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Desagravio al defensor de derechos humanos Jhon Jairo Salinas
Por Carlos Alberto Ricchetti (Periodista) - Monday, Jun. 17, 2013 at 8:32 PM
jjsalinas69@hotmail.com

Con el correr de los años, la inestabilidad política, el sistema estatal profundamente retardatario, le valieron señalamientos, estigmatizaciones; por parte de la fuerza pública y amenazas, como las de la herramienta paramilitar del Estado.

Desagravio al defens...
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A quien corresponda:Habiendo tomado conocimiento de la prestigiosa mención que ustedes otorgan, el Premio de Derechos Humanos "Rey de España", quisiera postular como acreedor al mismo, aunque son muchos con el mismo afán de hacerlo, quizás no a alguien afamado, ni reconocido, como suele suceder de manera habitual, sino a quien anónimamente, día a día, pone en juego su propia existencia, en el contexto de un país como Colombia, donde no sólo conviven el autoritarismo, la corrupción, los desequilibrios sociales y la muerte, como forma de ejercer la política, sino en el cual, también es de dominio público que la composición propia de su estado, se halla forjada sobre sólidas bases, aún con sustento jurídico, de desigualdad, intolerancia, atropello y de falta de garantías para el cumplimiento de los derechos fundamentales de sus habitantes.Es por ello, que como testigo privilegiado de sus méritos a lo largo de casi nueve años de residencia como extranjero, siendo su desinteresado colaborador, compañero y amigo, que tuvo el honor de acompañarlo en sus distintas labores, quiero hacer pública mi postulación del Señor Jhon Jairo Salinas, dirigente social, político, de derechos humanos, jefe de redacción de la revista virtual "Reflejos de Colombia Y Latinoamérica" y coordinador de REDEPAZ en el departamento del Quindío, Colombia, para que se lo haga acreedor no sólo del premio, sino de una distinción harto merecida por su noble accionar desde el silencio, sin esperar nada a cambio, en beneficio de las necesidades y requerimientos permanentes de quienes incluso, con posterioridad, han cometido la impertinencia de darle la espalda.Para hacer una breve reseña que no exceda las limitaciones de esta humilde petición, diré que desde pocos años después su advenimiento a esa vida, defendida con creciente fervor y tesón, el 30 de octubre de 1.969, Salinas ha colaborado sucesivamente con las y los luchadores de derechos humanos, incluido en el campo político y social. Apenas era un niño, cuando superando difíciles limitaciones económicas, trascendió para enseñar y dar ejemplos notables de que era posible vivir con dignidad, fraternalmente, inculcando los valores de solidaridad, defensa y amor por los derechos adjudicados al hombre, a partir de su naturaleza libre.


Con el correr de los años, la inestabilidad política, el sistema estatal profundamente retardatario, le valieron señalamientos, estigmatizaciones; por parte de la fuerza pública y amenazas, como las de la herramienta paramilitar del Estado, más precisamente su facción autodenominada "Águilas Negras", las que en varias ocasiones, tras poner precio a su cabeza, por recomendación de sus allegados, lo obligaron a migrar, buscando refugio por corto tiempo fuera del departamento del Quindìo, para volver poco más tarde a reemprender su tarea irrenunciable.


Ello, sin contar su asistencia a los procesos de paz, a Cartagena del Chairá y a cuanto lugar creyó que su presencia podía ser indispensable para poner una cuota de amor, paz, esperanza y solidaridad, allí donde tuviera lugar la violencia, el hostigamiento, la intolerancia, el atropello y el desplazamiento de los sectores más sensibles de una sociedad, ya azotada por más de sesenta años de guerra civil no declarada.A modo de conclusión, diré que Salinas es un hombre que por encima de cualquier aspiración personal, social, política y económica, así sea para obtener el sustento diario a duras penas -en este momento es un desempleado más en una larga lista interminable- puso al bien común, a partir de su ideario irrenunciable, de una prédica constante, acerca de que la definitiva emancipación, la legítima dignidad de los seres humanos, será posible el día en el cual todos alcancen la plenitud de sus fueros o prerrogativas así sean elementales y no, como piensan muchos, sólo unos pocos o algunos.Sin más que decir, rogándoles a todos ustedes tengan a bien disculparlos por las molestias ocasionadas al recibir mi misiva, me despido de ustedes muy atentamente, con el inmenso deseo de que pueda hacerse justicia, reconociendo el trabajo y el legado de un autentico defensor de la vida y los derechos humanos.

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