“Que el municipio de Ituzaingó se haga cargo de las habilitaciones que da”
Por Débora Vera - Tuesday, Mar. 17, 2015 at 9:55 PM
contrapicada@hotmail.com

A dos meses de la muerte de Leonidas Atilio Villa Rebuffo, el músico de 33 años que murió electrocutado cuando iba a tocar su guitarra en Bendito Bar de Ituzaingó, se realizó una marcha hasta el Honorable Concejo de esta localidad.

“Que el municipio se haga cargo de las habilitaciones que da y que el comerciante sea responsable, que pague por lo que pasó”, denunció Gregorio Blanch, amigo de León y músico, que participó en la marcha del jueves pasado. Pero este no es el único caso de una muerte causada por la precariedad en la que tienen que tocar ciertos músicos. También sucedió otro caso en el oeste, precisamente en el local Flower Power de Paso Del Rey. Es el caso de Gastón Silva, de la banda El bizcocho, que también sufrió una descarga eléctrica, que le ocasionó la muerte, mientras tocaba su guitarra el 15 de diciembre del 2013.
Los integrantes de la banda donde tocaba Gastón también acompañan el pedido de justicia por León en las zapadas que hacen sus amigos y colegas cada jueves en la plaza en frente de Bendito Bar y declaran a Desalambrar, plataforma digital de noticias de Moreno: “El lugar estaba habilitado (Flower Power) pero los mecanismos de seguridad no funcionaron. Nuestra duda es: quién habilita. Queremos saber si hubo negligencia de Bomberos o de Policía Federal porque son ellos que habilitaron. La causa está ahí, no hay ningún fallo. Nunca se perició el equipo de música de Gastón, que está como prueba pero en poder de su mamá".
Por esta desidia hacia los músicos, Gregorio, amigo de León, junto a otros colegas y con el aval de un electricista matriculado presentaron un proyecto a la municipalidad que exige “que haya jabalinas, que haya cable a tierra, que haya un circuito independiente para que no te apoyes en una barra y te quedes pegado. Seguridad e higiene, que estén los baños como corresponde, que haya una salida de emergencia y que haya matafuegos”. Y agrega: “Se trata de un circuito independiente eléctrico en los escenarios. Para que la persona que suba a dar un show no termine perjudicada como lo que pasó con Leo”.
Estos dos casos exponen la desidia por parte de los empresarios para aumentar su ganancia en complicidad con los gobiernos de turno como ya lo demostró la sobreventa de entradas y posterior hacinamiento, incendio y falta de salidas de emergencia, etc en Cromañón de Once donde mueren 194 personas en el año 2004, la muerte de una chica de 20 años tras ser aplastada contra las vallas por una sobreventa de entradas en Ferro en el 2009, la muerte de Ruben Carballo a manos de la policía quienes debían evitar, entre otras cosas, que no se “cole” nadie en Velez el mismo año, las dos chicas que fallecieron cuando se cae el entrepiso en el boliche Beara de Palermo en el 2010 donde se comprobó que hubo coimas para que el lugar esté habilitado, la “muerte súbita” de una adolescente de 16 años (nunca fue comprobada cual fue la causa real) en el boliche Jesse James de Isidro Casanova en el año 2011, la muerte por un paro cardiorespiratorio de un jóven de 23 años en un recital en Mendoza este año de quien se descartó que haya sido golpeado pero aún se desconoce la causa del paro y la muerte de Ismael Sosa, también, a manos de la policía, como Ruben Carballo, quienes, también, debían asegurar que no se pierdan las ganancias.
Y estos son los casos de los que hay apenas un conocimiento, es decir, seguramente haya otros que tanto responsables como periodismo hegemónico no tengan interés en contar porque así como existe la precariedad en los lugares de diversión de los pobres y/o jóvenes también la hay en los medios de comunicación masivos y en los que son parte de ellos. Opina Gregorio Blanch, amigo de León: “Pasan estas cosas porque a los artistas no se nos valora y a la gente que va a ver un espectáculo tampoco. No se valora eso y está todo podrido”.

agrega un comentario