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Psicoactivos: la consulta
Por (reenvio) Fernando Caudevilla - Wednesday, Jul. 18, 2012 at 12:38 PM

En estos días he leído en la prensa sobre una nueva droga llamada ‘sales de baño’ que puede producir canibalismo. ¿Es cierto?

Durante los últimos cinco años se ha popularizado la venta a través de Internet de un grupo heterogéneo de sustancias a las que se ha dado el nombre de legal highs. Se trata de compuestos químicos no fiscalizados que se comercializan a través de la red como inciensos, fertilizantes y otros productos “no aptos para el consumo humano” que contienen en su composición cannabinoides sintéticos, derivados de catinonas y otras sustancias psicoactivas legales o de legalidad dudosa. Su venta así es lícita, pero se trata de productos que en muchos casos no han sido probados en humanos ni en animales, por lo que sus riesgos son desconocidos y potencialmente más elevados que los de sustancias conocidas como la MDMA, la cocaína o el cannabis.

Algunos de estos productos han sido comercializados como ‘sales de baño’. Su componente principal es la MDPV (metilendioxipirovalerona), un estimulante que se estudió en los ‘60 como antidepresivo, pero que fue desechado por sus efectos adversos y potencial de abuso. El parecido de su nombre con la MDMA (metilendioximetanfetamina) ha podido contribuir de alguna forma a su popularización, aunque la MDMA se parece a la MDPV como el agua al aguarrás: sólo en el nombre.

El pasado 1 de junio un hombre llamado Rudy Eugene fue abatido a tiros en Miami mientras intentaba zamparse la mejilla y el ojo de un pobre ciudadano que se había cruzado con él. Sin informes toxicológicos ni motivo aparente, la prensa informó de que Eugene estaba bajo los efectos de las ‘sales de baño’, con lo que la historia dio la vuelta al mundo en pocos días.

De entrada, no existe ningún fármaco cuyo efecto sea despertar el apetito por la carne humana y la MDPV (que ha sido ensayada en personas) no es una excepción. La explicación al ataque tiene que ver sobre todo con las características del individuo. Las drogas pueden acentuar ciertos rasgos de personalidad, pero atribuir el incidente a una sustancia tiene la misma lógica que achacarlo al champú con el que se lavó la cabeza esa mañana o a su marca de pasta de dientes.

Además, los análisis toxicológicos publicados hasta el momento no han encontrado rastros de MDPV (ni, por cierto, restos de la oreja de la víctima en el estómago del caníbal, aunque esto sea un elemento escatológico innecesario). Pero al sensacionalismo habitual que rodea las drogas se añade en este caso un elemento extra de morbo. En la semana siguiente al suceso, la prensa estadounidense informó de dos ataques caníbales más en Luisiana y Baltimore “posiblemente” relacionados con…¿lo adivinan? La droga zombie ataca de nuevo: atranquen la puerta pero, sobre todo, no dejen los productos del baño cerca del alcance de los niños.

fuente http://www.diagonalperiodico.net/PSICOACTIVOS-LA-CONSULTA.html

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