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Como la Internet está cambiando la estructura de nuestros pensamientos
Por María Carmen - Wednesday, Oct. 22, 2014 at 1:12 AM
mariacarmen110@hotmail.com

Internet ha cambiado nuestras vidas, de eso no hay duda. La pregunta que cabe hacer es si esto cambio ha sido totalmente positivo o si en realidad estamos pagando algún coste.

A pesar de que la Internet está entre nosotros desde hace solo 20 años, es difícil imaginarnos la vida sin ella. Nos ha dado la posibilidad de tener acceso instantáneo a una cantidad de información prácticamente infinita, además de de mantenernos en contacto con amigos y colegas de una forma constante.

Pero todo esto trajo un costo aparejado. Un grupo creciente de científicos cree que esta red global de información, con sus constantes distracciones, nos está transformando en seres con un pensamiento mucho más superficial y disperso.

Y esto es algo que cualquier persona que utiliza Internet en forma diaria puede comprobar. Varios estudios demuestran que las personas que leen a través de la computadora, con constantes avisos de nuevos emails, links y ventanas emergentes tienden a comprender de manera incompleta la mayoría de los textos. ¡Y vaya sorpresa! Es por esto que el Internet de hoy en día está tomando una ruta bastante obvia: sitios con un contenido que llama la atención, con textos cortos e información escasa y con poco sustento. Sitios comoViralNova, 9GAG o ViviSaludable se encuentran dominando la red, mientras que las publicaciones científicas y textos académicos solamente son consumidos por un público muy reducido.

El problema claro radica en la división de nuestra atención. La riqueza de nuestros pensamientos, nuestra memoria e incluso nuestra personalidad dependen de nuestra habilidad para concentrar nuestra mente y mantenernos en este estado. Solamente cuando dirigimos todos nuestros pensamientos a una nueva pieza de información es cuando somos capaces de asociarla de manera sistemática y significativa con el conocimientos ya establecido en nuestra memoria. Dichas conexiones son vitales para dominar conceptos complejos y pensar de forma crítica.

En un artículo publicado el año pasado, Patricia Greenfield, psicóloga en el "UCLA´s Childre´s Digital Media Center", revisó diversos estudios que trataban sobre como influían los diferentes medios tecnológicos en nuestras habilidades cognitivas. Algunos de estos estudios indicaban que ciertas tareas realizadas en la computadora, como los juegos de video, incrementaban la velocidad en la que las personas redirigían su atención entre iconos e imágenes en su monitor. Pero lo que también demostraron fueron que este tipo de comportamiento, aun realizado de forma correcta, tenía como consecuencia un pensamiento menos riguroso y mas "automático".

Greenfield concluyó en que el aumento del uso de los medios audiovisuales ha fortalecido nuestra inteligencia visual-espacial, lo que mejora nuestra habilidad para realizar trabajos que requieran el control de grandes caudales de información en constante cambio como pilotear un avión o monitorear un paciente durante una cirugía. Pero esto viene acompañado de una debilitación de los procesos cognitivos de mayor grado, como los son el uso de vocabulario abstracto, la reflexión, solución de problemas de forma inductiva, pensamiento crítico e imaginación. Nos estamos convirtiendo, en una palabra, en individuos más superficiales.

Estudios realizados de forma online apoyan estas conclusiones. Investigadores alemanes encontraron que las personas que navegan por Internet solo pasan menos de 10 segundos mirando una página. Incluso las personas leyendo documentos académicos tienden a saltar entre varios de estos, leyendo raramente más de una o dos páginas.

Sería demasiado bueno pensar que los efectos causados por esta ola de información desaparecerán tan pronto como apagamos nuestras computadoras y celulares. Pero esto no es así. La estructura celular de nuestro cerebro se adapta a las herramientas que usamos para encontrar, guardar y compartir información. Así que al cambiar nuestros hábitos, cada nueva tecnología fortalece ciertas conexiones neuronales al mismo tiempo que debilita otras. Estas alteraciones moldean la forma en que pensamos, incluso cuando no estamos usando esta tecnología.

Igualmente, no todas las distracciones son malas. Como todos sabemos, si nos concentramos de una forma demasiado intensa en un problema difícil, podemos vernos atrapados en un callejón sin salida. Pero si dejamos de pensar en el problema por un tiempo, usualmente volvemos con una perspectiva fresca, la cual permite que nuestra imaginación cree posibles soluciones. Una investigación realizada por el psicólogo holandés Ap Dijksterhuis indica que estos descansos le permiten al inconsciente un tiempo para lidiar con el problema, trayendo información y procesos cognitivos que hasta entonces no están disponibles en nuestro yo consiente.

En conclusión, no hay nada de malo en la absorción rápida y en forma virtual de la información. Desde siempre hemos hojeado revistas y libros para poder decidir cual vale la pena leer. La habilidad para escanear y buscar es tan importante como la habilidad de leer en forma profunda y pensar con atención. Lo que es preocupante es que este se está convirtiendo en nuestro modo dominante de pensamiento. Lo que una vez fue un medio para un fin, una forma de identificar información para un estudio posterior, se está convirtiendo hoy en día en nuestro método preferido para estudiar y analizar las cosas. Deslumbrados por los tesoros del .com, hemos sido cegados al daño que le podemos estar provocando a nuestras vidas intelectuales y hasta nuestra cultura.

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