos últimas de cada mes) convergen en las sedes de las ciudades de La Quiaca, Abra Pampa, Humahuaca, Tilcara, Jujuy, y el Libertador, para descolonizarse con perspectivas para el buen vivir.

Alrededor del Libertador está ubicada la empresa Ledesma, donde el 28 de julio 2011 reciente fueron asesinados cuatro guaraníes jóvenes. A este respecto, el Estado provincial intenta con su silencio, silenciar las muertes, como si fueran obras del nefasto “familiar” o del “diablo” que protege a la empresa transnacional. La Tecnicatura los aborda como objeto de estudio a través de la pedagogía liberadora en la sede de Libertador.

Asignaturas como Antropología y sociología de la cultura; EIB para el Desarrollo Indígena; Territorio, recursos naturales y medio ambiente; medios de comunicación y representaciones sociales; Filosofía y cosmovisión indígena, son herramientas que facilitan teorías y métodos para que en las investigaciones de los objetos que se abordan en cada clase, cada mes, en cada ciclo lectivo, participen: el estudiante, la familia, la comunidad, los sabios tradicionales y los sabios profesionales. Recuperar la información y el conocimiento tradicional a través de la intercomunicación oral es fundamental. Así hicieron Homero y Hesiodo en la Antigua Grecia. También los hermanos Jacob Grimm y Wilhem Grimm, entre los siglos XVIII y XIX. Ahora lo están haciendo los estudiantes de la Tecnicatura Superior en Desarrollo Indígena.

En esta primera Tecnicatura superior en Desarrollo Indígena, que se implementa en la Argentina, los profesores, tanto idóneos como profesionales somos gente que tenemos historias de vida relacionada con la militancia en el movimiento indio a nivel local, nacional e internacional. Los idóneos son miembros militantes de las comunidades, conocedores de las prácticas socioculturales, de la agricultura y de la ganadería, de la astronomía, de la medicina y de las industrias tradicionales de los pueblos originarios. Los docentes profesionales cuyas historias de vida transcurrieron en el movimiento de los pueblos indios u originarios y actualmente son académicos comprometidos con el proyecto educativo del COAJ, con la búsqueda del buen vivir y con el futuro mejor del país todo.

CONCLUSIÓN

La educación o pedagogía liberadora, en la provincia de Jujuy, donde la historia, la cosmovisión o imaginario, la historia, la producción económica, el despojo de los territorios de los pueblos indios están invisibilizados por el poder hegemónico y por los tres poderes del Estado, tiene perspectivas prometedoras para el buen vivir del Jujuy profundo. La Tecnicatura concluirá en el 2012 con más de 200 egresados. Por ahora, para el Estado el proyecto debe concluir a fines del 2012. Los objetivos del COAJ son luchar para continuar.

No cabe duda que en el 2012 el COAJ y el Ministerio de Educación de la Provincia de Jujuy, y las autoridades nacionales deberán negociar pensando en el Artículo 75, Inciso 17 de la Constitución Nacional: que expresa que el Congreso deberá Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Está claro, que si el Estado jujeño y el nacional deciden que la Tecnicatura no prosiga en el 2013, será porque no reconocen el mandato de la Constitución. La historia de la educación de Jujuy, demuestra que cuando el pueblo, la población se moviliza los proyectos educativos no se interrumpen. Seré protagonista de lo que ocurra en el 2012.

BIBLIOGRAFÍA

Autores varios (2011). “12 unidades de bibliografía de la asignatura Educación y sociedad”. Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades con mención en comunicación. Universidad Nacional de Quilmes. Buenos Aires.

GÓMEZ, Marcelo Flavio (2011). “Educación y sociedad”. Doce clases. Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades con mención en comunicación. Universidad Nacional de Quilmes. Buenos Aires.

JEREZ, Omar y ORDOÑES, Cecilia (2011). Diversidad Sociocultural. Interculturalidad del mundo actual: pasado y presente. Purmamarka Ediciones. Salta, Argentina.

YULQUILA, Asunción (2011). “Trabajo práctico Nº 3 de Sociedad y educación”. MCSYH. Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires.

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