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FIT: Ahora un instrumento socialdemócrata de PO y algunos aliados
Por Informes IPI - Tuesday, Jun. 18, 2013 at 11:57 AM

A todo efecto práctico, el FIT (PO y aliados) ha desaparecido como herramienta para revolucionarios. Hoy constituye un frente socialdemócrata y pacifista, además de antidemocrático

Por León Pérez
Informes IPI

Tanto el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), como Izquierda Socialista (IS) tuvieron que salir a explicar en sus periódicos el hundimiento del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y su ubicación como partidos satélites de su socio en el mismo, el Partido Obrero (PO).

Más allá de las explicaciones de los participantes, el FIT no logró: a) Hacer una discusión programática que lo acercara a la realidad política del país; b) El PTS se rindió incondicionalmente a las pretensiones de PO de encabezar las listas de diputados y legisladores con mayores posibilidades de ser electos: las listas de diputados en Capital y Pcia. de Buenos Aires y la de candidatos a legisladores en la CABA; c) no se invitó a participar, ni a las discusiones ni al frente de forma orgánica, a ninguna otra organización o partido, incluso aquellos que apoyan al FIT (CS, PSTU, TPR etc); d) No hizo ningún esfuerzo por llamar a integrarse en un frente común de izquierda a organizaciones que no lo apoyaron anteriormente (como el MST, la corriente que encabeza Zamora, el FPDS y una docena más de potenciales candidatos a ser aliados).

Para ser un verdadero frente de izquierda, al FIT le hace falta diversidad ideológica, expansión y número de organizaciones; para ser un ¨frente trotskista¨ - si ese fuera el objetivo - le falta colmillos ideológicos y programáticos.

Un frente programáticamente socialdemócrata

La plataforma del FIT, entre muchas otras cosas y solo a manera ilustrativa, ignora la denuncia de la dependencia del país del imperialismo, sobretodo de los emergentes imperialismos Chino y Brasileño. Nada, ni una palabra, sobre la creciente extranjerización de nuestra economía a manos de esos países ni la docena de tratados firmados por el gobierno en los últimos años que les entrega una parte significativa del patrimonio nacional (represas, hidrocarburos, trenes, tierras sojeras, etc).

La plataforma del FIT en base a la cual pedirán el voto a los trabajadores y los jóvenes no dice una sola palabra sobre la autodeterminación de los pueblos originarios, inclusive el derecho a su autonomía política, limitándose a reclamar derechos democráticos generales y abstractos que, despojados de la posesión de las tierras, la autonomía política y el derecho irrestricto a sus culturas, significan bien poco.

No hay un solo punto en la Plataforma del FIT que se hable de la movilización revolucionaria de los trabajadores para la toma del poder. Todas son propuestas de reformas dentro del sistema y han hecho de la lucha contra la corrupción, al igual que la oposición burguesa, uno de los centros de sus campañas. El PTS acusa a PO de que fue este quién se negó a incluir un punto sobre la toma del poder por los trabajadores y el pueblo, debido a que Altamira temía que esto alejaría a los votantes que se quiere conquistar para las bancas.

El PTS, por su lado, no lo levanta jamás en sus campañas, con lo que, junto a supuesta aceptación de la política electoralista de PO, los pone en el mismo bando.

El FIT tiene una plataforma llena de consignas sindicales y de demandas de mejoras salariales y condiciones de trabajo que se ejemplificó en su campaña mediática de la elección anterior: ¨Quién luchará por sus salarios…. nosotros, la izquierda¨ y otras similares.

Los partidos que componen el FIT hablan de vez en cuando contra la burocracia sindical – ensañándose con la más débil, claro – pero eso no les impidió apoyar con todo el paro trucho de Moyano del 20N o asistir a sus actos peronistas de derecha en ¨frente único¨ sólo porque el que tuvo relaciones estrechas con la Triple A ahora está contra el gobierno. Será difícil en el futuro próximo que los partidos del FIT logren desligarse de la imagen brindada de ser una corriente sindical de izquierda del Moyanismo.

No para completar, porque hay infinidad de otros ejemplos (como que casi no nombren el juicio y castigo para los asesinos de la Triple A por sus compromisos con Moyano), el FIT y sus partidos son programáticamente socialdemócratas y electoralistas porque han negado a sus propios militantes, otras organizaciones de izquierda y sociales combativas, la posibilidad de debatir la acción electoral común.

Han negociado todo por arriba, desde programa a candidatos, incluso el PTS que citó a una conferencia nacional para debatir al crisis del FIT alrededor de las candidaturas pero no hizo un solo aporte ni a la teoría ni a la práctica revolucionaria. Su conferencia fue solo un Ibuprofeno para su base dolorida en la crisis.

Se parecen mucho a la vieja socialdemocracia, aquella que ¨declamaba la necesidad del socialismo en los días de ¨Fiesta¨ como el 1ro. de Mayo, para adaptarse a las reglas del juego de reformas dentro del capitalismo el resto del año.¨

Un frente pacifista, no revolucionario

Son, igual que aquella socialdemocracia, pacifista. En el juicio por el infame asesinato del militante de PO, Mariano Ferreyra por la patota sindical de Pedraza – por la condena de la cual hicimos como se sabe una campaña ininterrumpida – los abogados de PO y sus aliados del PTS y otros, esgrimieron argumentos propios de su ideología.

Pedraza y la patota fueron condenados porque atacaron, según el juez, a personas ¨vulnerables¨¨ (entre las que se encontraban mujeres con sus niños), desarmados e inermes ante el vil ataque. Los abogados de PO hicieron grandes esfuerzos en hacer notar que había sido un Plan Criminal (no una asociación ilícita de una burocracia preparada para actuar de esa forma en todo momento) del que nada sabían y los había tomado por sorpresa.

En el juicio se develó sin embargo que la patota no se había reunido para ese ataque específico sino que existía de siempre; que ya habían atacado antes, entre otros lugares en el lobby de Estación Constitución, a los activistas, y que el sistema del Roca estuvo empapelado durante días advirtiendo a quiénes después resultaron víctimas que si cortaban las vías los atacarían. La burocracia sindical es una mafia que actúa por naturaleza como una asociación ilícita.

¿Qué hubiera sucedido si PO y demás participantes de los cortes de vía, hubiesen, como debían haber hecho, escuchado las amenazas y actuado en consecuencia, es decir preparando una autodefensa eficaz y movilizado un mayor número de personas (excluyendo niños) en el intento de cortes, así como hacer denuncias públicas advirtiendo que harían la protesta a pesar de las amenazas y que si eran atacados se defenderían de la mejor forma posible?

¿Si todo esto hubiera sido hecho y la patota sindical hubiese insistido en el ataque avieso – algo que se le hubiese dificultado si sabían que encontrarían una resistencia organizada - y la peor parte la hubieran llevado los matones de Pedraza cual hubiera sido la actitud de PO, el PTS y sus abogados?

¿Hubieran defendido el derecho a la autodefensa como un derecho democrático y le hubiesen inculcado a los trabajadores que tantas veces se dieran estos ataques armados contra los activistas hay que estar preparados para repelerlos efectivamente?

Si la respuesta a esta última pregunta es sí, ¿Por qué no dijeron una palabra sobre esto en el juicio? ¿Porqué PO no se autocriticó de no haber tomado las medidas necesarias para tratar de impedir el crimen antes que sucediera? ¿Por qué no dijeron una sola palabra sobre esto en la campaña electoral que hubo después del juicio en el Roca donde volvieron a ganar los Pedrazistas y PO solo sacó el 9% de los votos?

¿Advierte PO y sus aliados que quedaron prisioneros del sistema judicial de la burguesía que les dictó los términos mediante los cuáles condenaría a los asesinos de Mariano que no fueron otros que los dictados por el gobierno cuando le soltó la mano a Pedraza ante los hechos incontrastables?

Como a las elecciones, los revolucionarios acuden a la Justicia con el objetivo de denunciar, ser implacables con los enemigos de clase, pero al mismo tiempo para educar a sus propios militantes y a los trabajadores en general sobre sus métodos, su programa, su manera de intervenir en la lucha de clases, que nada tienen que ver con el ejercicio de la democracia burguesa o victimizarse como un grupo de pacifistas sorprendidos en un acto de protesta.

PO los corrió con la vaina y, con ayuda de IS, logró que el PTS arrugara en las candidaturas

Durante tres meses PO, IS y PTS discutieron en secreto las candidaturas, la única cuestión de importancia para ellos. El secreto fue levantado cuando imprevistamente, y de acuerdo a IS y el PTS, en contra del acuerdo de no hacer públicos los debates, PO publicó algunos de ellos en su página web.

Altamira y su séquito corrió con la vaina al PTS, con la complicidad de IS. Les dijeron a Castillo y Albamonte que PO reclamaba encabezar todas las candidaturas, en todo el país, sencillamente porque eran el partido más grande, sus candidatos eran los que ¨traccionaban¨ votos y porque eran superiores en todo sentido a sus socios políticos.

Todos argumentos de máxima, además de improbables y egocéntricos. Ni PO es el partido más grande, en términos de militancia revolucionaria de la izquierda (aunque se podría discutir si hubiera una forma honesta de verificarlo) ni Pitrola y Altamira traccionan votos como si fueran algo que PO llegó a describir como ¨un fenómeno de líderes populares¨.

Pitrola, Altamira, Solano, los dos Castillos, Myriam Bregman, Oliveros, Albamonte (el verdadero dirigente del PTS) o Mercedes Petit (de IS) no podrían competir por un puesto de concejal si lo debieran a su carisma o dotes personales. Malos oradores, débiles ideológicamente, desordenados en el debate político, aparecen como arrogantes jefes de sectas religiosas.

Los votos del FIT y de los partidos de izquierda en general corresponden a la tozuda existencia de un millón de trabajadores y jóvenes que sostienen, de diversas formas y distintos niveles de compromiso, la lucha por el socialismo y la muerte del Capital.

Muchos de ellos votan por lo que hay, tapándose la nariz, otros ni se molestan en hacerlo y hasta hay quiénes votan por el mal menor considerando que los que se consideran como el ¨bien mayor y único¨ frente a la oposición burguesa de derecha o la centroizquierda corrida a la derecha, nop son más que Altamira, Pitrola, Miryam Bregman, Olivero o Castillo.

El argumento (o bluff) de Altamira funcionó. IS de inmediato rechazó la propuesta del PTS de utilizar las internas obligatorias para dirimir los puestos en las listas e hizo un acuerdo por separado con PO de encabezar en Córdoba y en algún otro sitio.

Acto seguido el PTS aceptó que PO encabezara los primeros puestos en las listas de diputados más importantes (recordemos que estas elecciones son legislativas), donde se concentrarán la mayoría de los votos, toda la atención pública y, potencialmente, donde podrían ser elegidos algunos integrantes del FIT: PO obtuvo el primer puesto en la Lista de Diputados y el 1ro. para legisladores de la CABA y encabeza la de diputados en la Pcia. de Buenos Aires, además de reservarse los primeros puestos en otros lugares con alguna perspectiva como Salta. Pasó de su exigencia de máxima a sincerar lo que realmente pretendía desde el principio.

Le dejó al PTS encabezar la lista de Senadores de CABA (donde se necesita por los menos el 30% de los votos para ser electo, o cerca de ello) y la de diputados provinciales en Buenos Aires (para la elección de los legisladores provinciales el territorio se divide en ocho secciones electorales, cuatro de las cuáles eligen diputados y las restantes senadores, según lo establece la Ley Electoral o, traducido en votos, significa obtener un altísimo porcentaje, 15% o más para entrar en la repartija, en cada una de las cuatro secciones en que se divide la provincia).

O sea los restos del supuesto festín. A esto, el PTS lo resumió como una especie de victoria de sus habilidades de negociación. Fue más lejos aún y consideró que nada de esto constituía una cuestión de principios. Aduciendo, de paso, que solo una secta rompería el FIT sobre estas cuestiones. IS se quedó con el encabezamiento en Córdoba.

Los falsos argumentos de la antidemocracia

IS, para apoyar a PO, se opuso terminantemente a utilizar las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) – cosa que el FIT tiene que hacer de todas formas como obligación legal – con el argumento de que era una ¨legislación proscriptiva y antidemocrática¨ y de que una interna entre los partidos, en realidad debilitaría al FIT y confundiría a los electores llamándolos a votar por una lista u otra. ¡La democracia interna debilita a las organizaciones, vaya lógica!

Para lograr el apoyo de IS, PO había amenazado con ir a internas en todo el país, no solo en los distritos en disputa con el PTS (Capital y Pcia. de Buenos Aires) con lo que esperaba atemorizar a IS, y lo logró, en Córdoba.

Las PASO son antidemocráticas y proscriptivas porque exigen un piso de 1.5% de los votos del padrón en todo el país y lo completan con exigir un 3% para ser electo diputado en las generales (en realidad como no es sobre los votos emitidos sino sobre el padrón este porcentaje trepa casi al 5%).

Si los partidos del FIT hubiesen debatido intensamente sobre programa – cosa que ignoraron por completo -, hubieran abierto la interna a toda organización de izquierda que quisiera presentar listas y hubieran demostrado en campaña que candidatos serían más apropiados para la generales de Octubre, el FIT hubiese superado holgadamente el 1.5% de los votos exigidos y derrotado una vez más los intentos proscriptivos y, lejos de debilitar al FIT, lo hubiese fortalecido enormemente porque el poder de convocatoria se hubiese multiplicado.

Además de haber demostrado en la práctica su adherencia a la democracia interna y a la política de expandir el frente hacia otras organizaciones.

Reemplazaron todo esto por una última negociación por arriba donde PO obtuvo todo lo que quiso y transformó de hecho al FIT en un apéndice de su partido. Algo similar a lo que intentara hace años en el movimiento piquetero (con el Bloque Piquetero Nacional del que terminó siendo expulsado o yéndose).

Sencillamente a PO, y en eso coinciden el PTS e IS, les importa un rábano desarrollar un frente único, en la esfera que fuera, para desarrollar las luchas del conjunto del movimiento de los trabajadores y el pueblo. Para ellos la política es una mera competencia por el título de cuál partido es más grande o mejor que el otro, sin advertir que esto se dirime solo como un subproducto de la lucha de clases, no como un plan urdido de zancadillas mutuas.

En el caso de Altamira, lo obsesiona superar al llamado ¨Morenismo¨ (por Nahuel Moreno, dirigente en los 70 y 80, de la mayor corriente trotskista de Argentina y Latinoamérica). Nunca lo logró y siempre vivió a su sombra, tomando un lejano segundo o tercer puesto. Cree que ahora es su oportunidad.

Se equivoca, porque Altamira y PO, al igual que el PTS, IS, - y tantos otros partidos que se denominan trotskistas y que constituyen una porción muy significativa de la actual izquierda en Argentina – predominante en este segmento de la sociedad en el plano electoral – aún viven de las migajas del portentoso experimento Morenista-Trotskista.

Incluso aquella épica interna para elegir candidatos presidenciales entre el viejo MAS y el PC estalinista, ofrecida por Moreno a la dirección del PC. Participaron decenas y decenas de miles de trabajadores en todo el país, hubo debate… y ganó el PC por pocos votos, pero emergió allí la hegemonía del trotskismo en la izquierda Argentina… que dura hasta hoy.

Uno puede discutir el programa, la dirección general, lo que quiera, del viejo MAS y anteriormente el PST, pero no el experimento de masas y de intervención en la lucha de clases que significó en el trotskismo Argentino. Ni el coraje en el debate político ni en la experimentación en la lucha de clases.

No solo Altamira nunca logrará aquel nivel de participación (toda la izquierda hoy día no lograría la mitad de la concurrencia que obtuvo el viejo MAS que llenó todos los estadios imaginables, desde el abierto de Ferro hasta Atlanta y cuyas columnas en las marchas convocaban mucho más que lo que podrían hoy día toda la izquierda junta) sino que jamás se atrevería a hacerlo o su partido, y sus aliados, no dirigirán nunca los sectores de trabajadores y de masas del viejo MAS.

Altamira está destinado a las pequeñas, casi insignificantes batallas, como lograr que ahora el PTS e IS le capitulen.

A todo efecto práctico, el FIT ha desaparecido como herramienta para revolucionarios decimos en el título de esta nota. A través de él no podrán canalizarse grandes debates teóricos y políticos ni la iniciación de un vasto movimiento de la clase trabajadora para hacer, o comenzar a hacer, la revolución.

Sus integrantes esperan que, a quienes han dejado afuera y no han consultado, no tengan más alternativa que ir al pie el día de las elecciones o que los destinatarios de su mensaje de intereses bastardos y antidemocráticos de la política o de las meras reformas del sistema pasen desapercibidos o, mejor aún, puedan hacerlos pasar por mensajes revolucionarios. Con la misma esperanza, sueñan con que nadie recuerde que estuvieron junto a Moyano, se abstuvieron en muchos enfrentamientos cruciales de la política y facilitan la permanencia de métodos antidemocráticos en la izquierda.


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