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El poder del ahora
Por (reenvio) Emma Torices - Friday, May. 30, 2014 at 2:55 AM

24 mayo, 2012 / Eckhart Tolle, a pesar de su fama en la cultura New Age, es un autor con mucha más sustancia de lo que parece. Y es que, por una vez, debajo del traje de colores parece haber cosa seria.

Una honrosa excepción

El Poder del Ahora es el título de un libro de espiritualidad escrito por un curioso personaje llamado Eckhart Tolle. Lo he acabado de leer esta semana.

Pensaréis que hablo de él para despellejarlo, ya que se trata de un best-seller de autoayuda (como odio la palabreja) que muchos ya conoceréis, aunque sea de oídas, y que hasta ha sido recomendado por Oprah Winfrey. Para nada. Son 10€ bien gastados.

Realmente creo que es uno de los mejores textos contemporáneos de espiritualidad que se han escrito jamás, a pesar de algunas críticas de forma que merece. Por ejemplo, en la manía de utilizar términos científicos donde no hacen falta. Afortunadamente, hace tiempo que aprendí a soplar la paja a la hora de leer y estas cosas ya no me ofenden tanto como hace unos años, cuando gritaba “¡Soy de letras y orgullosa de serlo!”. Quizás porque en su momento leí libros buenísimos con portadas horribles de colores fluorescentes, así como auténticas basuras de sobria encuadernación. El Poder del Ahora también es criticable en algunos capítulos del final por meterse a pontificar sobre cuestiones que no son esenciales, especialmente sobre la condición femenina, y que se pueden ignorar perfectamente. Por no decir que estaba más guapo calladito.

Porque el resto del libro no tiene desperdicio. Eckhart Tolle va al grano, al centro de la experiencia espiritual. Y en ese sentido no deja de machacar una y otra vez lo mismo, el núcleo de esa experiencia, hasta el punto de parecer repetitivo. Y en ese sentido es un auténtico Maestro, porque al entender la esencia de la enseñanza espiritual, en el fondo lo ha comprendido todo. Y la estructura del libro, basada en preguntas y respuestas, es coherente con el modo en el que esta Realidad se ha enseñando siempre, de Maestro a Discípulo, en todas las culturas.

Contenido

¿Cómo se podría resumir, en palabras, la enseñanza que intenta transmitir el autor? No es especialmente difícil. Otra cosa es vivir esa enseñanza, pero eso es otra historia.

Según Eckhart, y todos los verdaderos Maestros, la Divinidad, la Consciencia, o como quieras llamarlo/a, está necesariamente Aquí y Ahora, puesto que si es Real no puede estar en otra parte.

El problema es que nuestra consciencia está enfocada… en otra parte: está completamente absorbida por el ego, que no es más que la vocecita que todos/as tenemos en la cabeza y con la que, erróneamente, nos identificamos. Sí, estamos todos/as como cabras.

El ego no es más que un instrumento, una herramienta, destinada a garantizar nuestra supervivencia. El ego es egoísta: funciona construyéndose a sí mismo a partir de las experiencias del pasado y se proyecta constantemente en el futuro con la función de resolver problemas de supervivencia. Y si no los tiene, los busca: al ego le encantan los problemas.

La función del ego es muy importante para los individuos y la especie pues permite superar situaciones de peligro y adaptarse a ambientes nuevos. Gracias a él estamos aquí. El problema es cuando el ego, la mente inferior, toma el control de nuestra totalidad.

NO somos el ego. Somos algo mucho más profundo, indescriptible, inasible: La yoez (él la llama yoidad pero a mí me gusta más yoez) que todos experimentamos por debajo de esa vocecita interior (que no calla ni para beber) ES la divinidad, la consciencia, el Ser, como Tolle lo llama para evitar que nos hagamos una imagen. Y el Ser es único para todo el mundo. Cuando se vive en el Ser, Todo es Uno y toda aflicción desaparece porque dejamos de ser una entidad separada del resto del Universo.

Es así de fácil. No se trata de conseguir Luz, sino de quitarnos el velo que nos la oculta.
¡No es tan fácil!

Obviamente el ego lucha por su supervivencia, pues es su función: y hará lo que sea por estar ahí. Así que a la hora de la verdad, si queremos desprendernos de él no debemos pelear con nosotros mismos: así sólo se refuerza. Es mucho más fácil ignorarlo y hasta reírse de él. Quitarle importancia, desidentificarse, silenciar la vocecita. Como el ego siempre está volcado entre el pasado y el futuro, cuando por fin conseguimos, por decirlo de alguna manera, apagarlo, el Presente, lo que está Aquí y Ahora, se hace pleno.

Y esto no implica sólamente el fin de toda preocupación, de toda aflicción, de toda ansiedad y de todo deseo. Es mucho más, pero no se puede explicar; sólo se puede vivir. Pero baste con decir que cuando uno/a llega a vivir el Presente, llega a vivir la Realidad, lo único que hay. Como dice el Tao Te Ching, [...] en este Misterio se halla la puerta de toda Maravilla.

Toda enseñanza espiritual, toda auténtica Religión (Re-Ligar, volver a unirse) es coherente con este planteamiento esencial, desnudo, sin adornos. Desde el Zen hasta el Chamanismo pasando por los mensajes de Buda y Jesús: Solo hay una Realidad y ocurre Aquí y Ahora. Y nos la estamos perdiendo.

Recapitulando

Llevo muchos años leyendo literatura espiritual/sagrada y buscando la experiencia mística como todos/as aquellos/as que tenemos la toxina de la búsqueda. Sí, es una toxina. Las personas no buscan la trascendencia cuando se sienten agusto consigo mismas o con la experiencia del mundo que poseen; sólo lo hacen las personas que experimentamos cierto picor, por así decirlo.

Y en todo este tiempo me he tragado un montón de estupideces. Empezando por la memorización irracional de las clases de Religión cuando era niña y acabando por ejercicios para despertar la Kundalini, pasando por el hay-que-ser-buena-para-agradar-a-dios.

En el fondo, BASURA todo. ¿Por qué?

Porque nada de eso sirve si no se ha alcanzado el Punto de Partida. Nada de lo que hagas sirve para algo a no ser que llegues a él.

Como muy bien contaba Gurdjieff, otro Maestro, una persona que no ha alcanzado el Punto de Partida no es más que un amasijo de impulsos, a veces contradictorios, en el que la cabeza dice una cosa, el estómago otra y los genitales disienten. Esa persona no vive en el Mundo, sino que vive en mundos fragmentados, no relacionados, incoherentes. Sus acciones sólo afectan parcialmente a cada uno de esos mundos y no pueden trascender de ningún modo. Sólo cuando la persona unifica ese amasijo a través de la capacidad de autoobservación desde su yoez, sólo cuando alcanza el Centro, a partir de ese momento es capaz de Hacer algo, de Estar en el Mundo, de dotarlo de Sentido. Es lo mismo que dice Tolle, pero de otra manera.

Buda primero lo tuvo todo, luego se privó de todo, y ninguno de estos actos le sirvió. Sólo cuando dejó de darle vueltas a la cabeza y fue capaz de desprenderse de su ego, fuente del Deseo, despertó. Y así el Buda se convirtió en Todo, y Todo en el Buda. Lo mismo que dice Tolle, pero de otra manera. Un dicho sufi pone en boca de la divinidad “Estoy más cerca de tí que tu vena yugular“. Lo mismo que dice Tolle, pero de otra manera. Y podría seguir así, repasando enseñanzas espirituales, de las buenas, hasta el infinito.

En el fondo, el autor de El Poder del Ahora no dice nada nuevo, como es lógico. Pero lo hace muy bien, procurando que cualquiera le pueda entender.

Lo recomiendo vivamente.

fuente http://astropuerto.com/el-poder-del-ahora/

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