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La Plata | Cumpleaños 40 de Clara Anahí en ausencia por desaparición forzada
Por Indymedia Derechos Humanos -
Sunday, Aug. 14, 2016 at 3:36 AM
Ayer Clara Anahí cumplió 40 años. Su abuela, “Chicha” Mariani la sigue buscando y como todos los años se realizó un acto en la casa en la que Clara Anahí vivía con su madre y su padre, Diana Teruggi y Daniel Mariani, hasta que el 24 de noviembre de 1976 un operativo conjunto de las Fuerzas Armadas y la policía bonaerense, comandado por el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, atacó la casa asesinando a Diana y a sus compañeros de militancia, y secuestrando a Clara Anahí de tres meses de edad.
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El día 12 de agosto de 1976 nacía Clara Anahí Mariani. El 24 de noviembre de 1976, a sus tres meses de edad, fuerzas conjuntas de la dictadura cívico militar asesinaran a su mamá Diana Esmeralda Teruggi junto a sus compañeros de militancia Daniel Mendiburu Eliçabe (de 25 años, estudiante de Arquitectura), Roberto César Porfidio (de 31 años, Licenciado en Letras), Juan Carlos Peiris (de 28 años, antenista) y Alberto Oscar Bossio (34 años, médico). Su papá, Daniel Enrique Mariani, fue asesinado el 1° de agosto de 1977 en la ciudad de La Plata.
En esta oportunidad el acto, organizado por la Asociación Anahí, se realizó el sábado 13 pasadas las 15 hs. Como todos los años, el escenario fue la Casa Mariani Teruggi, ubicada en calle 30 N° 1134 entre 55 y 56 de la ciudad de La Plata.
La conducción del acto estuvo a cargo de Cristina Solano, quien en una de sus intervenciones recordó a la hija de desaparecidos fallecida en julio pasado, Grisel González Roig.
Al comienzo del acto tomó la palabra la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, quien en relación a las reiteradas declaraciones del presidente Mauricio Macri y otros funcionarios sobre los desaparecidos, resaltó: ”Nuestros desaparecidos, mujeres y varones, no son números, son seres humanos luchadores”.
A la primera tanda de lectura de adhesiones de diversos organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, políticas, gremiales y estudiantiles, siguió la intervención de Matilde, una vecina del barrio que por primera vez tomó la palabra en el acto para recordar lo vivido, sus recuerdos de Diana y Clara Anahí, destacando también la importancia del compromiso con la verdad, la memoria y la justicia. "Yo tenía seis años y venía a esta casa, porque para mí Diana era mi vecina joven y tenía una bebé, y venir a la casa de Diana era una fiesta". En relación a su experiencia señaló "Me di cuenta del tesoro que tenía adentro en cuanto a los recuerdos". Por último, invitó a los demás vecinos y vecinas del barrio a contar sus recuerdos. "Es la misma sociedad la que le ha dado un significado distinto al pasado y esta casa es como un elefante en una habitación: es imposible no verla", concluyó.
Hicieron también uso de la palabra Claudia Tello (miembro de la Asociación Anahí) y Francisco Laurito en representación del equipo de guías de la Casa Mariani-Teruggi (sitio histórico nacional); luego de lo cual tomaron la palabra dos jóvenes que recuperaron su identidad: Victoria Moyano Artigas y Gonzalo Javier Reggiardo Tolosa.
“Yo había pensado en lo primero que le iba a decir a Chicha, que pensaba verla hoy para decirle gracias. Gracias por habernos encontrado a nosotros. Clara Anahí hoy no está y eso es insustituible. Ninguno de nosotros vamos a poder sustituirla nunca pero sí decirle gracias porque somos también sus nietos (…) Gracias por habernos recuperado, por nuestras vidas, por nuestros valores y por marcarnos el camino. Yo siempre digo que Mirta, Nora, Elsa, Chicha, marcaron el camino de una ética y principios inclaudicables. Y para nosotros recuperar nuestra identidad tiene que ver con eso también. No solamente saber quién uno es y qué pasó con su familia sino también qué valores y qué principios seguir. (…) Yo quiero, sobre todo, decirle a todas ustedes que nosotros, la nueva generación, también va a seguir peleando, también va a seguir luchando y no vamos a parar ni un minuto y no vamos a permitir que haya impunidad y vamos a seguir peleando por el juicio y castigo a los culpables porque nosotros, como siempre decimos, no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos”, señaló María Victoria Moyano Artigas.
Por su parte, Gonzalo Javier Reggiardo Tolosa recordó su primer encuentro con Chicha Mariani hace años atrás: “Recuerdo que la primera vez que fui a la casa de Chicha, que había sido la inundación y había perdido la mitad de las cosas y me contó una anécdota de que allá por el año 1988 o 1989 ella había ido a Francia con las Abuelas a hablar de nuestra búsqueda y en todos esos años que pasaron desde ese entonces hasta que yo pude encontrarme con Chicha en su casa, ella guardó un regalo para mí. Lo guardó más de 20 años. Un regalo que sobrevivió la inundación, que era un juego de lápices francés, hermoso, que fue un símbolo que ella guardó para mí porque buscó mi identidad, y todo eso hoy yo se lo heredé a mi hija. Y creo que eso es lo más importante que hizo Chicha: guardar para nosotros en un pedacito de su corazón nuestra identidad. Por eso vamos a estar siempre agradecidos y nunca vamos a perder la esperanza, nunca, porque todo es posible”.
También tomaron la palabra Mirta Baravalle y Elsa Pavón, ambas madres de Plaza de Mayo y fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Elsa Pavón recuperó a su nieta Paula Logares en 1985. Mirta Baravalle, de 91 años de edad, sigue buscando a su nieto o nieta. El 27 de agosto de 1976 su hija Ana María Baravalle y su yerno, Julio César Galizzi, fueron secuestrados. Ana María estaba embarazada.
“No me va a ser fácil hablar. Nunca lo he hecho acá en todos los años que he estado acá. Son demasiadas las cosas que brotan del corazón y de la razón”, fueron las primeras palabras de Mirta Baravalle. “A mi hija Ana la llevaron el 27 de agosto con un bebé en su vientre (…) Chicha fue una esperanza generalizada de todas las Abuelas cuando nos unimos porque la veíamos con tanta energía, con tanto cariño, con tanta bondad en todos los sentidos, sin un ápice de egoísmo se brindaba a manos abiertas y una se refugiaba en esa búsqueda y en ese trabajo constante que hacía con tanta sabiduría (…) Las dos sabíamos que en esos biblioratos cada información, cada nombre, significaba un nieto de una abuela y nos desesperábamos (…) Y nunca pude decir una palabra acá para brindarle a Chicha todo mi agradecimiento por esa voluntad, ese amor, esa solidaridad con nosotras" (...) ”Nuestros nietos dónde están, en qué manos, en qué lugar, en qué espacio, en qué tiempo. Clara Anahí significa parte de ese nieto o nieta que todavía no hemos podido abrazar.”
Elsa Pavón, presidente de la Asociación Anahí, realizó su intervención describiendo los primeros años de trabajo de Abuelas y destacando el compromiso y la perseverancia de dos abuelas que siguen buscando a sus nietos, Chicha Mariani y Mirta Baravalle.
“Mirta era la Secretaria de Abuelas, la primer Secretaria y era quien llevaba junto a Chicha absolutamente todo lo referente al trabajo de la búsqueda de nuestros nietos. Dormían en Abuelas, comían en Abuelas, y cuando salían, salía Mirta a hacer búsquedas de las denuncias que llegaban, a sacar fotos, a caminar por lugares inimaginables para todos y cada uno de nosotros. Y Chicha se pasaba revisando todo lo que fuera inherente a la búsqueda, al encuentro, a la presentación ante la justicia sobre lo que se iba encontrando. Cuando Chicha se va de Abuelas, deja con su identidad confirmada a 59 chicos y otros quedan en la justicia. El trabajo de Chicha era titánico. Venía una vez por semana a La Plata y el resto lo pasaba en Abuelas trabajando durmiendo a veces de día y a veces de noche, y Mirta no sé ni a qué hora dormía (…) pero trabajaba hasta altísimas horas de la noche. Ese fue el comienzo de Abuelas".
El acto contó también con intervenciones musicales, la primera de ellas a cargo del Coro Juvenil AMFA, dirigido por el tío de Clara Anahí, Bernardo Teruggi. Se proyectó también un video realizado por Marco Teruggi, primo de Clara Anahí, y el documental "La guardería" de Virginia Croatto que reconstruye la experiencia de hombres y mujeres que durante su niñez habitaron, entre 1979 y 1983, una casa en La Habana donde crecieron al cuidado de militantes de la organización Montoneros mientras sus padres regresaban al país en la denominada contraofensiva.
Por último, se realizó la habitual suelta de globos con un globo por cada uno de los años de Clara Anahí.
