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De ortos burgueses de TV 54 pulgadas
Por (reenvio) Juan Pablo Zvinys - Friday, Sep. 14, 2012 at 1:35 AM

"Mucho ruido, ninguna idea; miles de voluntades individualistas y egoístas pegoteadas en una masa informe heterogénea, con aires de identidad en la disconformidad, gritan en contra de lo que más tangiblemente les incomoda a sus intelectos que no ven más allá de veinte centímetros, creyendo ingenuamente que reclaman justicia, cuando la justicia que persiguen es parcial, cortoplacista y se relaciona más con la codicia y la comodidad del propio orto burgués característico de la Capital Federal y del civismo más ortodoxo (sin determinaciones geográficas) respetado a rajatabla, el cual alimenta jornada tras jornada la gula del mismo sistema que ahora salen a "cuestionar" (creyendo que ese sistema tiene un culpable con nombre y apellido).

Este ruido no lo escucho cuando el sistema perverso vulnera y socava a los pueblos aborígenes, explota a las especies animales no-humanas, educa a los jóvenes en la funcionalidad de un régimen consumista, competitivo y obsoleto, devasta y contamina el planeta, permite que haya personas que sufran de desnutrición en muchas partes del planeta, que no haya igualdad social (y no la va a haber con este sistema), etc. Chotos consumistas caprichosos movilizados por un bienestar superficial personal, no importa a qué precio; costumbristas mecánicos.
La oposición está allí expectante para salvarnos, o el gobierno actual nos va a salvar (disyunción exclusiva de la cual sus mentes no pueden liberarse). PASIVOS crédulos brutos del orto.

Los grandes cambios cotidianos y sostenidos con el accionar personal producen nuevos órdenes y transformaciones radicales; este bullicio vacío y caprichoso, como el llanto de un nene, remueve la mugre superficial, pero debajo permanecen los mismos cimientos -tolerados y consentidos a cada paso que das- los cuales sostenés y ayudás a construir día a día con tus acciones mecánicas y no deliberadas.

Pero para qué pensar día a día, para qué ser el cambio que se quiere ver en el mundo, si mientras tanto yo no la paso tan mal con el estado de cosas (comiendo en un fast food; mirando una TV de 54 pulgadas; volviendo de laburar 8 hs. escuchando mi MP23 –mientras aguardo que el sistema libere el MP24 que ya le tiene reservado a mi deseo banal e incesante-; consumiendo pelotudeces que mi paladar necesita para compensar un vacío incomprensible para mi ingenio poco indagador de las circunstancias que me rodean; “disfrutando” de 48 hs. -nominadas “fin de semana”- que se me conceden para recrearme-; alentando al Club Social y Deportivo Calambre Mental, del cual soy simpatizante, el cual ya ganó 1501 campeonatos, pero vamos por el 1502; etc.) y cuando la situación ya me incomode a mí, puedo apelar a protestas aspaventosas y escandalosas vacías de propuestas justas y altruistas, puedo correr velozmente en círculos tirándome de la peluca con las dos manos y gritando desaforadamente a los cuatro vientos por aquella suerte perra que fatalmente recayó sobre mí...

fuente: Facebook

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