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La trampa nacional
Por Fuente: Periódico Renacer -
Thursday, Dec. 05, 2013 at 9:55 AM
Las warmis con bronca y flores en mano, demandaban porque no les dejaban entrar al cementerio para visitar las tumbas de sus seres queridos aunque estaban en el horario permitido. El comisario Kisch, a cargo del operativo, intentaba explicar lo indefendible y alegaba "obediencia debida" a órdenes superiores.
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Desde mi rol de periodista acostumbro a hacer preguntas más que a involucrarme de lleno en cuestiones conflictivas. Para eso uno supone que están los dirigentes de las organizaciones. Pero como no creo ni en la imparcialidad ni en la objetividad, a veces me despojo de esa “atadura” y como miembro de un grupo social específico no puedo quedarme callado. El reclamo, más allá de la arbitrariedad de la norma, pasaba por la criminalización y persecución de costumbres de una cultura por parte del estado, sin siquiera tener a la normativa de su lado, y usando como excusa la reunión con una organización afín.
A la celebración del Aya Marqay Quilla la vengo siguiendo hace más de 10 años y me siguen emocionando las cosas que suceden ahí en el mismo cementerio y en las inmediaciones. La celebración al correr de los años fue ganando masividad, simplemente porque tenemos muchos muertos allí.
Más de 5000 personas se hacen presentes el 2 de noviembre desde el mediodía, caiga día laboral o fin de semana. Nunca vi desmanes, ni situaciones violentas. Por ahi alguno que otro entonado que daba rienda suelta a su emoción para superar ese momento espiritual.
Desde que tengo memoria mamá prepara la mesa para los difuntos que tenemos, y se las sigue ingeniando para que no falte nada, los tantawawas, dulces, bebidas y adornos de ocasión.Revestida de liturgia católica con el tiempo aprendí que muchas de las prácticas indígenas fueron ocupadas simbólicamente por " los dueños de la verdad" de su tiempo que van 500 años con su cruzada.
Por eso sobre nuestro Inty Raymi o Wilka Kuti pusieron un "San Juan" y sobre nuestro Aya Markay Quilla pusieron un "todos santos" . Sobre las bases del Qoricancha (el templo mayor incaico) en Cuzco , montaron la Iglesia de Santo Domingo.
Los policías de ese entonces castigaban con la muerte a aquel que osara continuar con esas prácticas de nuestros ancestros que eran tildadas de "paganas" y "diabólicas".
Antes de la llegada de la Iglesia Católica de la mano de los invasores del otro lado del Océano Atlántico, el "Aya Markay Quilla" se celebraba sacando a los propios difuntos de sus tumbas y compartían con ellos en grandes fiestas. Era una sociedad muy organizada, que hasta los excesos tenían sus propios días. No era el paraíso, pero era una forma diferente de ver la vida y la muerte.
La moral cristiana, que es parte de la cultura occidental, nos enseña que la constricción y el luto son necesarios en el marco del respeto. La lógica andina es otra y eso es lo que no se entiende.
Para colmo de males, al gobierno porteño que tiene la administración del Cementerio de Flores, y al gobierno nacional que controla la Gendarmería, no les interesan estas disquisiciones.
Desde los incidentes del Parque Indoamericano, la estrategia del cipayo que justifique las medidas que ellos quieren tomar es más que evidente. Fue Ricardo Fernández (ex presidente de Facbol), que puso su cara en la conferencia de prensa que organizó el jefe de gobierno porteño para atajarse de sus dichos xenófobos.
El cipayo de turno fue Alfredo Ayala de Acifebol, que participó de reuniones con el cementerio de Flores y su presencia justificó la medida tomada. Años anteriores la agrupación que preside hizo de “policía interna” al realizar los controles de la gente en los ingresos del cementerio. Debe ser que no hizo un buen trabajo, por eso ahora están la Gendarmería, la Federal y la Metropolitana en el operativo.
“Reclámale a tu representante”, me dijo el coimsario a cargo del operativo señalando a Alfredo Ayala, cuando no pudo explicar porque si el horario de cierre es a las 18 hs, este día tan especial decidieron cerrar mas temprano. No se veía ningún cartel ni publicidad que advirtiera esta modificación.
“Vos estás enojado porque no te dejaron entrar. Pero no estamos en Bolivia”, le dijo Ayala a una de las señoras que reclamaba airadamente por la prohibición.
El juego es muy claro, socialmente se cree que el extranjero tiene menos derechos. El problema es que nos hacen creer extranjeros, y lo peor de todo es que no solo les creemos sino que lo reproducimos con hechos.
Los indígenas tenemos derechos preexistentes a los estados nacionales y no tenemos que regirnos bajo las fronteras impuestas después de la conquista. Vivimos tiempos de descolonización y somos ciudadanos en esta ciudad por lo que el sueldo de ese comisario tambien lo pagamos nosotros. El comisario trabaja para nosotros y no es que le tenemos que obedecer.
Viendo nuestros rostros morenos no hay duda de que nuestros ancestros vivieron muchos milenios en este continente. ¿nosotros extranjeros en esta Abya Yala? Jamás.