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Sobisch los mata, Cristina los denigra: dos caras de la misma moneda antiobrera
Por Tribuna Proletaria -
Tuesday, Apr. 03, 2012 at 3:54 PM
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5 años del asesinato de Carlos Fuentealba
El 4 de abril se cumplen 5 años de la represión a los docentes en Arroyito, Río Negro, en la cual fue herido de muerte el maestro Carlos Fuentealba. Jorge Sobisch, el gobernador y responsable político e ideológico del fusilamiento, a pesar de los múltiples pedidos de juicio político y cárcel continúa libre y actuando en política. El único procesado y condenado es el policía José Darío Poblete que disparó la granada de gas lacrimógeno que impactó en la nuca del maestro; el asesinato, por tanto, continúa impune.
Sumado a la impunidad del fusilamiento, continúan insatisfechas las demandas salariales de los docentes estatales, condenados a malvivir con sueldos miserables, a la par que crece exponencialmente la población de las aulas. Esa situación de miseria salarial y de aulas abarrotadas es la que provoca que todos los años salgan a la lucha en un intento por romper el cerco; luchas que sistemáticamente son traicionadas y vendidas por la podrida burocracia sindical que arregla con el gobierno muy por debajo de las demandas y muy por debajo de los índices inflacionarios y el precio de la canasta familiar. La situación de miseria de los docentes es extensible a todo lo largo de la educación: desde el jardín de infantes hasta los docentes universitarios, donde está extendida la contratación en negro, el no reconocimiento de la antigúedad, los contratos de trabajo, etc.
En ese marco también se ubica el virulento discurso de la presidenta en la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso: "los docentes trabajan 4 horas por día y tienen 3 meses de vacaciones". Postulado absolutamente falso, que no por error enunció CFK, sino que utilizó un lugar común del imaginario social para fustigar a los docentes estatales, porque son precisamente los estatales y municipales los que salen a la huelga, son ellos los que defienden la educación pública, defienden su devaluado salario y la dignidad de su trabajo frente al poder que constantemente los denigra, los reprime y los mata.
En la misma línea, pero mereciendo un párrafo aparte por los niveles inconcebibles de ignorancia y desprecio por la educación pública merece el (des) gobierno de Macri: subejecución del presupuesto para educación, reemplazo de las juntas de clasificación por la dedocracia macrista, cierre de 221 grados, recorte de becas, falta de mantenimiento de los institutos educativos, mandar la patota a pegar a los docentes que reclaman defendiendo la educación pública de nuestros, hijos, siendo la contracara el mantenimiento (e incremento) de millonarios subsidios a los colegios privados y/o religiosos. ¿Cuál es la diferencia entre la patota macrista que golpea a los maestros de nuestros hijos y el asesinato cobarde y por la espalda de Carlos Fuentealba?
El asesinato de Carlos Fuentealba no fue un hecho aislado, se enmarca en la ofensiva que desde el poder sufre el pueblo trabajador y la respuesta usual cuando salimos a la calle a luchar por lo que nos corresponde: palos; del mismo modo que el discurso de Cristina tampoco es un hecho aislado: es un intento de aislar a los docentes de la sociedad en medio de una medida de lucha, todo enmarcado en el giro de derecha del gobierno: ley antiterrorista, cinco mil procesados por luchar, silencio complaciente ante las masacres llevadas adelante por los gobernadores K, en fin, preparación del terreno para la represión lisa y llana que descargará sobre el pueblo pobre y trabajador cuando éste salga a la calle frente a la inflación galopante que se come los magros salarios, el ajuste en curso, las paritarias a la baja o frente a la entrega de nuestros recursos naturales a las transnacionales mineras. Es decir frente a las demandas legitimas de los trabajadores y el pueblo.
¡Carlos Fuentealba presente, ahora y siempre!
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