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El habla de los argentinos
Por Eduardo Di Cola - Wednesday, Oct. 02, 2013 at 11:12 AM
eduardodicola@gmail.com

Nota sobre el habla de los argentinos, la influencia del Papa Francisco y la Sobernía

EL HABLA DE LOS ARGENTINOS
El PAPA FRANCISCO Y NUESTRA SOBERANÍA
Por: Eduardo Di Cola*
La forma del habla. Los modismos. Las palabras que utilizamos para individualizar las cosas son expresión de cultura y de identidad nacional. Si alguien dirigiéndose al mozo le pide una gaseosa “natural” seguramente será argentino. Si otro pide la misma gaseosa pero “del tiempo” será un español. Ambos desean lo mismo. Pero lo hacen desde una diferente filiación nacional-cultural.
Lograr por parte de una sociedad que las palabras con la que se identifican ciertas cosas sea la manera como se las reconozca masivamente, cohesionan a esa sociedad con características propias que la distinguen del resto de los grupos sociales. Forman una identidad diferente de otra.
Fue esa identidad la que bautizó a Ernesto Guevara de la Serna como el “Che”. Luego su trascendencia llevó a que el modismo tan propio del habla de los argentinos fuera conocido en el mundo entero.
El Papa Francisco en no pocas oportunidades pone en aprietos a quienes debiendo traducirlo, el idioma castellano a secas no les resulta suficiente. Deben necesariamente recurrir a nuestros modismos y expresiones.
En el encuentro de Brasil les dijo a los jóvenes “por favor no balconeen la vida”. Como lo resaltaron muchos periodistas del mundo debieron abrevar de “nuestro castellano” para poder entender a qué se refería. De igual manera cuando expresó “pasarse de rosca” para criticar a quienes rinden culto desmedido al dios dinero. O cuando recibe al Presidente ecuatoriano Correa expresándole que lo veía “fresco como una lechuga”.
No es casual que las naciones defiendan su habla como manera de preservar su cultura y a través de ella su unidad. Constituye una forma, no la única, de identificarse en el concierto de la comunidad internacional.
Malvinas y Falkland se refieren al mismo espacio territorial. Que Francisco las nombre como Malvinas y no como Falkland, en su profundidad y esencia significa mucho más que una mera diferencia de nombre.
Dar el nombre a algo construye sentido. Poder nominar, hacerlo como sociedad y que trascienda al conjunto de la comunidad internacional, es soberanía.
Que el Papa Francisco continúe expresándose sin olvidar sus orígenes nos brinda como argentinos un inconmensurable potencial del que todavía no hemos tomado debida conciencia. Al menos en su real dimensión.
*Ex Diputado Nacional

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