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Toma de 150 familias resiste desalojo en barrio Aeropuerto, de la ciudad de La Plata
Por Mov 7 de abril -
Tuesday, Oct. 11, 2011 at 12:29 AM
La crisis habitacional que sufre el país quedó demostrada una vez más en la toma de tierras protagonizada por más de 150 familias, del barrio Aeropuerto de la ciudad. “Acá los vecinos están reclamando un derecho básico y fundamental como es el acceso a una vivienda digna. La única política que tuvo el Estado ante la problemática fue mandar la policía para desalojar a la gente”, aseguró Pablo, vocero de la asamblea vecinal.
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El domingo pasado cerca de 20 personas se instalaron en el predio ubicado en 609 y 118. Horas después alrededor de 130 familias más se sumaron a la ocupación demostrando una vez más la situación crítica que sufren miles de personas de la periferia de La Plata. La gran mayoría de los presentes no tenían vivienda, o en el mejor de los casos vivían en casillas junto a otras familias.
Ante el intento de desalojo por parte de la policía, los vecinos decidieron resistir en el lugar y aguardar las negociaciones con los “propietarios” que se llevarán a cabo en los próximos días. Previo a la ocupación, el predio se encontraba en total estado de abandono (pajonales altos, basuras, etc). Mientras cerca de 500 personas se hacen presentes todas las tardes, ni el estado municipal de Pablo Bruera, ni provincial de Daniel Scioli y mucho menos el gobierno nacional, se han hecho presentes para intentar dar solución a un conflicto que, como lo demostraron los acontecimientos en Villa Soldati, en Jujuy y en Formosa, ha dejado decenas de víctimas en lo que va del año.
Bruera es Cristina en La plata
A semanas de las elecciones, quedó demostrado que el intendente Pablo Bruera es la representación del gobierno de Cristina Fernández en la ciudad. Al igual que el gobierno nacional, Bruera ha decidido imitar a la perfección a su referente nacional, evitando su gestión (a través de la Dirección de tierras) intervenir en un conflicto de suma importancia. Sin duda que los parámetros utilizados por el ejecutivo municipal son los mismos que arbitraron tiempo atrás el gobernador Barrionuevo en Jujuy, o el formoseño Insfrán en Formosa.
En términos generales podría decirse que el bruerismo viene interviniendo, al igual que Cristina, en la problemática de la vivienda, pero con la perspectiva de profundizar la desigualdad y la marginación. El oficialismo platense ha sido el padre del nuevo Código de Ordenamiento Urbano, legislación redactada a puño y letra por las mismas inmobiliarias que permite la “libre” construcción en el casco urbano, ofreciendo departamentos a precios inaccesibles, incluso para aquellos que poseen de un trabajo medianamente digno. En sintonía con la especulación local, el gobierno nacional ofrece créditos hipotecarios que aquella familia que pueda acceder (sólo un 15% de la población, ya que se exigen sueldos de más de $8000), sólo podrá disponer de un monto que ni siquiera solventará la mitad de un hogar en la región.
Los vecinos y vecinas siguen a la espera de la intervención del Estado, a nivel municipal, provincial o nacional. La situación está regada de amenazas por parte de particulares y la policía. Los vecinos han expresado en diferentes y reiteradas oportunidades la voluntad de llevar adelante la compra colectiva de terrenos. Es decir, mientras que quienes ocupan las tierras hacen permanentes demostraciones de voluntad para solucionar el conflicto, el Estado, las fuerzas de seguridad y los titulares no hacen más que generar situaciones de violencia y amedrentamiento.
En la ciudad de La Plata, capital provincial de la especulación inmobiliaria, la periferia del casco urbano sufre los mismos conflictos: falta de obra pública y servicios básicos, hacinamiento y viviendas precarias.
Para los trabajadores y las trabajadoras, la política de tierras es igual a cero. Y las formas en las que el Estado interviene son directamente con las "fuerzas públicas del orden". Quienes tomaron la tierra para vivir en su legítimo derecho, avalado constitucionalmente, están decididos a quedarse en ellas y a luchar hasta que le sean propias.