Julio López
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Universidad y Transformación (I)
Por Luis Bonilla- Molina - Monday, Mar. 16, 2015 at 4:21 PM

Los cambios del sector del sistema educativo en tiempos de revolución requieren consensos para profundizar un debate nacional para el análisis de un conjunto de categorías asociadas a la transformación universitaria, que se realiza en base al desafío existente en ella.

La transformación universitaria constituye un desafío para el sistema educativo venezolano en tiempos de revolución. Los cambios profundos en el sector requieren consensos, que implican profundizar el debate nacional al respecto. En esta orientación resulta útil el análisis de un conjunto de categorías asociadas, tales como (1)funciones sustantivas, (2)desarrollo profesional, (3)modelos de trabajo colaborativo, (4)presupuesto y modelos de gestión, (5)oferta académica, (6)calidad con pertinencia y capacidad resolutiva, (7)sistemas de evaluación institucional. Dedicaremos ésta y unas próximas columnas a estos temas.

Como introducción se requiere valorar a la academia desde su génesis. En sus orígenes la universidad era el lugar predilecto, en el cual los estudiosos de cada época y lugar encontraban espacio para socializar sus investigaciones y logros epistemológicos, conceptuales, experimentales y de inventiva. En consecuencia, cada hombre o mujer que comenzaba a trabajar en la academia era en realidad un hombre de ciencia. Para que la Universidad no fuera prisionera de un estilo aislado que estereotipaba a la ciencia medieval, se agrega la extensión. Durante siglos no se habla de la formación de profesores universitarios, porque la carga de la costumbre histórica asume que más que profesionales, quienes ingresan a trabajar en la universidad somos en realidad hombres y mujeres de ciencia, quienes vamos a enseñar lo que sabemos (desde la investigación) y a liderar grupos de investigación. Con el paso del tiempo la universidad se concentró en la docencia y las otras funciones se convirtieron en cosméticas. Sólo se mantuvo la rutina académica del trabajo de ascenso para acceder al grado académico superior.

El capitalismo en su etapa de globalización neoliberal ha subordinado la investigación a los intereses del mercado, profundizando su desarraigo respecto a la docencia universitaria. Dos casos ilustran este proceso. El primero, Monsanto quien financia y utiliza la investigación universitaria para crear patentes con fines comerciales para la agroindustria del campo, en cuya perspectiva ni el hombre ni el ambiente importan. El segundo, en los Estados Unidos el complejo industrial militar financia las investigaciones universitarias que aporten a la optimización de los resultados en las guerras imperiales; lo importante del conocimiento es en cuanto, desde cada campo, resulta útil para garantizar la supremacía del capitalismo globalizado. Inventan el sistema de Rankin con documentos como el de Jamil Salmi del Banco Mundial que procuran la subalternización de la investigación, la ciencia y el conocimiento al capital. Otras universidades, devaluadas desde el punto de vista de la investigación, dedicadas fundamentalmente a la docencia, constituyen un simple reservorio de mano de obra calificada para la producción capitalista.

En el marco de nuestras economías dependientes y neocoloniales, se prefirió crear centros de investigación fuera de las propias universidades, para que, desde estos espacios, se lograra alcanzar el conocimiento científico técnico que ya las universidades no le garantizan a la producción capitalista. Esto profundiza la supremacía de la función docente. En consecuencia, se rompe la triada Investigación-Extensión-Docencia por una especie de DOCENCIA- indagación-extensionismo solidario. Además, el personal de los centros de investigación creados en el margen de la universidad no siempre da clases en ella, trastocando la propia idea fundacional de la universidad. La transformación no es otra cosa que la vuelta a sus raíces, actualizada conforme al desarrollo social, científico, técnico, artístico y humano del nuevo milenio, pero eso sí con un profundo arraigo a los intereses nacionales y el destino solidario para la humanidad.

Por ello, pareciera que la nueva universidad debiera repensarse a partir de centros de investigación, producción de conocimiento y generación de debates. Centros de Investigación que tendrían en los postgrados un espacio de articulación que prefigure los nuevos programas de formación que requiere el país y actualice las carreras existentes con conocimiento pertinente a la solución de problemas sociales. Esta es una tarea que implica nuevos desafíos para que la universidad sea más eficiente como lo solicito el Presidente Chávez a todas las instituciones. Se trata de abrir un debate sobre la universidad que demanda nuestra sociedad en el marco de una revolución esencialmente educativa.

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Resultados
Por Luis Bonilla- Molina - Monday, Mar. 16, 2015 at 11:23 PM

Gracias a la expresión de votos de la mayoría de venezolanos (as) el liderazgo del Presidente Chávez se afirma nuevamente a nivel nacional y se potencia internacionalmente y se continúa transitando la novedosa experiencia de construcción socialista en un modelo democrático liberal.

Sólo han pasado semanas de las elecciones del 7-O y aún no tenemos la distancia temporal-emocional suficiente para valorar todas las aristas que emergen de los resultados de estos comicios. Pero algunas cosas están ya claras. El liderazgo de Chávez se reafirma nacionalmente y se potencia internacionalmente, al expresar la mayoría de venezolanos(as) el mandato de continuar transitando la novedosa experiencia de construcción socialista en un marco democrático liberal.

La participación de más del 80% de la población evidencia la repolitización de la ciudadanía, dentro de la cual destaca el enorme segmento de jóvenes que decidieron acompañar con su voto la opción Bolivariana. Por primera vez, la diferencia de votación a favor de Chávez se expresó, por una parte, a través ya no solo del PSUV, sino de las distintas tarjetas que le apoyaron (PCV, PPT, REDES, M EP, PODEMOS, NCR, UPV, IPC, PRT, CRV, TUPAMARO) quienes aportaron alrededor del 22% de la votación Chavista y, por otra, mediante una insurgencia participativa de pequeñas agrupaciones políticas, frentes sociales y formas de organización popular –dentro y fuera del PSUV- , quienes constituyeron en muchos lugares del país, el motor real del activismo Bolivariano como Marea Socialista y el Colectivo Alexis Vive, entre otros.

En consecuencia, el centro de la participación político-electoral Chavista se complejiza. Entender este fenómeno es vital para la construcción de los instrumentos políticos de la Revolución. El salto cualitativo en la conciencia revolucionaria de un importante sector de la población que acompañó la opción del candidato de la patria apunta a la presencia de un fenómeno que ha sido poco debatido y comprendido: la constitución de ciudadanía revolucionaria, es decir, sectores de la población que han hecho suya la Revolución y se expresan mediante diversos mecanismos de opinión y organización conforme lo que esté planteado para cada coyuntura política.

Una de las tareas derivadas de esta nueva situación la constituye la urgente necesidad de construir espacios permanentes de articulación, no sólo administrativa, sino fundamentalmente política (debate, opinión) para la toma de decisiones compartidas, tanto en aspectos locales como en los coyunturales, pero también en los estratégicos para la Revolución. Por ello, la nueva realidad hace imperativa la recreación de la cultura del debate, la construcción de argumentos desde la diversidad para la elaboración participativa de propuestas que posibiliten la desburocratización del aparato del Estado y la potenciación de las distintas expresiones del poder popular. Eso si, el debate revolucionario tiene como premisas la honestidad en los argumentos y la unidad en la acción que de los mismos se derive.

El Presidente Chávez ha llamado al impulso de la crítica y las autocríticas revolucionarias como caminos para mejorar la eficacia política en la gestión del gobierno revolucionario. Este es un enorme desafío político, técnico y cultural que tenemos los militantes Bolivarianos, los frentes sociales y las organizaciones partidarias de la Revolución y que debemos asumir en los próximos meses y años.

http://www.aporrea.org/ideologia/a153599.html

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La Educación
Por Luis Bonilla- Molina - Monday, Mar. 16, 2015 at 11:27 PM

La convicción y práctica democrática en los procesos políticos que se adelantan en el país, así como sus logros en la educación juegan un papel importante en la Revolución Bolivariana en los escenarios internacionales.

La convicción y práctica democrática en los procesos políticos que se adelantan en el país, así como sus logros en materia educativa, constituyen excelentes cartas de presentación de la Revolución Bolivariana en los escenarios internacionales. Recientemente Jurjo Torres Santomé y Jorge Riechmann visitaron el país con motivo del Curso Introductorio de la Maestría en Educación Comparada –primer producto académico del ALBA– actividad organizada por el Centro Internacional Miranda (CIM).

Torres es la mayor autoridad mundial en currículum y un defensor a toda prueba de la escuela pública. Lo primero que hizo al llegar fue ir a un kiosco de prensa hallando un abierto debate político en los medios impresos y la venta de leyes en este sitio, expresión de la apropiación ciudadana de sus instrumentos jurídicos. Le impactó constatar la libertad con la cual circulan ideas tanto en el país como en la academia. Jurjo escribió en su blog y Facebook que sentía envidia positiva por un país en el cual se debaten sin limitaciones los temas centrales para la sociedad y su educación, en contraposición a la claudicación neoliberal de numerosos gobiernos.

Jorge Riechmann, alumno de Paco Fernández Buey –recientemente fallecido– constituye una de las autoridades mundiales en Ecología Política. Al concluir su estancia en Venezuela, hizo un balance de su actuación, señalando que “él había estudiado en la exRDA, además de conocer algunos países de la exURSS, así como numerosas naciones de Europa y América, producto de su trabajo académico y científico, y en todos ellos había conseguido razones suficientes para estar al lado de sectores de oposición; pero por primera vez, aquí en Venezuela había hallado argumentos suficientes para estar al lado del Gobierno”.

Ambos, Jurjo y Jorge son ahora buenos amigos del proceso justiciero de cambios que hemos decidido llamar Revolución Bolivariana.

http://www.aporrea.org/educacion/a153521.html

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La Crítica
Por Luis Bonilla- Molina - Monday, Mar. 16, 2015 at 11:29 PM

El presidente Chávez una vez más se inclina hacia la profundización revolucionaria como tarea del sector Bolivariano orientado a la reflexión, la crítica y la autocrítica, ocupándose principalmente en la revisión para generar propuestas que permitan continuar luego de haber solucionado los problemas que nos impiden avanzar en construcción de mayores niveles de justicia social e inclusión.

Nuevamente el Presidente Chávez apunta en la dirección de profundización revolucionaria. En esta oportunidad ha llamado a la reflexión, la crítica y la autocrítica revolucionaria que permita al sector Bolivariano corregir errores, deficiencias, omisiones, desaciertos que nos impiden avanzar en la construcción de mayores niveles de justicia social e inclusión.

No se trata de la crítica y la autocrítica “per se”, sino de la revisión para generar propuestas que permitan seguir avanzando. Muchos lo interpretamos como un esfuerzo titánico por impulsar una revolución cultural dentro de la revolución. En cualquier caso constituye uno de los más serios esfuerzos por construir una forma de hacer política que se corresponda a la acción en tiempos de cambios.

Por supuesto que se hace necesario descartar la crítica orientada a las pugnas ínter burocráticas, al “quítate tú para ponerme yo” y construir una práctica política en el debate, en el cual lo sustantivo de la crítica se oriente a la resolución de problemas y no a los ataques personales.

No es la primera vez que se habla de la crítica revolucionaria en este proceso. En el 2009 el Centro Internacional Miranda (CIM) adelantó una jornada que denominó “luces y sombras del proceso Bolivariano” en la perspectiva de recrear una cultura de debate dentro de la revolución. Este esfuerzo en el que participaron buena parte de los intelectuales revolucionarios constituye un referente reciente para esos vientos renovadores ampliamente compartidos. Tal vez hoy deberíamos rescatar esos documentos del CIM que de manera temprana alertaron sobre algunas de las problemáticas que debemos abordar en el presente.

Ahora bien, este esfuerzo positivo de revisión impulsado por el Presidente Chávez se hace necesario a partir de nuestra propia historia política. Los partidos políticos modernos venezolanos y muchas de sus derivaciones, tanto de derecha como de izquierda, tienen en su génesis un ADN autoritario propio del momento histórico en el cual surgieron.

La irrupción de los partidos modernos venezolanos que han prefigurado el modelo de militancia y organización partidaria en el país surgen en pleno apogeo de esa tragedia para la humanidad que fue el Stalinismo. En las primeras décadas del siglo XX los debates libertarios y la cultura contestataria de Iskra (La Chispa) no se vivieron en Venezuela, a diferencia de lo que ocurrió con la izquierda en otras sociedades como la argentina, uruguaya, mexicana o brasileña, quienes tienen otros problemas, pero no el de la falta de la cultura del debate.

En nuestro país, el anarquismo desembarca con fuerza en la década de los setenta (en forma estético anarco punk) y la llamada Oposición de Izquierda (expresada en Trotskismo) a finales de los sesenta; lo que no permitió construir una cultura de dirimir y tratar las diferencias mediante debates con argumentos. Cuando los otros relatos socialistas se hacen presentes en Venezuela, ya los partidos modernos eran adultos y tenían epítetos más que argumentos para discutir las otras posiciones. La matriz conceptual y las rutinas partidarias en la década de los sesenta del siglo XX eran ya marcadamente autoritarias.

A pesar de que el socialismo constituye en ese momento, como en el presente, la más hermosa utopía de la humanidad, los partidos modernos venezolanos se construyen en el marco internacional de las purgas stalinistas a sus opositores y los juicios de Moscú. No cuentan en su génesis con los anticuerpos orientados a defender el debate como elemento sustantivo del pensamiento socialista. En buena parte de la izquierda nacional, la discusión abierta y franca para dirimir las diferencias fue subordinada a formas conspirativas, no deliberativas de organización, castrando una parte fundamental de la identidad revolucionaria.

El debate como expresión de la vida política de importantes sectores de izquierda fue sustituido por descalificativos, persecución a la disidencia e incluso el aniquilamiento del diferente. “Oportunista”, “revisionista”, “infiltrado”, “agente del enemigo” eran sólo algunos calificativos que en el auge stalinista sustituyeron a los debates entre revolucionarios.

Este fenómeno fue denunciado y alertado en distintos momentos, entre otros por Moleiro, Maneiro, Kleber Ramírez. Salvo honrosas excepciones partidarias que en algunos momentos hicieron esfuerzos por romper con el ADN implícito en esa matriz, como el MIR, la Causa R (época Maneiro), el MAS (de los setenta), el PRV, el PST y el GAR, históricamente la hegemonía partidaria en el país no ha estado caracterizada por el debate franco y respetuoso de ideas.

Eso explica la andanada de artículos y conferencias que han circulado y se han formulado en distintos espacios, respecto al llamado del Presidente Chávez al impulso de la crítica y autocrítica revolucionaria. Algunos sectores parecen aturdidos ante este llamado de Chávez y han respondido con artículos como “crítica a la crítica”, “autocrítica a la crítica”, “critica a la autocrítica”, “no todo es crítica”, “cuidado con la autocrítica”, “alerta a los autocríticos”. Es un modo de hacer la vieja política que hace aguas y ante la cual Chávez juega un papel estelar, protagónico, pedagógico en su resolución positiva. Ya no tiene utilidad política alguna el adjetivo de “agente imperialista” para despachar a quienes formulen una crítica y por supuesto que eso toca lo cimientos de una forma de entender la política y el socialismo. Libertad en el debate, audacia y argumentos en la crítica, caminos para mejorar en la autocrítica, amor y lealtad en la acción que de ello deriven, constituyen elementos claves en esta tarea.

http://www.aporrea.org/ideologia/a153347.html

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Transformación
Por Luis Bonilla- Molina - Monday, Mar. 16, 2015 at 11:31 PM

Las Instituciones de Educación Universitaria se originaron bajo un marco capitalista que imponía un modelo capitalista dependiente y neocolonial donde la docencia, la investigación y la extensión era compartida, pero actualmente los esfuerzos de cambios de Educación Universitaria se desarrollan en el Ministerio de Educación Universitaria, de modo que en este nuevo cambio el País ha decido romper con los paradigmas antes implantados para avanzar en la construcción de la soberanía y la independencia y poder implantar un propio desarrollo de obsolescencia de conocimientos.


La transformación universitaria constituye una aspiración social. Con el triunfo electoral del Presidente Chávez en 1999, la llegada de la Revolución Bolivariana y el proceso constituyente, esta demanda, por mandato constitucional, se convirtió en la orientación para las políticas públicas. Hoy los esfuerzos de cambio universitario se desarrollan en el Ministerio de Educación Universitaria, las instituciones de educación universitaria (IEU) y en sus propios márgenes. Al interior de las IEU se deben priorizar temas de gestión, oferta académica y calidad con pertinencia. La prospectiva de cambios en materia de gestión se asocian al desarrollo de modelos participativos de formulación y ejecución presupuestaria, contraloría social, ampliación de la base social para la elección de autoridades y la separación de poderes. En términos de oferta académica y la vinculación de la formación de profesionales a los planes de desarrollo nacional, regionales y locales, el enfoque basado en el territorio es una de las propuestas claves. En calidad, la tendencia apunta a la formación permanente de los profesores, la actualización de criterios para la formación profesional, sistemas de indicadores, redes de centros de investigación, publicaciones y la generación de propuestas académicas socialmente necesarias; así como a reducir la brecha científico-tecnológica.

Por otra parte, cada vez son más las voces que plantean que lo que en realidad está en juego es un nuevo modelo de universidad. Las IEU se originaron bajo el paradigma de funciones compartidas de docencia, investigación y extensión, constituyendo la docencia la actividad de mayor peso. Evidentemente, esto se justificó en un modelo de capitalismo dependiente y neo-colonial y en el marco de conocimientos de larga duración.

En un país que ha decidido romper con el capitalismo, avanzar en la construcción de soberanía e independencia para orientar su propio desarrollo y en un marco mundial de rápida obsolescencia de conocimientos, el papel central de los universitarios pareciera desplazarse hacia la investigación, lo que implica repensar en profundidad las rutinas pedagógicas universitarias. Por supuesto que las universidades son espacios esencialmente para la recreación-creación de conocimientos, pero este binomio debería ser la resultante de continuos procesos de investigación en los distintos campos del conocimiento universitario para mejorar la calidad de vida del pueblo.

Esto constituye un desafío académico para los universitarios en el presente.

http://www.aporrea.org/educacion/a153238.html

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