No sólo el FMI tiene la culpa

Aplicar el programa del FMI, como viene sucediendo históricamente, acarreará sin dudas distorsiones en la economía que anularán cualquier intento de estabilizar los precios (y de ganar elecciones).
LAS RESTRICCIONES QUE IMPONE EL FMI NO SÓLO SON DE POLÍTICA MONETARIA Y FISCAL, SINO TAMBIÉN DE POLÍTICA EXTERIOR, PONIENDO EN RIESGO NUESTRA PROPIA INDEPENDENCIA

LA TRAMPA DEL FMI

Aplicar el programa del FMI, como viene sucediendo históricamente, acarreará sin dudas distorsiones en la economía que anularán cualquier intento de estabilizar los precios (y de ganar elecciones).

Como de costumbre, el documento del FMI pide que se sostenga la competitividad vía una adecuación de la tasa de devaluación, con lo que la fórmula es siempre la misma: recesión más desempleo igual a asimetría en la distribución del ingreso.

Asimismo, solicita que se revea la Moratoria Previsional sancionada recientemente y que a fines de abril se aumenten las tarifas de los servicios públicos.

No cabe duda que Macri dejó activada la trampa perfecta, aunque aún no pudo usarse ya que al perder en las elecciones la recibió un gobierno (en apariencia) nacional y popular, pero, para felicidad del organismo acreedor, quien tomó las riendas trabaja para mantener aceitado el mecanismo de dicho dispositivo fraudulento.

Con una brecha en el tipo de cambio de casi 100 puntos y una inflación anual por encima del 100 por ciento, el actual acuerdo con el FMI significa una capitulación más de las que ya nos tiene acostumbrado nuestro presidente.

Dada la escasez de reservas en el Banco Central, la suba de las tasas de interés, la sequía, la guerra y una inflación en aumento, ¿puede Argentina entrar en moratoria de pago sin negarse a pagar la deuda, dado que ya no tiene margen para una renegociación?

¿Hay posibilidades de un replanteo con el FMI para que revea sus exigencias ya que las metas evidentemente son imposibles de cumplir a pesar del sometimiento incondicional de la actual administración de Sergio Massa?

No, y mil veces NO, al punto tal que el staff del FMI trabaja con supuestos de 15% de caída en la producción agrícola por la sequía, cuando la realidad está demostrando que el derrumbe podría superar el 40%. Además ni siquiera eliminó la tasa de interés adicional por el sobreendeudamiento de Macri.

Por el momento, todo parece indicar que a Washington sólo le interesa activar de manera urgente la trampa instalada por Cambiemos: acelerar la devaluación y recortar gastos sociales, de manera tal que el riesgo de un estallido en vísperas de las elecciones resulte fatal para el gobierno del Frente de Todos.

EL FMI TRAS LAS CARETAS LOCALES

Se sabe que en un principio, en la correlación de fuerzas contra el FMI, Argentina llevaba las de ganar, dado que el volumen de la deuda es de tal magnitud que el no pago hubiera producido una crisis terrible en el organismo internacional de crédito.

Incluso hoy, si Argentina se pusiera firme al momento de negociar, el contexto internacional le favorecería enormemente, dado que una nueva guerra fría comercial ha creado dos polos mundiales de los cuales nuestro país podría sacar provecho apelando a la alineación de un lado o del otro.

Precisamente, este sería un momento similar a la post guerra del 45, del cual supo sacar provecho Perón en Argentina, Getulio Vargas en Brasil y Lázaro Cárdenas en México.

Pero no. El gobierno de Alberto Fernández desde un primer momento no sólo no quiso negociar, sino que firmó inmediatamente un contrato de adhesión a los Estados Unidos y en consecuencia al FMI, un tratado absolutamente inviable y de sometimiento incondicional.

La prueba está en que en los periódicos viajes a Washington reiteradamente se anuncian, con bombos y platillos, supuestas renegociaciones de la deuda, pero siempre se vuelve con más restricciones de las que se tenían antes de viajar.

Y no sólo restricciones de política monetaria y fiscal, sino también con restricciones en la política exterior, como la prohibición de negociar con China o con Rusia cualquier tipo de intercambio comercial o de inversión en obra pública.

Tal es así que obras como Atucha III, ferrocarriles, puertos, Hidrovía, Canal Magdalena y electrificación de la provincia de Buenos Aires se caen porque a partir de ahora, sólo debemos estar alineados con los Estados Unidos.

Ya no hablamos sólo de finanzas y deuda externa, sino de las obras de infraestructura indispensable para el funcionamiento de la economía real.

Dicho alineamiento con Norteamérica tiene cuatro nombres: Martín Guzmán, Gustavo Véliz, Santiago Cafiero y Alberto Fernández, dado que desde el primer día este gobierno evitó que la justicia investigara la legalidad de la deuda y permitió convalidar la política de endeudamiento de Macri, dándole rango institucional a través del Congreso.

Sólo una parte del Frente de Todos se opuso a través del discurso y se opondrá siempre, acción mediante, a que nos hinquemos de rodilla al dominio extranjero, inspirados por una líder que aún despierta la esperanzas de un pueblo al borde de desaparecer como nación independiente.

Ojalá ella decida retomar, con su inmensa capacidad de gestión y haciendo honor a la memoria de su marido fallecido, el camino de la independencia económica y por ende, el de la soberanía nacional.

Alejandro Lamaisón

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *