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El alba de los disidentes de Internet. Manning, Snowden y Assange
Por (reenvio) Nozomi Hayase / CounterPunch - Friday, Aug. 16, 2013 at 10:16 AM

Las volcánicas revelaciones sobre la omnipresente vigilancia estadounidense del informante de la NSA Edward Snowden ya van en su tercer mes. Las réplicas sentidas en todo el mundo continúan. Cuando Rusia le otorgó asilo temporario, la Casa Blanca mostró enojo y consternación.



La informática Nadia Heninger argumentó que la filtración de información se está convirtiendo en “la desobediencia civil de nuestra época”. El difunto historiador y activista Howard Zinn describió el acto de desobediencia civil como “la violación deliberada, discriminada, de la ley por un propósito social vital”. La propugnó diciendo que un acto semejante “se convierte no solo en justificable sino necesaria cuando está en juego un derecho humano fundamental y cuando los canales legales son inadecuados para garantizar ese derecho”.

El de Snowden fue claramente un acto de desobediencia civil. John Lewis, parlamentario estadounidense y veterano dirigente de los derechos civiles señaló recientemente que Snowden “continúa la tradición de desobediencia civil al revelar detalles de programas clasificados de vigilancia de EE.UU.”

Snowden no está solo. En los últimos años, ha habido olas de disenso que revelaron el grado de corrupción y abuso del poder endémicos en este sistema corporativo global. Antes de Snowden, estuvieron Bradley Manning y Jeremy Hammond quienes sacudieron la tendencia de extralimitación dentro del gobierno de EE.UU. y sus aliados corporativos transnacionales y gubernamentales. El soldado Bradley Manning denunció los crímenes de guerra estadounidenses y el activista Jeremy Hammond sacó a la luz el funcionamiento interno del Estado de vigilancia dominante. Se arriesgaron para alertar al mundo sobre la falla sistémica del gobierno representativo y sobre la tendencia hacia un peligroso autoritarismo corporativo.

Después que Snowden fue acusado de espionaje, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange llamó al apoyo global a su persona:

“Edward Snowden es uno de nosotros. Bradley Manning es uno de nosotros. Son gente joven, de mente técnica, de la generación traicionada por Barack Obama. Son la generación que creció con Internet y fue conformada por éste…”

Snowden, Manning y Assange forman todos parte de una generación de Internet que considera que la transparencia de los gobiernos y de las corporaciones es una forma de controles y equilibrios sobre el poder. Creen en el poder de la información y en el derecho de saber del público. En una entrevista con Glenn Greenwald de The Guardian, Snowden

describió cómo su motivo fue “informar al público sobre lo que se hace en su nombre y lo que se hace en su contra”. Propugnó la participación de la gente de a pie en los procesos de toma de decisiones como una parte vital de la sociedad democrática e indicó que corresponde al público decidir sobre las políticas de las agencias nacionales de seguridad que él denunció. Su creencia es compartida por sus predecesores.

Manning, quien inspiró a Snowden, escribió en su chat de infausta memoria con el ex hacker Adrian Lamo: “Quiero que la gente vea la verdad… no importa quiénes son… porque sin información, es imposible tomar decisiones informadas como público”. Confirmó una vez más esta convicción cuando testimonió en la investigación previa para su alegato formal .Después de admitir que fue la fuente de la mayor filtración de información clasificada en la historia, habló de nuevo sobre la motivación detrás de sus acciones:

“Creí que si el público en general, especialmente el público estadounidense tenía acceso a la información… esto podría provocar un debate interior sobre el papel de los militares y nuestra política exterior en general.”

Al declararse culpable de un cargo de conspiración para hackear los ordenadores de la firma privada de inteligencia Stratfor, el friki informático Jeremy Hammond declaró que creía que “La gente tiene derecho de saber lo que los gobiernos y las corporaciones hacen detrás de puertas cerradas”.

Barrett Brown, periodista y director de un sitio en la web llamado Project PM, que tercerizaba información denunciando las actividades de la industria de la ciber-inteligencia, también sostuvo una convicción similar. Brown ahora está tras las rejas con una posible sentencia máxima de 105 años por su atrevida investigación de la creciente industria de contratistas privados de la inteligencia. En una entrevista con Michael Isikoff de NBC, Brown describió la “libertad de información” como “el valor de esta época”. Habló de cómo esta creencia motiva a numerosos ciber-activistas a involucrarse en la desobediencia civil contra aquellos en posiciones de poder que actúan de forma poco ética.

La consigna de estos activistas es: privacidad para el público, transparencia para los funcionarios gubernamentales y ejecutivos corporativos. Este interés por la privacidad y la protección de información personal fue lo que llevó a Snowden a arriesgar su libertad y también hizo que Andrew ‘Weev’ Auernheimer denunciara una falla de seguridad dentro de los servidores de AT&T. “El crimen de Auernheimer no fue un hackeo, aclaró su posición Natasha Lenard de Salon. Explicó cómo “no accedió ilegalmente a un servidor privado. Más bien, su convicción se basaba en qué datos son autorizados o no y quién lo decide”. Aunque sus acciones no dañaron a nadie, Auernheimer fue enviado a la prisión por señalar que la compañía no protegía los datos de los usuarios.

Este tema común de libertad de información es lo que motiva a esta nueva generación de activistas. Su lucha contra un sistema corrupto requirió mucho sacrificio personal; han sido encarcelados, desnudados, sometidos a juicios exhibicionistas, encerrados en la sección de tránsito de aeropuertos e inmovilizados en una embajada ecuatoriana.

Una visión de un nuevo mundo

Estos disidentes digitales dicen la verdad al poder. Mediante el nuevo medio digital, revelaron el profundo fraude de un sistema arrogante que posibilita que gobiernos y corporaciones se entrometan en las vidas privadas de otros, mientras ocultan al público sus propias acciones inmorales. Pero, esto no era todo; esos jóvenes activistas también tuvieron una visión de un mundo nuevo y de una sociedad más abierta y justa.

Con la publicación de los archivos clasificados de la NSA, Snowden declaró que actuaba en defensa de lo que valora:

“No quiero vivir en un mundo en el cual todo lo que digo, todo lo que hago, cada persona con la que hablo, cada expresión de creatividad o amor o amistad es registrada. Y eso no es algo que esté dispuesto a apoyar, no es algo que esté dispuesto a construir y no es algo en lo que esté dispuesto a vivir.”

En el registro de chat, Manning apuntó a la idea de la democracia abierta, elaborada en un artículo en el New York Times, como “lo contrario de la diplomacia secreta, que consiste de la negociación encubierta de tratados cuya existencia es ocultada al mundo”. Refiriéndose discretamente a la publicación de Cablegate, describió el material como la “versión de los eventos mundiales y la crisis no presentada en relaciones públicas” y lo calificó de “diplomacia abierta”. Más adelante señaló que “la información debe ser libre” y que “pertenece al dominio público” y compartió su punto de vista declarando que “si la información es conocida por todos”, nadie puede aprovecharse de ella y “debería ser un bien para el público”. Así mostró su ansia de una sociedad honesta en la que exista alguna forma de transparencia para lo que los dirigentes hacen en la oscuridad.

Esta visión del mundo está vinculada a ciertos valores que son alentados por las estructuras abiertas de Internet. A diferencia de la época de la prensa cuando la información tendía a ser centralizada, la era de Internet fomenta una forma de comunicación interactiva y directa de igual a igual. El antropólogo Paul Jorion señaló que la naturaleza inherentemente democrática de Internet significa que “no hay jerarquía y cada cual puede expresarse”.

La vida del difunto activista Aaron Swartz fue un ejemplo de esos nuevos valores nacidos en tándem con el medio de comunicación digital. Swartz defendió el derecho del pueblo a la información libre. El manifiesto de 2008 que escribió en coautoría declaró que el compartimiento de la información es un “imperativo moral” contra “la privatización del conocimiento”. Necesitamos tomar la información dondequiera esté almacenada, hacer nuestras copias y compartirlas con el mundo. Tenemos que tomar material que esté libre de copyright y agregarlo al archivo”. Swartz nos instó a “luchar por la Guerrilla del Libre Acceso”.

Su creencia en la libertad de conectarse condujo a Swartz a una batalla para derrotar la Stop Online Piracy Act (Ley de cese a la piratería en línea - SOPA) basada en Hollywood, un proyecto de ley que fue camuflado como una solución al quebrantamiento del derecho de autor, pero que en realidad amenazó la capacidad de comunicarse y compartir libremente por Internet.

Hammond, que creía en crear “un ejército tan poderoso que no necesitaremos armas” luchó por la misma visión que Swartz. Cuando Swartz murió, Hammond escribió en su memoria:

“Lo que se necesita no es la reforma sino la transformación total – no enmiendas sino abolición. Aaron es un héroe para mí porque no esperó que los que están en el poder comprendieran su visión y cambiaran su juego, trató de cambiar el juego él mismo, y lo hizo sin temor a ser calificado de criminal y encarcelado por un sistema retrógrado de justicia.”

Antes de la denuncia de Snowden, Julian Assange vio la fuerza creciente que estaba subvirtiendo Internet y alertó a la gente ante las redes de espionaje creadas por aliados corporativos transnacionales. En el libro Cypherpunks: Libertad y el Futuro de Internet, escrito junto con Andy Müller-Maguhn, Jérémie Zimmermann y Jacob Appelbaum, Assange mostró cómo Internet puede ser utilizado como un instrumento tanto para la libertad como para la opresión.

“Erase una vez en un sitio que no era aquí ni allá, nosotros, los constructores y ciudadanos del joven Internet discutimos el futuro de nuestro nuevo mundo”, escribió Assange en la introducción. Los pioneros de esta cultura de la red parecen haber reconocido una fuerza democratizadora inherente en la tecnología de Internet y cómo ese poder, cuando sea verdaderamente liberado, podría transformar las estructuras existentes de control y propiedad. El fundador de WikiLeaks articuló la visión de Cypherpunks, un grupo de activistas que se percató del potencial de la criptografía en el logro del cambio social y político:

“Decimos que las relaciones entre toda la gente serán mediadas por nuestro nuevo mundo, y que la naturaleza de los Estados, que son definidos por cómo la gente intercambia información, valor económico, y fuerza, también cambiará. Vimos que la fusión entre las estructuras existentes del Estado e Internet creó una apertura para cambiar la naturaleza de los Estados… El nuevo mundo de Internet, abstraído del viejo mundo de átomos brutos, ansiaba independencia…”

Assange vio cómo Internet se mueve en una manera contraria a su visión y cómo “ha sido transformado en el facilitador más peligroso del totalitarismo que hayamos visto” y ciertamente se ha convertido en “una amenaza para la civilización humana”. En un artículo en el Guardian entró en detalles sobre cómo el control de los recursos petrolíferos ha sido un importante denominador para otorgar a ciertos países un poder geopolítico y “la guerra por los oleoductos” ha estado impulsando el mundo. Explicó cómo ahora esta batalla ha cambiado a ser “la guerra por los conductos de información: control sobre los caminos de cables de fibras ópticas que se extienden bajo el mar y sobre la tierra”.

Ahora, la situación se está acelerando. En los últimos años hemos visto un tremendo ataque contra la libertad de Internet. La fuerza por aplastar la visión de esta generación ha infiltrado el ciberespacio. La batalla ha comenzado.

La frontera de la liberación digital

La tendencia hacia el control centralizado o la restricción del flujo de la información se ha convertido en una antítesis para el modo de vida experimentado por esta generación de activistas digitales. Richard Stallman, quien inspiró a personalidades como Assange, también advirtió contra el sistema de vigilancia. Stallman, fundador del Movimiento por Software Libre, promueve la libertad respecto al software, que otorga control a los usuarios sobre su tecnología. Destacó una batalla en desarrollo entre las corporaciones y una cantidad creciente de personas que cree que el software y los lugares de comunicación deben estar libres de un insidioso control encubierto. Describió cómo ese control es ejercido por una forma de propiedad por la cual, por ejemplo, las corporaciones y los gobiernos subyugan a los usuarios con características insidiosas como convertir los teléfonos celulares en artefactos de espionaje y rastreo y la creación de puertas traseras en el software para hacer cambios a los programas o instalar intencionalmente software malicioso sin consentimiento del usuario.

En nombre de los derechos de autor y de la propiedad intelectual, el acto de compartir se ha convertido en muchos casos en un crimen, pero hay quienes han encontrado modos creativos de circunvenir la represión sistémica. Uno de los que están en la frontera de la liberación digital es Gottfrid Svartholm Warg, alias anakata, un especialista sueco en ordenadores quien co-fundó el sitio de BitTorrent, The Pirate Bay, que facilita el intercambio de archivos entre pares. Un trabajo innovador semejante fue realizado por Kim Dotcom, un empresario de Internet alemán-finlandés quien lanzó la compañía Megaupload basada en Hong-Kong, que posibilita el almacenamiento masivo de archivos y su visión. Esas acciones fueron atacadas legalmente por los carteles de información corporativos-gubernamentales. Svartholm Warg fue acusado de descarga ilegal de material protegido por derechos de autor y encarcelado, mientras el gobierno de EE.UU. extendió su arrogante poder imperial en el intento de cerrar Megaupload y extraditar al fundador Dotcom.

Mientras el fundador de Pirate Bay está tras las rejas, Torrent Site sigue combatiendo la censura. Está produciendo un Firefox hecho a la medida llamado PirateBrouser que posibilita que los usuarios eviten la censura. Después que se hicieron públicas las historias del espionaje masivo de NSA, Dotcom anunció la próxima producción de un servicio de apps de mensaje y correo electrónico seguro encriptado. Declaró que podría transferir su servicio de privacidad al exterior a Islandia, que es conocida como una fuerte defensora de la privacidad de los ciudadanos.

Ahora, más personas se unen para defender los valores de la generación de Internet. En los últimos años, el colectivo en línea Anonymous se ha convertido en la cara omnipresente del ciber-activismo. Con máscaras “Guy Fawks” con V por Vendetta, esta red descentralizada flojamente vinculada actúa siempre que sea necesario y dondequiera su radar registra abusos clásicos de poder. Se moviliza encarnizadamente para enfrentar a los poderosos, sean arrogantes contratistas gubernamentales como Aaron Barr, organizaciones religiosas como la Cientología, abusadores sexuales de niños o gobiernos y corporaciones inmorales. “Bajo esa máscara hay una idea…” Están unidos por un sentido de justicia compartido y la convicción de que “las ideas están a prueba de balas”. Repetidamente, Anonymous ha demostrado que es un campeón de los oprimidos y de los que cuestionan el poder ilegítimo.

Ideales del corazón

Las luchas comunes que libran estos jóvenes los unen, pero la verdadera marca de esta generación es una visión compartida del mundo con virtudes como coparticipación, amor y creatividad que han sido suprimidas en la tendencia hacia el capitalismo extremo dentro del Estado corporativo transnacional.

Gracias a un coraje recién descubierto, estos jóvenes revelan un fuerte sentido de compasión y confianza en la gente de a pie. En los registros de chat en línea, Manning mostró su extraordinaria empatía por otros cuando escribió: “No puedo separarme de otros… Me siento conectado a todos… como si fuera una familia distante.”

En OHM 2013, un festival internacional al aire libre de cinco días de duración para hackers y trabajadores de la ciber-seguridad, el oficial en retiro de la CIA, Ray McGovern señaló cómo tanto Snowden como Manning actuaron con empatía cuando presenciaron sufrimientos humanos. Confiaron en el público en general por sobre los gobiernos y hallaron esperanza en las acciones de gente común y corriente para mejorar el curso de la sociedad. Manning dijo:

“… es importante que se conozca… Siento, por alguna extraña razón… que podría realmente cambiar algo… ojalá la discusión a escala mundial, los debates, y reformas… si no… estaremos condenados como especie.”

El mismo sentimiento fue compartido por Snowden cuando dijo: “El mayor temor que siento respecto del resultado para EE.UU. de estas revelaciones es que nada cambie”. Esos son los atributos humanos que el imperio trata de castigar.

El 30 de julio, el juez militar dictó un veredicto en el caso de Bradley Manning. Manning no fue hallado culpable por la más ridícula acusación de “ayudar al enemigo” al filtrar secretos de Estado y evidencia de crímenes de guerra que fueron publicados por los principales medios noticiosos y colocados en Internet. Sin embargo, fue declarado culpable de múltiples cargos incluyendo seis ofensas bajo la Ley de Espionaje. Enfrenta castigos de hasta 136 años en la prisión, que durante la fase de sentencia, fueron reducidos a un máximo de 90 años.

Como respuesta al veredicto, el periodista Norman Solomon escribió sobre cómo el problema que el gobierno de EE.UU. tuvo con Manning fue que éste actuó por “compasión, con empatía que impulsaba la solidaridad”.

Darker Net pidió un milagro en la liberación de Bradley Manning, usando una nota similar:

“El gobierno de EE.UU. quiere encerrarlo para siempre. ¿Por qué? Porque sentía compasión. Porque tenía un profundo sentido de justicia. Porque comprendió la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. Porque vio aspectos de la guerra que lo horrorizaron. Algunos podrán decir que tenía una inocencia; era ingenuo. Pero tal vez si todos tuviéramos esa misma inocencia, el mundo podría ser un sitio mejor.”

En ese sentido de ingenuidad hay una fuerza que posibilita que actuemos hacia una visión de un mundo que imaginamos. “Se necesita un poco de ingenuidad para actuar y hacer algo que de otra manera parece imposible. Muchos grandes adelantos en la ciencia, la tecnología y la cultura tienen un toque de ingenuidad en su concepción”, escribió WikiLeaks en su página en la que describió cómo se formó la organización.

En lo que a primera vista parece ser ingenuidad es lo que planta semillas para ideales superiores. Sharon Staples, quien ayudó a cuidar a Bradley Manning cuando era niño, recordó su interacción con él cuando lo visitó en Fort Leavenworth, Kansas: “Le pregunté si quería que le enviara algo y me dijo: ‘Todo lo que quiero está aquí y aquí’ … Y mientras decía la palabra ‘aquí’, apuntó a su cabeza, luego a su corazón.”

Los ideales crecen en las cabezas y los corazones de muchos en esta generación y ayudan a cultivar una sensibilidad moral que permite que cada persona haga contribuciones inigualables al mundo. Janet Reitman, quien escribió un artículo definidor sobre Hammond, lo terminó destacando su idealismo. “Fue un idealista quien incluso después de ser encarcelado siguió luchando en cada ocasión y nunca se traicionó”.

Para los que tienen el poder, el idealismo de esta generación y su conciencia constituyen una amenaza existencial para su orden. El ‘crimen’ de ayudar al enemigo en este caso es realmente el acto de ayudar a la democracia y actuar por el bien común. A fin de cuentas, ha mostrado que nosotros el público nos hemos convertidos en los enemigos del Estado.

El filósofo austríaco Rudolf Steiner dijo de la joven generación:

“La pregunta no es: qué conocimientos o habilidades necesita tener una persona a fin de beneficiar el orden social existente. Sino: ¿qué predisposición tiene esa persona, y qué es capaz de desarrollar? Entonces sería posible canalizar nuevas energías de la nueva generación hacia el orden social. Entonces la nueva generación no será ajustada al molde de la sociedad existente, más bien la sociedad será lo que esos nuevamente reclutados adultos la hagan.”

¿Qué sucede realmente con la creciente tendencia de represión contra disidentes y modelos de veracidad? Nuestra sociedad no escucha. Los que están en el poder excluyen activamente las voces de los que tienen conciencia. La guerra sin precedentes de Obama contra informantes y su identificación de esos hechos heroicos con traición son simplemente un síntoma de este ensordecimiento de la sociedad. ¿Cómo llegamos a tal punto? ¿Cómo se ha degradado tanto nuestra sociedad?

Estamos ganando

Este Estado de vigilancia totalitaria no fue construido en un solo día. Hubo una advertencia. En 1975 el difunto senador Frank Church, de las famosas audiencias del Comité Church, cuestionó el creciente potencial de vigilancia total en EE.UU.:

La capacidad [de la Agencia Nacional de Seguridad] podría ser vuelta en cualquier momento contra el pueblo estadounidense, y a ningún ciudadano le quedaría algo de privacidad, tal es la capacidad de monitorear todo: conversaciones telefónicas, telegramas, no importa. No habría ningún lugar para ocultarse.”

38 años después, este joven informante valeroso dio un paso adelante para volver a alertar al pueblo del mundo sobre la severidad del movimiento del Gran Hermano hacia una distopía digital, que él evaluó como una “tiranía puesta a punto”. Todo lo que el gobierno de EE.UU. necesitaría hacer sería dar la orden y esta nación otrora grande caería en un despotismo abierto.

La batalla continúa en serio entre dos fuerzas: libertad y control, transparencia y secreto, compartimiento y propiedad exclusiva. En esta lucha se ha encontrado la generación de Internet.

Hablando desde la embajada ecuatoriana, Assange dijo: “Estamos ganando… Formamos parte de un nuevo cuerpo político internacional que se desarrolla, gracias a Internet”. Predijo la inevitable derrota del Estado de seguridad nacional, diciendo que los jóvenes de edades entre 20 y 30 son los que son reclutados por la NSA y la CIA y aquellos que son expuestos a Internet están conformados por ciertos valores. Dijo que descubrirán que “las agencias para las que trabajan no se conducen de un modo legal, ético o moral”. Esto ya está ocurriendo y esta nueva forma de disenso en la información se extiende.

Por ejemplo en la conferencia Black Hat, una reunión de expertos informáticos y profesionales de la ciber-seguridad en Las Vegas, el jefe de la NSA, Keith Alexander, fue repetidamente interrumpido por la audiencia. Cuando Alexander habló de la misión de la NSA por la libertad, una voz crítica emergió para oponerse a la vigilancia de la NSA.

A pesar de la agresiva persecución de informantes por Obama, el clima de miedo no parece inhibir la voluntad de los que actúan con conciencia. Edward Snowden habló de cómo aprendió de sus predecesores y que el poder de la propia conciencia es algo que no puede ser encarcelado o detenido:

“Binney, Drake, Kiriakou, y Manning son todos ejemplos de cómo las reacciones demasiado duras contra las denuncias de interés público solo aumentan la escala, el alcance, y la habilidad involucrados en futuras revelaciones. Los ciudadanos con conciencia no van a ignorar las malas acciones solo porque serán destruidos por hacerlo: la conciencia lo prohíbe. En su lugar, esas reacciones draconianas simplemente producen mejores informantes.”

La reciente victoria del asilo otorgado a Snowden es solo el comienzo. Los debates sobre la reforma se multiplican. Ahora la privacidad tiene una posibilidad de tener un debate de primera línea. Las revelaciones de Snowden condujeron a una importante votación en la Cámara de Representantes sobre una enmienda que dejaría sin fondos un solo programa de la NSA para terminar su recolección generalizada de registros telefónicos en EE.UU. A pesar de que el proyecto fue derrotado, perdió solo por 12 votos. Produjo inmensos cambios en la opinión pública sobre el Estado de seguridad y el secreto gubernamental. Una organización de base llamada “Restore the Fourth” [Restaurad la Cuarta Enmienda” se formó rápidamente, y realizó su primera vuelta de protestas el 4 de julio para cuestionar la inconstitucionalidad de la vigilancia masiva de la NSA después que fue revelada por Snowden. El grupo lanzó recientemente protestas masivas, llamando a un “Día 1984”, nombrado según la clásica novela de George Orwell sobre un Estado de vigilancia del Gran Hermano. Este movimiento está ganando importancia. En todas las principales ciudades de EE.UU. la gente marchó pidiendo el fin del espionaje gubernamental.

El fundador de un servicio encriptado de correo electrónico basado en EE.UU., supuestamente utilizado por Edward Snowden, Ladar Levison, anunció que estaba terminando la operación. La decisión fue tomada después de que se le dio una difícil elección entre convertirse en “cómplice en crímenes contra el pueblo de EE.UU.” o partir “dejando atrás casi diez años de duro trabajo al cerrar Lavabit”. Escogió esto último en lugar de someterse a la orden secreta del gobierno de EE.UU. de entregarle acceso al contenido de los mensajes de sus clientes.

Mientras los responsables de la vigilancia gubernamental presionan a las compañías de Internet para que se coludan con ellos, más y más gente se está uniendo para resistir a esa fuerza insidiosa. Tres de los mayores proveedores de servicios de correo electrónico de Alemania anunciaron sus planes de asociarse para fortalecer la seguridad de mensajes enviados entre ellos. Mailpile, un servicio de correo electrónico libre/de fuente abierta basado en Islandia, está financiando mediante apoyo masivo un servicio seguro de correo privado/de nube que es una alternativa para servicios vinculados a EE.UU. como Gmail. Después de la revelación del programa de espionaje Xkeyscore que al parecer tiene como objetivos específicos a usuarios de Wikipedia, la fundación WikiMedia se apresuró a tomar medidas adicionales para proteger la privacidad de los usuarios.

Nada puede detener a esta generación imbuida de un nuevo sentido de justicia y visión compartida por la humanidad. Del mismo modo que en las conexiones en línea, en las cuales si un enlace se rompe, otro emerge; cuando una persona es eliminada, varias emergen porque el valor es contagioso. Este imperio desesperado podrá detener a un individuo pero no puede encerrarlos a todos.

Llamadlos informantes, disidentes, hackers o locos por Internet, la juventud de la generación actual de Internet está sacando a la luz para el mundo el nivel de engaño y corrupción del poder estatal. Nuestras conexiones, nuestro genuino interés de los unos por los otros es un poder en el éter y crea una red que puede conducirnos hacia un futuro que es imaginado en nuestro corazón colectivo. Depende de nosotros si esta generación puede o no llevar al mundo más allá del sistema inhumano de gobernanza ilegítima, ya que nosotros también formamos parte de esta ascendiente generación de Internet.

* Nozomi Hayase es escritora colaboradora de Culture Unplugged. Destaca dimensiones más profundas de eventos socio-culturales en la intersección entre política y psicología para compartir la visión de una futura evolución social. Su Twitter es @nozomimagine.

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/08/13/the-rise-of-the-internet-dissidents/

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Snowden y el capitalismo por dentro
Por reenvío rebelion.org - Friday, Aug. 16, 2013 at 10:18 AM

Sergio Rodríguez Gelfenstein
Barómetro Internacional


Según un concepto bastante aceptado en el pasado, el espionaje es la actividad secreta que busca conseguir información confidencial, especialmente de un país extranjero. Durante la guerra fría ese país generalmente era considerado como enemigo. No obstante, la desaparición de la Unión Soviética significó el fin del mundo bipolar y la emergencia de Estados Unidos como triunfador tras el desplome de su opuesto, lo que auguraba el desvanecimiento de la contradicción antagónica que signó la mayor parte del siglo XX. El “fin de la historia” suponía un papel menos relevante de los órganos de inteligencia, toda vez que “no había a quien espiar”.

Sin embargo, la vida se ha encargado de demostrar otra cosa. La disipación del “enemigo comunista” obligó a Estados Unidos a buscar nuevos adversarios que justificaran su enorme gasto militar, a fin de sostener una economía que incrementaba los egresos para sostener la unipolaridad hegemónica que había creado. Inicialmente, el narcotráfico y la migración de indocumentados jugaron ese papel, pero era insuficiente. Necesitaban un instrumento global que argumentara a favor de su presencia en todo el planeta, hiciera arrodillar a los rebeldes y temer a los cercanos. Las acciones terroristas del 11 de septiembre de 2001 fueron el maná salvador para las huestes imperiales. La lucha contra ese flagelo inauguró –paradójicamente– una era de terror sin límites que han sostenido por igual el republicano Bush y el demócrata Obama. Como es habitual en la política exterior estadounidense, una nueva doctrina del “todo vale contra el terrorismo” sentó las bases para el desarrollo de la peor era de barbarie en el planeta desde la entronización de la bestialidad nazi. En el plano internacional significó la invasión de países y la muerte de cientos de miles de inocentes, el establecimiento de cárceles secretas en sus “provincias” europeas, la instalación de un centro de detención en la ilegalmente usurpada base naval de Guantánamo y hasta la justificación de la tortura en la cárcel de Abu Ghraib en Irak, país que fue invadido por fuerzas de la OTAN a pesar de no contar con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, tal como lo establecen los acuerdos y resoluciones de ese organismo y la propia Carta de la organización.

A nivel interno, el Acta Patriótica (Patriotic Act) promulgada el 26 de octubre de 2001 por el Congreso estadounidense con el manifiesto fin de incrementar la capacidad del Estado para su “guerra contra el terrorismo”, transformó en delitos una serie de acciones que antes no lo eran y legalizó la violación de la intimidad y la privacidad de los ciudadanos, desatando una paranoia generalizada que incluso han llevado fuera de sus fronteras.

En ese marco, el espionaje informático cobró nuevos bríos. El especialista italiano en derecho penal Carlos Sarzana los define como [ "cualquier comportamiento criminal en que la computadora está involucrada como material, objeto o mero símbolo". Los especialistas en la materia consideran delitos informáticos, no sólo el husmear ilegalmente en la privacidad de un ciudadano, sino también el apoderamiento de datos de investigaciones , listas de clientes, balances financieros, entre otros. Para ello existen diferentes instrumentos cibernéticos, entre ellos algunos programas especiales denominados spywares que están capacitados para monitorear a un usuario sin su consentimiento apoderándose de datos vitales que pueden ser usados para tomar decisiones que influyen en la vida personal, en la de una corporación o un Estado.

Lo curioso de todo esto es que todas estas actividades están al margen de la ley. Ya en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de 1789 se establece en su Artículo XV que “ La sociedad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su administración”, mientras que el Artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU aprobada en su III Asamblea General el 10 de diciembre de 1948 en París plantea de manera prístina que “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”.

Tanto el documento –que de manera revolucionaria– echó las bases del sistema político y jurídico burgués en contraposición al entramado que sostenía los desmanes feudales de los monarcas europeos como el que modeló el sistema internacional legal vigente desde las postrimerías de la segunda guerra mundial, establecen parámetros de conducta y responsabilidad del Estado en esa dimensión.

Por otro lado, es conocido que el Estado capitalista se arrogó –y sigue haciéndolo– la potestad sobre la defensa de la privacidad de los ciudadanos. Esgrimía que en los países con gobiernos socialistas esa privacidad era violentada y usurpada por las autoridades. En un artículo publicado por la Universidad Libre de Berlín bajo el título “Lo público y lo privado” la investigadora Teresita de Barbieri argumenta en este sentido que como parte de su seguimiento histórico, “el núcleo duro de la distinción entre lo público y lo privado parece encontrarse en la teoría del contrato social. Subyace a la elaboración conceptual que cuestiona el ordenamiento feudal y posibilita la constitución de la democracia burguesa, la aparición del individuo libre –ciudadano en quien descansa la soberanía de la nación y del Estado moderno–…” La misma autora establece que “Lo público y lo privado son representaciones de la sociedad que han acompañado el desarrollo del capitalismo y el proceso más global de la modernidad. Con base en la dicotomía imaginaria se recrearon y organizaron los sistemas sociales y las formulaciones normativas, se definieron espacios de competencia para las actividades económicas, políticas y culturales”.

De este debate deriva aquel que tiene relación con el derecho a la privacidad, otro de los pilares otrora defendido a ultranza como uno de los valores intrínsecos del capitalismo. Alberto Benegas Lynch académico asociado del Cato Institute, uno de los “tanques de pensamiento” más reaccionarios de Estados Unidos, fundado en Washington en 1977 recuerda al escritor anticomunista checo–francés Milán Kundera quien en su obra maestra “La insoportable levedad del ser” afirmó que “la persona que pierde su intimidad, lo pierde todo”. Todo esto nos lleva a entender que la prédica liberal de los últimos dos siglos, sostén del sistema que la alberga, ha sido cuestionada por el propio gobierno estadounidense, su exponente más importante. Al respecto Benegas dice que “Por ello es que encuentro que la mejor definición del liberalismo es la que oportunamente he fabricado: el respeto irrestricto por los proyectos de vida de otros. De más está decir que en esta definición se encuentra implícito el derecho a la privacidad”.

Los argumentos antes expuestos intentan aportar ideas en torno a la mirada que debemos dar a lo que se ha dado en llamar el “Caso Snowden” para tratar de superar lo meramente especulativo en torno a un elemento secundario cual es el de la condición migratoria del ex agente de la NSA y su lugar de residencia definitiva. Todo el escándalo que se ha armado pretende esconder el problema de fondo que es el grave golpe sufrido no sólo por Estados Unidos sino que por la sociedad capitalista en general cuando se comienzan a estremecer ciertos pilares que le dieron sostén por más de dos siglos. En ese sentido el “Caso Snowden” es paradigmático. Si para Estados Unidos ha significado el mayor fiasco desde la guerra de Vietnam, la visión amplia del asunto aporta otros elementos de análisis que encaminan a estudiar el tema desde un punto de vista estructural.

No se trata de pensar solamente que los técnicos de la NSA se solazan con conocer las aventurillas africanas del rey Juan Carlos o las intimidades de Dominique Strauss–Kahn, Director Gerente del Fondo Monetario Internacional que le impidieron ser Presidente de Francia. Es mucho más que eso. Significa por ejemplo su capacidad para robar investigaciones de universidades, centros de estudio y corporaciones que nos hacen suponer que muchos de los “grandes” científicos estadounidenses, algunos con premios Nobel en sus áreas, son en realidad unos impostores alimentados por el despojo internacional de las agencias de seguridad imperiales. Lo mismo pude pensarse de sus aportes tecnológicos seguramente usurpados en Japón, Alemania, Francia o China. O creer que se asiste a transacciones con Estados Unidos en igualdad de condiciones, cuando sus funcionarios tienen en su poder la información necesaria para negociar desde posiciones de fuerza.

Estamos ante un país ficticio, ante un sistema inmoral de violadores del derecho internacional, de mentirosos y ladrones. Snowden, lo único que ha hecho, es ponerlo en evidencia.

sergioro07@hotmail.com


Publicación Barómetro 15-08-13

Los contenidos de los análisis publicados por Barómetro Internacional, son responsabilidad de los autores

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Gracias. barometrointernacional@gmail.com

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Respuesta a la declaración realizada hoy por Bradley Manning
Por reenvío insumissia - Friday, Aug. 16, 2013 at 10:42 AM


Wikileaks habla sobre el arrepentimiento de Manning


Por Wikileaks

Al parecer, Bradley Manning ha hecho hoy una declaración en la que expresa su remordimiento durante una audiencia para la fijación de la pena celebrada en Fort Meade, Maryland (EE. UU.). Esta declaración de Manning llega cuando está próximo el final de un consejo de guerra caracterizado por un celo acusador sin precedentes.

Desde su detención, Manning ha sido un símbolo de valentía y resistencia ante la adversidad. Ha soportado una presión extraordinaria. El gobierno de Estados Unidos le ha mantenido en prisión incomunicada, le ha hecho desnudarse y le ha sometido a un trato cruel, inhumano y degradante. Se le ha negado el derecho constitucional a un juicio rápido y sin dilaciones. Le han mantenido tres años en prisión preventiva, mientras el gobierno reunía a 141 testigos y retenía miles de documentos a sus abogados defensores.

El gobierno le ha negado el derecho a plantear su caso desde una defensa básica de alertador. Ha ido acumulando sobre él cargos suficientes para que tuviera que enfrentarse a más de un siglo en prisión y ha excluido a todos sus testigos, salvo a unos pocos. Durante el juicio se le ha privado del derecho a alegar que sus supuestas actividades no han causado daño a nadie. Se prohibió de antemano al equipo de su defensa que describiera sus intenciones o que mostrara que sus acciones no habían causado daño a nadie.

A pesar de estos obstáculos, Manning y su equipo de abogados defensores han estado luchando en todo momento. Finalmente, el mes pasado se le condenó por cargos cuyas penas sumaban hasta 90 años de prisión. El gobierno estadounidense admitió que sus actividades no habían causado daños físicos a nadie, y fue absuelto de la acusación de «ayudar al enemigo». Las condenas que pesan contra él se centran exclusivamente en su presunta decisión de sacar a la luz pública crímenes de guerra e injusticias sistemáticas.

Pero Manning se ha quedado sin opciones. La única moneda que va a aceptar este tribunal militar es que Bradley Manning se humille. Así pues, la decisión forzada de Manning de pedir disculpas al gobierno estadounidense con la esperanza de librarse de una década o más de sentencia debe verse con compasión y comprensión.

Las disculpas de Manning son unas declaraciones que le han arrancado a la fuerza bajo el peso excesivo del sistema de justicia militar estadounidense. Han hecho falta tres años y millones de dólares para sacar dos minutos de remordimiento táctico a este valiente soldado.

A Bradley Manning le han forzado a pedir disculpas, pero ante un tribunal justo habría sido el gobierno estadounidense quien le pidiera disculpas a él. Como muestran los más de 100 000 firmantes de su candidatura para que se le conceda el Premio Nobel de la Paz, Bradley Manning ha cambiado el mundo a mejor. Sigue siendo un símbolo de valentía y de resistencia humanitaria.

Las disculpas que ha pedido Manning indican que, en cuanto a su sentencia, aún quedan décadas por las que luchar. Es preciso intensificar en estos últimos días la presión pública sobre el tribunal militar que juzga a Bradley Manning antes de que se dicte sentencia contra él.

WikiLeaks mantiene su apoyo a Bradley Manning, y seguirá haciendo campaña por su liberación incondicional.

Libertad para Bradley Manning.

Fuente: Wikileaks

Fecha de publicación original: 14-8-2013

Traducción: Ana Atienza

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El calvario de Bradley Manning
Por reenvío rebelion.org - Friday, Aug. 16, 2013 at 10:44 AM



Silvia Arana
Rebelión


El ex soldado y denunciante de conciencia pidió disculpas en la fase de sentencia del juicio militar en su contra, el 14 de agosto de 2013. Dijo que se sentía mal de que sus acciones hubieran afectado a personas y a EE.UU. Se preguntó cómo pudo haber sido tan iluso para pensar que él, un joven analista, podría mejorar el mundo, en lugar de las personas en los puestos de autoridad apropiados para hacerlo. Aceptó que debe pagar un precio por sus actos, y expresó la esperanza de poder mejorar su situación personal, ir a la universidad y tener una relación constructiva con su familia. Finalmente, hizo un llamado a la jueza militar Lind para que le diera una oportunidad de reintegrarse a la sociedad.

Con un sistema legal que, en lugar de proteger a los que denuncian crímenes de guerra e ilegalidades, los persigue, los enjuicia y los condena de por vida, ¿qué opción puede quedarle a Manning?

Manning, un joven de poco más de 20 años, sobrevivió el encierro en una jaula en una base militar en Kuwait, 9 meses de aislamiento y trato inhumano en la base militar de Quantico, Virginia, y un total de tres años de cárcel antes del juicio. Enfrentó la tremenda presión de un tribunal militar con 141 testigos en su contra. Sus abogados no tuvieron acceso a miles de documentos presentados por la fiscalía. Decir que fue una lucha legal despareja es poco. Como evaluó el abogado defensor David Coombs al inicio del juicio: "La jueza al no permitir que la defensa muestre documentación probatoria de que las revelaciones de Manning no causaron daño, anulará la viabilidad de la defensa y la pondrá de rodillas". Por las múltiples prohibiciones impuestas a los alegatos de la defensa, uno de los escasos recursos a esgrimir como atenuante serían los problemas personales del acusado. Tanto David Coombs como algunos testigos médicos se refirieron a características personales de Manning, como atenuantes de sus acciones -"confusión de identidad de género", "idealismo post-adolescente", homosexualidad. En esa misma línea debe interpretarse la declaración de Manning, como una de las escasas alternativas que le quedaban dadas las condiciones restrictivas y altamente politizadas del juicio, que más se parece a un linchamiento judicial.

Esta táctica podría funcionar para reducir la devastadora suma de 90 años, que es la pena máxima que puede solicitar como querellante el gobierno de EE.UU.

La frase de Manning de esta última declaración sobre cómo pudo haber sido tan iluso para pensar que él, un joven analista podría cambiar el mundo, evoca sus palabras al principio del juicio: "Pensaba que si el público en general, y especialmente, en EE.UU., tuviera acceso a la información contenida en los documentos de las guerras de Irak y Afganistán, surgiría un debate sobre el rol de las fuerzas armadas y de la política extranjera de EE.UU. "

¿Cuál fue la respuesta de la sociedad a la que Manning quería mejorar? No fue contundente. Si la sociedad no reacciona y permite que en su nombre se sigan cometiendo crímenes como los expuestos en el video "Asesinato Colateral" , entonces, quizás esa sociedad no esté preparada para los Mannings. Quizás esa sociedad prefiera vivir en una ficción; en la ilusión de que es una gran democracia, creyendo que sus brutales guerras de invasión benefician a la humanidad.

Manning, nominado al Premio Nobel de la Paz, votado por los lectores de The Guardian como Persona del Año, seguirá siendo un ejemplo de lucha por la verdad. Como el protagonista de la obra de teatro de Ibsen, es acusado, atacado, insultado, humillado como "enemigo del pueblo". ¿Cuál fue su delito? Denunciar las ilegalidades cometidas por los que detentan el poder.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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