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Formosa: Habla la madre de la bebé qom asesinada
Por Fuente: José A. Saihueque - Friday, Dec. 21, 2012 at 11:45 AM

Exclusivo: Yanina Coyipé, madre de la niña muerta por la embestida del gendarme y testigo de los hechos, toma la palabra. (AUDIO)

Formosa: Habla la ma...
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No hay diferencia cultural, ni étnica, ni particularidad de ningún tipo que pueda desmentir que el dolor de una madre que pierde a su bebé es el más grande de todos los dolores. Ese dolor es el que atraviesa en estos momentos Yanina Coyipé, madre de Lila Coyipé, la bebé que murió ayer al mediodía fruto de las graves heridas sufridas tras la embestida de una camioneta –conducida por un gendarme– a la moto en la que viajaba el último domingo. La embestida se había cobrado de inmediato la vida de Celestina Yara, la mujer de Ricardo Coyipé –padre de Yanina–, que había quedado herido sobre la ruta. El gendarme Walter Cardozo se había bajado de la camioneta y la había emprendido a patadas contra Ricardo Coyipé. Mientras tanto, la niña agonizaba. A continuación, plazademayo.com reproduce el diálogo que tuvo con Yanina Coyipé, testigo directo de los acontecimientos.



–¿Qué sucedió el domingo? ¿Usted estaba en la moto de atrás que la de su padre?

–Justamente, yo estaba en la moto de atrás de la de mi papá y mi madrastra, que iban con mi nena. Yo he visto el auto que venía detrás de nosotros y me bajé de la ruta. Mi papá ya estaba saliendo, estaba sobre el blanco ese. Yo veía que el auto estaba manejando mal, yendo de aquí para allá, y yo salí de allí. Y vi que él a propósito atropelló a mi papá y vi a mi nena que saltó para arriba y después se cayó arriba del auto, sobre el vidrio. Y después cayó al suelo, sobre la ruta. Estaba en el medio de la ruta. Me bajé de la moto, la agarré y le pedí a los otros si me hacían el favor, si me podían llevar al hospital, y después vino el sobrino de mi papá, mi primo, y después él me llevó. Yo he visto a mi papá, que estaba tirado y se quería levantar y después el señor se juntó con mi papá y le golpeó, en el cráneo le golpeó, en la espalda lo patearon. Después he alzado a mi nena, justo vino la señora y me puteaba, puteaba a mi nena, puteaba a mi madrastra, nos decía muchas cosas.

–¿Qué les decía?

–“Ojalá se muera tu nena”, me dijo. Yo lloraba mucho. Después le pedí a mi primo que me lleve al hospital y la llevé a mi nena. Yo he visto al señor que pateaba a mi papá en el piso.

–¿Le decía algo mientras lo golpeaba?

–Sí. Le decía muchas cosas también. Fue a propósito el choque. No fue un accidente.

–¿Ustedes conocían a los Cardozo?

–Sí, los conozco.

–¿Cómo está usted ahora? Imagino el dolor inmenso de una madre.

–Sí, estoy mal ahora.

–¿Qué es lo que pide?

–Eso es lo que pido, la justicia.

La trama que señala que no se trató de un mero accidente vial cobra fuerza no sólo al conocerse los salvajes detalles de la reacción del gendarme Cardozo y sus acompañantes, sino al confirmarse que las víctimas y los victimarios se conocían previamente. “Ellos vivieron ocho o diez años en la reserva aborigen –cuenta Rebelino Coyipé, hijo de Ricardo, hermano de Yanina, tío de Lila Coyipé–. Se fueron cuando terminó el contrato hace dos años con el arrendador que era un hermano nuestro, y salieron. Pero salieron amenazando a la gente. ‘En cualquier momento agarro a cualquiera de ustedes’, dijeron. Amenazaban a cualquiera que se cruzara con ellos. Ocupaban alrededor de sesenta hectáreas, tenían ganado, vacas lecheras, caballos”.

–Entonces también conocían a Walter.

–Sí, él entraba a la escuela que está dentro de la comunidad.

–Los Cardozo conocían quién era Ricardo Coyipé y por eso ustedes creen que fue intencional.

–Mirá, no había cruce de camiones, nada, él tenía toda la cinta asfáltica para desviarse. No había camiones, motos, animales, nada. Según vemos, lo hicieron a propósito.

–No sólo Walter Cardozo atacó a su padre, sino otros acompañantes. ¿Cómo fue?

–Bajó la señora cuando mi papá estaba debajo del auto. Mi papá se salvó porque la moto se trabó con el auto y por suerte no le alcanzó a los pies de mi papá. Hizo fuerza para salir y bajó el tipo y en vez de auxiliar a mi papá, le pegó una trompada en la cara, en la nuca, en el estómago, en la espalda. Ahí vino mi hermano, y tiró la otra moto, y se agarró con el tipo. Mi hermana que estaba auxiliando a su nena escuchaba todos los insultos de la familia Cardozo con un chico en brazos y pateó a la difunta Celestina, que estaba tirada en el asfalto ya sin vida, según lo que me dice mi hermano.

El dolor tremendo de una familia, de una comunidad ante unas muertes bárbaras, que no deberían haber sido, se cristalizan en las palabras de este hombre que perdió, de un momento a otro, una parte de su vida. A manos de un gendarme y su familia, producto del clima enrarecido que impera en la Formosa del gobernado kirchnerista Gildo Insfrán, que cercena los derechos de los qom de manera sistemática y agresiva.

“Nosotros pedimos justicia, hemos perdido dos vidas, a nosotros nos duele –dice Rebelino–. Ayer a la mañana vino el transporte para recoger un cuerpo. Al llegar al cementerio enterramos el cuerpo de Celestina. Vinimos, nos sentamos, sonó el celular de papá y la doctora le decía: “Ricardo, lastimosamente tu nieta no aguantó el golpe y falleció. Otra vez ese lloro todo el día, dos noches seguidas estuvimos velando dos cuerpos. Hoy a la mañana vino el transporte para llevar otro cuerpo. Eso es un golpe para nosotros. Decir que fue un accidente… yo no lo veo así”.

La abogada Marina Morales Ríos afirma que los qom de la Comunidad La Primavera habían recibido amenazas de muerte, incluso de policías y gendarmes, luego de la represión que se cobró la vida de Roberto López el 23 de noviembre de 2010 y que por eso deben investigarse todas las hipótesis. “Hoy está caratulado como ‘homicidio doloso’ y se investiga como un accidente de tránsito, pero debe profundizarse la investigación para averiguar en todas las líneas, incluso la que plantea que pudo ser un asesinato”, señala. Morales Ríos representa a los miembros de la comunidad qom que han sido acusados de homiciadio, desacato a la autoridad y heridas graves luego de la represión ordenada por el gobierno de Insfrán hace dos años. Entre los imputados estaba Celestina Yara, fallecida el domingo. Ricardo Coyipé sigue imputado por esos hechos, ya que él mismo estaba protestando por sus derechos en la ruta, y podría llegar a ir preso, tal como Félix Díaz y otros 24 imputados.

La violencia posterior a la embestida de la camioneta contra la moto donde iban las víctimas no es espontánea. Reproduce la acción del Estado para con los qom, en manos de un agente de esa violencia, de un gendarme. Reproduce el abandono terrible que el gobierno del kirchnerista Insfrán ejerce sobre ese pueblo originario, sus represiones, esa perfidia que condena a los qom a ser los olvidados entre los olvidados. Hoy, martes 11 de diciembre de 2011, Gildo Insfrán cumple diecisiete años al frente del gobierno de la provincia de Formosa.



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