Tres efectivos de la Policía de la Ciudad fueron condenados este martes a prisión perpetua como coautores del homicidio agravado, entre otras cosas, por “odio racial”, de Lucas González (17), y por las tentativas de asesinato de otros tres adolescentes, a quienes interceptaron y atacaron a tiros. Lucas y sus amigos fueron agredidos el 17 de noviembre de 2021 cuando salían de entrenar del club Barracas Central.
Fotos: Nicolas Solo ((i)). Texto: Indymedia Derechos Humanos, con información de Agencia Télam, Agencia FARCO y Tiempo Argentino.
Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 25 consideraron al inspector Gabriel Alejandro Isassi, al oficial mayor Juan José López y al oficial Fabián Andrés Nieva coautores del “homicidio quíntuplemente agravado por haber sido cometido con arma de fuego, alevosía, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser integrantes de una fuerza de seguridad”.
El fallo también condenó a otros seis policías por torturas y encubrimiento, mientras absolvió a otros cinco.
Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25, Ana Dieta de Herrero, Hugo Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, ordenaron dejar asentado que tanto Lucas, como sus amigos Julián Salas (19), Joaquín Zúñiga (19) y Niven Huanca (19) -y los padres de todos ellos- fueron víctimas de “violencia institucional”.
Condena con cinco agravantes
Las penas recayeron en el inspector Gabriel Alejandro Isassi (42), el oficial mayor Juan José López (48) y el oficial Fabián Andrés Nieva (38) -todos miembros de la División Brigadas y Sumarios 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad- quienes fueron declarados coautores de “homicidio quíntuplemente agravado por haber sido cometido con arma de fuego, alevosía, odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser integrantes de una fuerza de seguridad” en perjuicio de Lucas y de las “tentativas de homicidio quíntuplemente agravado” de los adolescentes Salas, Zúñiga y Huanca.
También los hallaron culpables de las privaciones ilegítimas de la libertad de los cuatro chicos y, en el caso de Isassi, se sumó el delito de falsedad ideológica.
En el mismo fallo, el TOC 25 condenó a otro policía, Sebastián Jorge Baidón, a 8 años de cárcel e inhabilitación perpetua por las torturas contra las cuatro jóvenes, mientras que otros cinco policías fueron penados con entre 3 y 6 años de encierro y otros tantos resultaron absueltos.
De acuerdo al fallo, el subcomisario Roberto Orlando Inca (47), el comisario Juan Romero (51) el comisario Rodolfo Ozán (54) y el comisario Fabián Du Santos (52) fueron condenados a seis años de prisión -e inhabilitados por 10 años- por “encubrimiento al haber ayudado a Isassi al alterar las pruebas de un delito agravado por considerarse un delito especialmente grave y por ser el autor un funcionario público, todo ello realizado en ejercicio de sus funciones, en calidad de coautor, en concurso ideal por privación ilegítima de la libertad por abusos de sus funciones en calidad de coautor”.
En tanto al principal Héctor Cuevas (51) lo condenaron a 4 años de prisión y diez de inhabilitación por los mismos hechos.
Finalmente, los magistrados absolvieron a otros cinco policías que llegaron detenidos a juicio: el comisario inspector Daniel Alberto Santana, el subcomisario Ramón Jesús Chocobar y los oficiales Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa, y dispuso sus inmediatas liberaciones desde la Unidad Penitenciaria 29, de Comodoro Py.
“Estoy feliz porque los tres que mataron a Lucas van a pagar por lo que hicieron”, expresó en rueda de prensa Héctor “Peca” González, padre del joven asesinado por la policía, una vez que se conoció el veredicto
Rodeado de familiares, personas cercanas a su familia y amigos y amigas de Lucas, el hombre se mostró muy emocionado por lo ocurrido durante el juicio. “Hoy puedo decir que me saqué la mochila y que mi hijo está descansando en paz. Esto lo hice por él y lo voy a hacer por mis dos hijos”, manifestó rodeado de medios de comunicación.
“Mañana tengo que seguir porque tengo dos hijos más. Me tengo que levantar y pedirle a Lucas que me de fuerzas para seguir adelante”, agregó.
Un precedente clave
Victoria Darraidou, coordinadora del equipo de Seguridad Democrática y Violencia Institucional del CELS, declaró que si bien aún se aguardan los argumentos del fallo, “para conocer la lectura del caso de cara a la idea de odio racial, sin lugar a dudas es un precedente clave para reconocer y poner en discusión el racismo en la Argentina y en especial en las intervenciones de las policías”.
En declaraciones al periódico cooperativo Tiempo Argentino, la integrante del CELS mencionó como antecedente el caso de José Delfín Acosta Martínez, un activista uruguayo que luchaba por los derechos afrodescendientes y que fue detenido arbitrariamente y luego asesinado por la Policía Federal en el año 1996. “El Estado argentino reconoció que es paradigmática la persecución y estigmatización del colectivo afrodescendiente en nuestro país”, añadió, “la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció por este caso que, entre otras cosas, el Estado argentino tiene que incluir cursos de formación regular para las fuerzas de seguridad, en particular a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y a la Policía Federal”.
Darraidou puntualizó que estas “capacitaciones tienen que abordar sobre el carácter discriminatorio que tienen los estereotipos de raza, color, nacionalidad y origen étnico, de manera que este es un problema que todavía nos queda mucho por hacer y por problematizar”.
Las responsabilidades del jefe y subjefe de la Policía de la Ciudad
Los jueces del TOC 25 ordenaron que se extraigan copias de los testimonios vertidos en el debate y se inicie otra causa tendiente a investigar la actuación del jefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Berard, y del subjefe, Oscar Cejas, en el marco de la causa.
Esas actuaciones recayeron en el TOC 7 que ya tiene en sus manos una denuncia de la abogada Natalia Paola Arévalos, hermana del oficial Ángel Arévalo que fue uno de los cuatro policías absueltos.
Este martes, en sus últimas palabras, Arévalo, primero le dio su “más sentido pésame a la familia de Lucas, a la madre y al padre” y luego advirtió: “También quería decir que, después de haber escuchado todo lo que se dijo en las audiencias que se fueron sucediendo a lo largo de este debate y, puntualmente después de haber escuchado la declaración del principal Cuevas, al cual yo también le creo, tengo que decir que repudio absolutamente todo lo que escuché, es más me da vergüenza de que personas así formen parte de la policía y desprestigien de esa forma a la fuerza”.
“Acá hay personas que nunca quisieron que esa verdad se sepa, porque esa verdad no les conviene y esto lo tengo que decir porque la familia de Lucas lo tiene que saber. El Jefe de la Policía de la Ciudad por intermedio de dos de sus abogados están presionando al personal subalterno, o sea a los oficiales de menor jerarquía, o a los ‘vigilantes’ como ellos los llaman, para que ellos hablen con sus familiares que estuvieron presentes el día de la reunión y digan que no escucharon nada y que lo que dijo mi hermana es mentira, que desacrediten lo que ella dijo”, continuó el oficial, en alusión a los dichos de su hermana, que había mencionado en el juicio que el 23 de febrero de 2022 se reunió con Bernard y Cejas quienes le habrían dicho: “Nosotros sabemos que sus familiares son inocentes, pero no podemos hacer nada porque esto es un tema político y no queremos que llegue a nosotros”, recordó.