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Fútbol: Represión en Santiago del Estero
Por Gustavo C - Tuesday, Apr. 10, 2012 at 6:21 PM

Fútbol: Represión en...
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El útlimo domingo, tras el partido entre Central Córdoba y Douglas Haig de Pergamino, el cuerpo de infantería de la policía de Sgo del Estero reprimió con dureza y sin motivos a un grupo de socios e hinchas opositores –no barras bravas- que protestábamos contra el presidente del club, Francisco Pece. Sin mediar palabras y sin medir consecuencias por la presencia de menores y mujeres, la policía emprendió una feroz represión. Entre los que sufrieron la golpiza policial están dos de mis sobrinos –uno, menor de edad y tiene una discapacidad motriz parcial- y mi hermano. Los primeros recibieron balazos de goma en sus cuerpos y a mi hermano tuvieron que hacerle tres puntos en la cabeza por un palazo recibido. También el cantante popular Claudio Acosta y sus dos hijos, ambos menores de edad, sufrieron lesiones. La agresión a Acosta, conocido por su compromiso social y por su conducta pacífica, se dio frente a la misma puerta de la secretaría del club sin que ningún dirigente interviniera en evitarla. Francisco Pece responde al gobernador Gerardo Zamora y no es la primera vez que deja actuar impunemente a la policía en las mismas instalaciones del club. Hace dos años, tuvo el raro gesto de felicitar a ésta misma policía, mediante una solicitada publicada en El Liberal, por la represión emprendida contra la parcialidad de Talleres de Córdoba en la tribuna visitante. Entre otros descalabros, este dirigente de Zamora deja que los hinchas ferroviarios seamos apaleados en nuestra propia cancha por la policía de su jefe. Tanto Acosta como mi hermano presentaron la denuncia correspondiente.

Hoy, utilizando un diario del grupo Ick, el presidente de Central Córdoba, Francisco Pece, se excusa con una apreciación personal para describir lo que pasó ayer en la cancha del ferro. La represión policial empezó en el interior del estadio, frente a la misma puerta de la secretaría del club sin que ningún dirigente interviniera para impedirla. En la calle, la cosa empeoró y las consecuencias están a la vista: el de la foto es mi sobrino, un menor de edad que tiene una discapacidad motriz parcial. Ni él ni el resto de nosotros tenemos intereses personales creados en torno a Central Córdoba como lo tienen los barras bravas y algunos dirigentes con ambiciones políticas. A nosotros nos motiva la pasión que sentimos por el ferro desde siempre. Pagamos la entrada y la cuota de socios y no nos protege ningún poder político, ni el gobierno ni nos respalda los medios hegemónicos de la provincia. Hay una diferencia grande entre lo que pasó y lo que Pece relata. Para su desgracia, existen las redes sociales y los medios alternativos. Por eso esta información puede circular a pesar de su esfuerzo por esconder la verdad.

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