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El Adiós a Hugo Chávez: un hombre, un lugar en la historia
Por COB La Brecha - Wednesday, Mar. 06, 2013 at 2:40 AM

La muerte de Chávez abre un escenario político complejo en Venezuela y América Latina toda. El dolor por esta muerte es el dolor de los trabajadores y campesinos venezolanos y, por ende, el nuestro. El pueblo venezolano y de otros países de nuestra América anidan en dicha figura esperanzas, anhelos y acciones por el cambio social. Como tal lo recordaremos. En la apuesta al socialismo desde abajo, por fuera de todo “culto a la personalidad”, lo fundamental en estas horas inciertas será fortalecer el protagonismo popular y la movilización autónoma de las masas.

La figura de Chávez está asociada al proceso abierto luego del Caracazo de 1989, proceso de movilizaciones y acción directa del pueblo venezolano, que significó un rechazo rotundo a la política neoliberal instalada en la región a la fuerza de sangrientas dictaduras militares. La crisis política abierta por este suceso, con el pueblo de protagonista, preparó el terreno para la aparición de la figura de Hugo Chávez que, desde las filas del Ejército, le dio nombre con su liderazgo a esperanzas y anhelos heterogéneos del campo popular, unido por la negación de una política que lo resignaba a la miseria y la inacción.

Las personalidades históricas se erigen como tales por su capacidad de expresar y conducir procesos sociales. En el caso de Venezuela, Chávez y el chavismo son parte de los procesos de politización y recomposición del pueblo venezolano, marcados por corrientes nacionalistas, antiimperialistas y promotoras del cambio social. Procesos que no sólo marcaron a un país, sino que incluyeron un replanteo del proyecto estratégico para Latinoamerica.

El gobierno de Chávez, desde la institucionalidad estatal, manifestó una apertura para la organización popular. Justamente el carácter contradictorio aparece en la compleja relación establecida entre la autonomía y el acaparamiento estatal de la organización popular. Una apertura estatal de cara al pueblo y una reserva en lo respectivo a la democratización de ciertas esferas y atribuciones del gobierno, conviven en el chavismo.

Seguramente, el gran protagonista de estos cambios políticos es el pueblo de Venezuela. En este marco, el comandante Hugo Chávez, sin dudas, se ha convertido en todo un símbolo plagado de sentidos genuinos, que ha depositado en él la inmensa mayoría de la sociedad venezolana, en consonancia con una mejora en las condiciones de vida y una ampliación de los derechos sociales y políticos.

La reciente noticia de su fallecimiento ahoga de dolor a muchos hogares de trabajadores y campesinos, que ven en este episodio el fin del liderazgo más expresivo del proceso de cambios sociales que se da en la Venezuela Bolivariana. Para este país comienza un periodo con una ausencia irremplazable, y junto al resto de America Latina, un periodo de incertidumbre frente a la conducta que adoptara el imperialismo, que ya está festejando el fallecimiento de una figura más que incómoda para sus planes de dominación. Las derechas locales también tendrán su brindis con esta noticia.

A partir de ahora, ya no estará Chávez como interlocutor principal, y comienza una prueba de fuego para el pueblo venezolano, la de transitar con sus propias fuerzas y ánimos el camino hacia la liberación. Será tarea del pueblo revisar errores y corregir ciertas políticas, así como reafirmar y profundizar otras. Las decisiones y los tiempos en que se tomen dependerán de la centralidad y protagonismo que asuman sus organismos y herramientas de lucha. Lo que vino siendo una batalla con fuerte expresión electoral, seguramente se equilibre con las acciones autónomas de la organización popular. La relación entre avance electoral y Poder Popular deberá rediscutirse ante la insoslayable ausencia de Chávez.

Los ojos de millones de trabajadores estarán puestos en una de las primeras experiencias de movilización de masas tras la derrota político-militar de la clase trabajadora en los 70, la de esta Venezuela que de forma insistente y valiente, ha rejuvenecido el sueño de la transformación social, ha dignificado a miles de familiares del pueblo, y contagiado a miles en el continente.

Hoy, nuevamente, la coyuntura marca un desafío para el pueblo. A pocas horas de la muerte de Chávez la amenaza imperialista se hace sentir en el país y pone de manifiesto que, como todo derecho conquistado, la libertad y dignidad de los pueblos la defienden los pueblos mismos, arrancándolas a la historia misma.

¡Fuerza al pueblo venezolano! ¡Ni un paso atrás!

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