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La marcha sin fin (lamento decirte esto, hijo, pero eres adoptado)
Por (reenvio) Ismael Yemel - Friday, Feb. 24, 2012 at 5:18 PM

12 de febrero de 2012 / Vamos a hablar de autonomía de una buena vez! No estamos conformes con este mundo. Queremos cambiarlo.

Así, a simple vista, parece una quimera. Y sin embargo, si enumeramos las cosas que hemos intentado por lograrlo, estamos más cerca del chaleco de fuerza que del soñado mundo de nuestras utopías.
Recuerdo que obviamos los años previos al 2001 de cada uno, y así confluimos a las plazas, a los comedores barriales, a los movimientos de desocupados, a los partidos de izquierda; un poco después, acompañamos a las recuperadas o nos transformamos en productores autogestivos. Todo ese proceso fue mechado con un desengaño paulatino, constante, y para siempre de los aparatos y las jerarquías, a la vez que de un descubrimiento de los beneficios de no delegar nunca más, en ningún representante, ninguno de nuestros derechos y obligaciones.

El pensamiento, que dio en llamarse “asambleario”, cobró espacio y fue creciendo hasta el punto de ser adoptado en muchos lugares del mundo, reconociendo al “Que se vayan todos” como un fenómeno social de orígen argentino.

La horizontalidad también se expandió, al punto de crear crisis hacia adentro de los partidos, cuyos dirigentes no vieron con buenos ojos este asunto de “pensar por sí mismos” de sus militantes.
La conjunción entre el pensamiento asambleario y la horizontalidad, por un lado, y la autogestión y la no/delegación por el otro, marcaron el rumbo que nos trajo hasta aquí, hasta este hermoso lugar que hoy habitamos y que llamamos: Autonomía!!!

La puta que suena lindo! Y aún no hablamos de Autonomía. ¿Qué es? Veamos... quién tiene el culo sucio.
Aún el Estado es el Mesías de la esperanza que brilla con luz propia; aún el reformismo sigue siendo su profeta; aún no nos damos el tiempo ni la acción para dejar de hacer el Capitalismo a cada paso.
Necesitamos el salario, la ley, la identidad, la democracia, la autoridad.
Luchamos por más salario, luchamos contra las leyes injustas, luchamos por preservar nuestra identidad, por nuestros derechos.
Luchamos.

Pero a la vez, sabemos que: más salario es más explotación, más ley es más injusticia, más identidad es más discriminación, más derecho es, en fin, más Capitalismo.
¿Es que acaso la Autonomía es alternativa en modo alguno?, contra el salario explotador: ¿podemos generar nuestros alimentos y vestidos?, contra la Ley coercitiva ¿podemos vivir según nuestras normas libertarias?, contra la Identidad que nos separa ¿podemos encontrarnos en nuestra comunidad?, ¿¿unos pocos decidimos por todos los demás por que así es la Democracia?, sólo se trata de delegar en unos representantes la Autoridad?
Pero No!

Aún no hablamos de Autonomía! Aún no lo hacemos. Ya pasó otra jornada autonomista y no hablamos precisamente de ella. Apenas si estrechamos vínculos para marchar, para reivindicar, para reclamar. No logramos pasar las vallas que el Capital instaló en nuestras mentes pseudo revolucionarias. Aún creemos que el Alca, que el Neoliberalismo, que el juicio a los Genocidas, que Cromagñon, que las Pasteras, que la soja, que la minería, que la ley antiterrorista, que el 28 % a los docentes, etc...

Chupetes para que el bebé no llore, y no dejamos de reformular el sistema. Nos autodenominamos autonomistas y no pasamos de ser Re-for-mis-tas! Re-for-mis-tas! Re-for-mis-tas!

Ah, no? Mirá: Menos del diez por ciento de la superficie del territorio nacional está siendo cultivada y esto alcanza para producir alimento para cuatrocientos millones de bocas. Hay prendas de vestir manufacturadas para tres generaciones y media. En el 2011 se renovaron 25 millones de celulares.

Y parece que esto no nos sugiere nada, no nos motiva a abandonar la marcha sin fin.!!! Aún creemos –masivamente-, que las cosas malas ocurren porque el pobre señor Estado no se dio cuenta de ello, y que gracias a nosotros, si militamos, si juntamos muchas firmas, mucha gente, muchas veces, en todas partes, entonces el Estado, la Autoridad, la Justicia, pondrán las cosas en su lugar con su mano benefactora.

Y que las inmundas, corruptas, tenebrosas, multinacionales y sus cómplices entregadores y traidores funcionarios pagarán cara la violación a sus deberes. Y que existe otro Estado, otra clase política y otros empresarios posibles. Y otra Ley u otra Democracia posibles.
Bueno: no! No hay otras, estas son todas las que hay!!!
(lamento decirte esto, hijo, pero eres adoptado)

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