Vientos Neuquinos I es el primer parque eólico inaugurado en Neuquén, entre varios que están en carpeta. Con este proyecto comenzó, además, la oferta de bonos verdes en el Mercado de Valores de Buenos Aires. En el proceso previo a su construcción, sin embargo, el Gobierno de la provincia ocultó la presencia de la familia Cárdenas Rañileo, que desde hace más de un siglo vive en el lugar donde se emplazaron los aerogeneradores. Era una excelente oportunidad para buscar la convivencia entre la ganadería y la generación eólica, pero las autoridades aplicaron la misma lógica de desposesión con que imponen la explotación de hidrocarburos en la provincia.
Bajada Colorada es un paraje ubicado a mitad de camino entre Picún Leufú y Piedra del Águila, atravesado por la ruta 237 que une a Neuquén con Bariloche. Venancio Rañileo se instaló en él en la década de 1890 y a partir de entonces comenzó a hacer uso tradicional de ese territorio, ubicado 190 km al sur de la ciudad de Neuquén. Su hijo Luis, que continuó la tradición ganadera de la familia, en 1932 gestionó ante el entonces Territorio Nacional el primer registro de ocupación de la zona. Su nieta María Teresa, posteriormente, inició los trámites para recibir el título de la propiedad en la década de 1980. Ahí, entre la jarilla y la zampa de este paisaje típico del monte neuquino, los bisnietos de Venancio continúan hoy con la actividad ganadera en este campo de 17 mil hectáreas sin lograr obtener aún su propiedad, como pasa con tantas otras tierras fiscales en la provincia.
El parque eólico Vientos Neuquinos I, con una potencia instalada de de 100 MW, fue emplazado en 2603 hectáreas, afectando las tierras ocupadas por la familia Cárdenas Rañileo (1). Este el primer proyecto impulsado por la Agencia de Desarrollo de Inversiones del Neuquén Sociedad del Estado de la Provincia (ADI-NQN) que se pone en marcha, hay otros siete en carpeta. Fue iniciado por el Estado neuquino, para venderlo en 2018 a la empresa norteamericana AES y será inaugurado en los próximos días.
Luego de dos participaciones frustradas en el plan RenovAr, ingresó al programa Mercado a Término de Energías Renovables (MATER), destinado a abastecer a grandes consumidores a través de la venta directa entre el generador y los clientes. Un acuerdo entre privados. En el marco de la necesaria pero lenta transformación de la matriz energética nacional, esta central constituye un aporte más para reducir la importancia de los hidrocarburos, que hoy representan casi la totalidad de las fuentes primarias. Sin embargo, al igual que en otros proyectos de renovables, está dominado por una lógica mercantilizadora del derecho a la energía.
Walter Cárdenas Rañileo construyó su puesto al lado de lo que fue la casa de su bisabuelo. A mil metros fue instalado uno de los aerogeneradores de la empresa Vientos Neuquinos. Cárdenas responsabiliza a la Provincia: “a la empresa le dijeron que acá no vivía nadie, que eran campos solos, improductivos y que podían entrar y trabajar tranquilos. También fueron a decir que nosotros no queríamos que hicieran el parque y nosotros nunca nos opusimos al parque. Que lo hagan, pero que nos tengan en cuenta. Yo de 200 madres, chivas grandes que tenía, ahora tengo 50, si es que llego”, cuenta mientras ceba mate dentro del puesto. “El molino de al lado me va a hacer sombra, me va a tirar viento en las orejas. Dicen que no hay nadie, y poco más me queda en la casa el molino”, agrega riendo.
El impulso eólico en Neuquén
La confección de un mapa eólico de la provincia fue el primer paso para el desarrollo del proyecto. El Ente Provincial de Energía de Neuquén (EPEN) se dedicó a reunir la información para facilitar el análisis técnico económico de las distintas alternativas de abastecimiento energético e identificar áreas potencialmente aptas para el desarrollo de proyectos. El trabajo final fue presentado en 2006: el tablero estaba dispuesto para comenzar a ubicar las fichas.
El gobernador Jorge Sapag, tres años después, mediante decreto Nº 1837/09, declaró de utilidad pública la generación de energía eólica en cuatro áreas seleccionadas por la ADI-NQN: tres circundantes a la ciudad de Zapala y una en cercanías de Picún Leufú. La norma prevé considerar en cada situación los intereses y aspiraciones de los ocupantes legítimos de las tierras afectadas por la reserva dispuesta, y solicitar a la autoridad de aplicación de la Ley provincial 263, la Dirección Provincial de Tierras, la constitución de servidumbres que sean necesarias para el desarrollo de las actividades e instalación de los aerogeneradores.
El entonces presidente de ADI-NQN, Pedro Salvatori, en declaraciones a Neuquén Informa destacó como aspecto innovador del decreto que “una vez comprobadas las aptitudes eólicas de las zonas y siendo tierras fiscales, los interesados podrán realizar sus inversiones con un derecho de servidumbre y pagando sólo un peaje que le otorgará el Estado neuquino. Este beneficio no se verá obstaculizado por aquellos circunstanciales ocupantes ilegales o con tenencia precaria de esas tierras”.(1) Una afirmación que a la luz de los hechos, más que premonitoria, delata que el gobierno no desconocía el terreno pantanoso sobre el que avanzaba, dada la falta de regularización de la tenencia de las tierras fiscales en la provincia, pero en lugar de resolver la situación de esos ocupantes la difirió por decreto, dejando abierto un frente de conflicto.
ADI – NQN y Emprendimientos Energéticos y Desarrollo S.A. (EEDSA) conformaron, en abril de 2012, Vientos Neuquinos S.A. En el Estudio de Impacto Ambiental del Parque Eólico Vientos Neuquinos I la autoridad de aplicación hizo una observación respecto a la superposición y compatibilidad de las actividades de generación eólica y la hidrocarburífera. La Secretaría de Ambiente destacó que la parcela donde se emplazaría el parque se superponía con dos áreas hidrocarburíferas y, además, era atravesada por el gasoducto Cordillerano, por lo que demandaba que se entable comunicación permanente con las empresas y la Subsecretaría de Hidrocarburos. También se dio intervención a Dirección Provincial de Recursos Hídricos, el Ente Provincial de Agua y Saneamiento y la Administración Nacional de Aviación Civil. Pero en ninguna instancia intervino la Dirección Provincial de Tierras por la ocupación centenaria del lote por parte de la familia Cárdenas Rañileo, en el EIA no fueron contemplados, los invisibilizaron.
El 12 de octubre de 2017, fecha por demás emblemática, AES Argentina Generación y AES Electro Inversora España SL firmaron una carta oferta de compraventa de Vientos Neuquinos I. AES Argentina, filial de The AES Corporation, opera en el país desde 1993 y es uno de las principales empresas del sector eléctrico nacional con doce plantas de generación ubicadas en las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén, Salta y San Juan, y una capacidad instalada de 4.168 MW, que representa el 13 % de la potencia instalada en el país. La filial de la compañía estadounidense realizó en julio de 2018 una oferta irrevocable de compra venta de USD 3,168 millones por el total de las acciones y el derecho de voto del proyecto Vientos Neuquinos I (3).
El proyecto inicial preveía la construcción de un parque con capacidad de generación de 80 MW, con una inversión estimada de USD 104 millones, pero en septiembre de 2019 AES accedió a un crédito de la Corporación para las Inversiones Privadas en el Extranjero (OPIC, por sus siglas en inglés) de USD 122,6 millones, por lo que la empresa decidió ampliar la potencia instalada de 100 MW.
El derrotero de la familia Cárdenas Rañileo
La existencia de la familia Cárdenas Rañileo recién fue contemplada por la Provincia y la empresa cuando impidió el paso de máquinas y trabajadores que de manera inconsulta habían ingresado al campo. La provincia argumentó en una medida cautelar que estaba dando “utilidad a unas 800 hectáreas de tierras fiscales improductivas” (4). Para los Cárdenas Rañileo, el principal conflicto con el parque está dado por los problemas para mantener la actividad ganadera en medio de la apertura de caminos, y el ir y venir de máquinas y camionetas. A lo largo del campo durante el año, la familia va rotando los animales buscando el mejor forraje. Los 29 aerogeneradores se están instalando justamente en el campo de invernada que es donde el ganado hace la gestación y parición.
Un informe médico veterinario del dr. Gustavo Foricher concluye que el constante movimiento de maquinarias “permite inferir que no puede utilizarse regularmente para la ganadería extensiva de la forma en que tradicionalmente se utilizó”. El estudio agrega que los cambios ocasionados por el parque eólico generan estrés en los animales, alterando sus conductas, lo que los dispersa y los deja a merced de depredadores como el zorro y el puma. Esta condición de estrés también afectó a las madres, por lo que existen varios casos de abortos y muertes tempranas de crías por desnutrición. El problema, para Walter, está en “el ruido que hacen, el despelote que meten. Los animales no están acostumbrados a eso. A mi me dejaron medio loco, yo no sabía cómo hacer, cómo sujetar los animales, ya me daba vergüenza decir que era campesino. Porque cada dos, tres días molestaba a los vecinos diciéndoles ‘che se me escaparon las chivas otra vez, atajala por favor, si la ves por ahí’. Y así quedó el desparramo de animales”, dice.
Mientras el Estado negó y ocultó a los Cárdenas Rañileo, la empresa avanzó sobre hechos consumados. La familia inició formalmente sus reclamos ante la Dirección Provincial de Tierras, eso condujo a una mesa de diálogo con la empresa a inicios de 2019, que la familia ya dio por agotada ante la falta de respuestas. En junio de ese año el Gobernador Omar Gutiérrez colocó la piedra fundacional del proyecto y dos meses después la familia decidió cerrar la tranquera e impedir el paso a los trabajadores de Vientos Neuquinos I.
Walter Cárdenas hace hincapié en la forma expulsiva con la que la provincia primero y la empresa después actuaron con su familia y su actividad productiva pero no cuestiona la convivencia entre la actividad ganadera y el desarrollo del parque eólico: “Les dijimos, por qué no nos avisaron antes. Antes de que empezara el lío este podríamos haber armado la invernada en otro lado, porque al animal no es llegar y decirle quedate acá ahora. No, hay que adaptarlos, hay que aquerenciarlos, y ese es un trabajo de todos los días. Así que por eso es que hicieron todo mal”.
Bonos verdes
AES Argentina Generación colocó en febrero el primer bono verde del mercado de valores de Buenos Aires para costear la finalización del parque eólico Vientos Neuquinos I. Por esta vía la firma sumó USD 48,4 millones. Los bonos verdes son instrumentos destinados a financiar proyectos vinculados con la generación de energías renovables, prevención de la contaminación, conservación de la biodiversidad, transporte limpio y defensa del agua, entre otros objetivos definidos por la International Capital Market Association (ICMA). En el caso de las Obligaciones Negociables emitidas por AES Argentina, estas se ajustaron a los Principios de Bonos Verdes de 2018 (GBP por sus siglas en inglés) del ICMA y los Lineamientos para la emisión de Valores Negociables Sociales, Verdes y Sustentables en Argentina de la Comisión Nacional de Valores.
En el prospecto de las obligaciones negociables emitidas por AES Argentina, publicado el 10 de febrero por el Boletín Diario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la empresa fundamenta que su proyecto se ajusta a los lineamientos porque contribuye a disminuir la dependencia de los combustibles fósiles, así como también las emisiones de gases de efecto invernadero y tóxicos, tampoco genera productos secundarios peligrosos.
Además de la previsible alusión al carácter ‘limpio’, destaca: “Surge de la EIA que no hay comunidades indígenas cercanas al sitio del proyecto que se verán afectadas por el mismo. Las más próximas son tres comunidades que se encuentran a una distancia de 37 km, 67 km y 71 km del sitio del proyecto, respectivamente. Ninguna de éstas posee títulos de propiedad ni reclamos de ningún tipo sobre las tierras donde se desarrolla el Proyecto Verde Elegible”. Resulta por demás llamativo que la empresa se enfoque solo en comunidades indígenas, como si fueran las únicas que pudieran ser afectadas en un paraje rural; y además se remita al EIA, sin tomar en cuenta lo acontecido en el terreno desde el inicio de las obras. Cuando los bonos verdes fueron emitidos en febrero de 2020, el conflicto con la familia Cárdenas Rañileo ya estaba instalado y había sido, incluso, judicializado.
AES Argentina subraya en el prospecto que mediante la implementación del Sistema de Gestión Ambiental y Social, “se logra mantener una buena relación con las comunidades, prevenir conflictos sociales, así como mejorar la imagen y la credibilidad de AES, ante las partes interesadas o actores sociales claves”. Al parecer, puede fallar.
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Fuentes:
(1) Parque Eólico Vientos Neuquinos. Resumen no técnico
(2) Neuquén Informa (27/09/2012). Neuquén convocó a inversores para medir el recurso eólico en tierras fiscales.
(3) AES Argentina Generación. Estados Financieros Intermedios Condensados. Correspondientes al período de nueve meses terminado el 30 de septiembre de 2018
(4) Noticias Nqn (12/11/2019). Parque Eolico Vientos Neuquinos: El Juez hizo lugar a la cautelar y citó a las partes a una audiencia