Julio López
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SALIO "EL MORTERO" nº 8
Por El Mortero - Friday, Jul. 02, 2004 at 7:47 PM
clasismodebase@yahoo.com.ar

CONSTRUYENDO UN NUEVO CLASISMO DE BASE --- EN TREN DE LUCHA POR TRABAJO GENUINO, SALARIO Y CONDICIONES DIGNAS

SALIO "EL MORTE...
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SUMARIO:
CONFLICTO ESTATAL EN PROVINCIA - HOMENAJE A LOS MUERTOS DE RIO TURBIO - SE ORGANIZAN LOS REPOSITORES - ENCUENTRO DE TRABAJADORES MERCANTILES - EL FUTRADEyO Y EL TRIUNFO EN METROPOLITANO - LUCHAR POR SALARIO - HOMENAJE A TOSCO EN UN NUEVO ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL MSB.

EDITORIAL:

EL DESAFÍO ES CONSTRUIR UNA DIRECCIÓN CLASISTA

Lentamente, de manera más o menos visible, con distinta magnitud y alcance, aquí y allá comienzan a despuntar nuevas experiencias de organización y lucha obrera. Largos años de resistencia solitaria en los lugares de trabajo comienzan a dar sus frutos. Aquello que en su momento fue expresar una conducta solidaria y compañera, casi principista, hoy va dando paso a nuevas perspectivas político sindicales. En ese sentido continuidades y rupturas se entremezclan. De un lado trabajadores veteranos que aportan su experiencia, expresión de la memoria histórica de la clase obrera. Por el otro, nuevas camadas de trabajadores que desde su juventud aportan su pujanza, desprejuicio y combatividad. De este modo tradiciones y culturas militantes se funden para darle una renovada perspectiva.
Claro que no hablamos de una tendencia generalizada sino de experiencias embrionarias, muchas de las cuales aún no terminan de germinar:
-Hablamos de la paciente construcción del activismo de subterráneos, que desde su cuerpo de delegados pudo incorporar las demandas de los diferentes sectores logrando las 6 hs de trabajo. De Zanón y su lago recorrido desde la lucha por las condiciones de higiene y seguridad hasta la recuperación de la planta y su puesta en funcionamiento, previa conquista del sindicato. De experiencias inéditas como el caso de los pasantes telefónicos, que desde la precariedad más absoluta van lograron adquirir sus derechos como trabajadores enfrentándose a uno de los monopolios más poderosos de este país.
-Nos referimos a los numerosos delegados y comisiones internas que se van recuperando.
-El intento de los mensajeros y cadetes que desde el SIMECA procuran una construcción independiente, y su búsqueda por acoplarse al resto del movimiento desde una perspectiva clasista.
-Los Compañeros del Frente de Apertura Mercantil -FAM- de capital, que a pesar de la burocracia de Cavalieri están dando una disputa real por construir una alternativa de clase para los mercantiles, creciendo desde la base, construyendo en los lugares de trabajo, intentando organizar nuevos delegados; y junto a ellos la acumulación que se viene realizando desde la Comisión de Acción Gremial del sindicato de empleados de comercio de Rosario, que crecen en fuerzas a partir de organizar los lugares más difíciles como son las grandes cadenas de supermercados; ambas experiencias dando sus primeros pasos de articulación.
-Los permanentes y renovados intentos de docentes y estatales por recuperar sus organizaciones y ponerse al frente de las reivindicaciones del sector, contando ya con varias seccionales para lograrlo. Y también hablamos de experiencias menos visibles, que se acotan a construcciones solapadas, lentas pero firmes, núcleos subterráneos, agrupaciones clandestinas, delegados tapados, fuerzas que construyen desde los centros laborales que como un topo van socavando los cimientos del aparato gremio-patronal.
Ahora bien, muchas de estas experiencias lejos de fusionarse o articularse, se mantienen en el plano de experiencias aisladas y fragmentadas, más allá de los diversos intentos de algún sector por impulsar instancias amplias y unitarias. Esto que por el nivel de desarrollo se torna entendible constituye una seria limitación a sus perspectivas. Las primeras manifestaciones de lucha organizada suelen ser de carácter corporativas y es lógico que se desarrollen ideas defensivas frente a tantas amenazas externas, tanto arribista y oportunista suelto. El punto es que por ese camino son pocas las experiencias que pegan el salto y el riesgo es que terminen comidas, aisladas o arrinconadas en la marginalidad. La cultura "apolítica" que se fogonea e impulsa desde arriba, aporta lo suyo. Pero lamentablemente diversas organizaciones de izquierda, con su práctica y visión estrecha, hacen también lo suyo para que esa cultura apolítica se afiance en el seno de nuestra clase.
Sobre la base de este problema afloran cuestiones de concepción política. Muchas corrientes no solo reducen todos los males de la humanidad a "un problema de dirección", lo cual en última instancia puede tener cierto peso; sino que la propia concepción de cómo se construye y disputa esa dirección las lleva a atentar permanentemente contra el desarrollo del movimiento. En este punto deberíamos decir que las direcciones no emergen de un repollo, y ninguna cae sin que otra se haya levantado con capacidad de reemplazarla. Una dirección alternativa se forja lentamente, desde los lugares de trabajo, desde la solidaridad más elemental, probando en la práctica cotidiana la justeza de nuestras convicciones, mostrando siempre nuestro rasgo distintivo frente a los burócratas y traidores.
No es en los grandes conflictos donde se construyen, en todo caso allí se resquebrajan las viejas y templan las emergentes, pero nunca es el punto de partida. No entenderlo explica que muchos partidos y organizaciones anden como sabuesos buscando un conflicto, como aquel ternero que busca a la vaca para prendérsele de la teta. No hay compañero que acepte direcciones caídas del cielo, por más ajustados que puedan parecer sus planteos. Más cuando la actitud que predomina no es ponerse, con suma humildad, al servicio de la lucha, respetando un proceso del que no participaron, y aunque pueda tener limitaciones es genuino; sino que con marcada soberbia pretenden dar cátedra, impugnan, descalifican. En realidad su objetivo es identificar a los compañeros más destacados, y ubicar al más permeable a sus posiciones para ganarlo. A partir de allí ese compañero será la correa de transmisión de su línea. La construcción previa pierde interés y el objetivo es juntar huevos para la propia canasta; y en general se terminan poniendo por delante sus intereses particulares por sobre los del movimiento. La lógica termina siendo "lo que no dirijo lo rompo", entonces "gano lo que puedo y el resto que se curta". De estas experiencias la izquierda argentina ha dado sobrados ejemplos, y reconstruirlos nos consumiría el resto de las páginas. Destacamos que no es privativo de una corriente en particular, incluso muchos de los que impulsamos este periódico fuimos parte de esas experiencias.
Esta concepción se complementa con una idea iluminista de construcción, según la cual cada organización constituye el faro rojo irradiador de los verdaderos intereses de la clase obrera; y el objetivo es alumbrar a aquellos que todavía no comprendieron la buena nueva. Otra vez la posición es de externalidad absoluta, se niegan los procesos dinámicos y contradictorios que atraviesa la clase, se omite la tarea de acompañarlos, extraer conclusiones y avanzar en conjunto para transformarse en dirección real de los procesos de construcción y lucha. Es difícil proponer una construcción común cuando se parte de que "la posta la tengo yo", y la unidad significa "vengan al pie". Esta claro que no se cuestiona la posibilidad de que los compañeros militen en algún partido, sino que se atente contra la unidad de clase que debe caracterizar a las organizaciones de masa.
Quienes impulsamos El Mortero llevamos más de dos años intentando transitar un camino de unidad, clasista y de base; y sabemos que no estamos exentos de muchos de los vicios mencionados. Sin embargo hacerlo conciente para superarlo es una preocupación permanente. Por eso el periódico nació como una tribuna abierta a toda expresión clasista y anti burocrática que significara acumulación para la clase en su conjunto, sin importar su bandería. Y así apoyamos a Zanón, a Baskonia y a Renacer; la lucha de Rió Turbio, de los trabajadores del pescado marplatenses, o de Firestone; e impulsamos las experiencias opositoras en ATE, SUTEBA, a los compañeros del FAM o los Telefónicos. Por eso evitamos construir un sello artificial donde pretender hacer confluir las distintas construcciones. Si bien lo deseamos, creemos que debe ser consecuencia de una práctica en común, un proceso de construcción unitaria.
Hoy, con muchas luchas e iniciativas compartidas, son varios los compañeros que empiezan a ver la necesidad de sumar esfuerzos, de superar la dispersión que nos aqueja. La idea es ir creando un espacio de encuentro permanente donde poder compartir las experiencias, generar solidaridad y acciones conjuntas; y a la vez concentrar y compartir recursos, soportes y logística, legales, de prensa, de formación, etc. Un espacio desde el cual coordinemos, no solo entre las distintas ramas sino con los trabajadores desocupados, levantando las banderas de trabajo genuino, aumento salarial y condiciones dignas de trabajo, en una perspectiva de unidad real. Tomamos como ejemplo la lucha en Metropolitano donde un conjunto de organizaciones, integrantes del Bloque Obrero y Popular -BOP-, lograron en simultáneo la reincorporación de 9 despedidos y la conquista de un pliego propio, del que se desprendió la creación de 12 puestos de trabajo genuino para los integrantes de los movimientos, y el compromiso de incorporación de 40 compañeros más.
Así, sin grandes pretensiones organizativas en principio, sabiendo que la profundización del espacio seguirá el camino de la lucha codo a codo, pretendemos empezar a torcer la historia. Sabemos que muchos compañeros o grupos de activistas pelean en soledad y en el anonimato. El cerco informativo y el aislamiento sofocan incluso a la lucha más justa. A su vez, el sabernos parte de una lucha integral y más abarcativa nos hará más fuertes.
Las grandes travesías siempre comienzan con pequeños pasos. No arrancamos de cero, en nuestra mochila cargamos décadas de luchas obreras, y contamos con todo aquello que hasta hoy supo construir nuestra clase. Esperamos que el nuestro sea un aporte genuino a la unidad, y que incluso posibilite una mejor interacción con otros espacios.
El clasismo de base que nos define es un camino a recorrer, a transitarlo juntos compañeros!

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MSB?
Por perro - Saturday, Jul. 03, 2004 at 4:13 AM

En el homenaje a Tosco,y que se cumpliría un nuevo aniversario de la fundación del MSB;se refiere al Movimiento Sindical de Base?,aquel impulsado por el PRT?

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TOSCO, BANDERA Y DESAFÍO
Por El Mortero - Saturday, Jul. 03, 2004 at 1:37 PM
clasismodebase@yahoo.com.ar

A 31 años de la Fundación del Movimiento Sindical de Base

Córdoba, 8 de julio de 1973, calle Dean Funes al 600, a una cuadra de La Cañada. El moderno edificio del sindicato Luz y Fuerza es un hervidero de gente. Lleno, repleto, en las escalinatas de la entrada, en el inmenso hall, todo el gran salón de actos. Desde Jujuy hasta la Patagonia, desde la Mesopotamia hasta las pampas, de todos lados vienen.Incluso de Buenos Aires, que todavía parece renuente a los vientos rebeldes que desde hace años soplan en las provincias. Hay de todo: electricistas, ferroviarios, automotrices, metalúrgicos, petroquímicos, maestras, azucareros, vitivinícolas, mineros, empleados públicos, enfermeras, albañiles. Todos vienen con mucha expectativa, con mucho entusiasmo. Centenares, quizás miles. El ambiente transpira política, el aire trasunta el espíritu del cordobazo y se quiere más. Se discute en todos los rincones. Se busca una herramienta.
El país está caldeado. Hacía pocos días, el 20 de junio, había ocurrido la masacre de Ezeiza. El presidente era un veterano peronista, al que Perón recurrió para sortear la trampa del dictador general Lanusse y volcar el Gran Acuerdo Nacional a su favor: Héctor Cámpora. Y la consigna era "Cámpora al gobierno, Perón al Poder", impulsada por todo el FREJULI y sobre todo por la JP y Montoneros. El vice es un viejo conservador, don Vicente Solano Lima. Parecen montados en una ola casi revolucionaria, casi mimetizados como si ellos mismos fueran montoneros. Que no lo son, ni lo quieren ser, pero a muchos conviene que así parezca. El general acababa de volver. Muchos masacrados en Ezeiza entre los millones que se ilusionaban con el retorno. Al día siguente, admonizó. "No hay nuevos aditamentos a la ideología justicialista". Días antes, el Gran Acuerdo toma forma de ley en el Pacto Social que el Congreso de la Nación aprobó a mano alzada.
Esa mañana del 8 de julio, el oficialista diario Mayoría, advierte en tono amenzante: "En Córdoba se pretende instalar una capital vietconguita". La frase suena muy parecida a la que apenas dos años antes, pronunció el "gobernador de la viborita", un tal José Camilo Uriburu, anteúltimo interventor de la dictadura: "En Córdoba anida una serpiente venenosa, cuya cabeza, quizás Dios me depare el destino de cortar de un solo tajo". Lo dijo en Leones, en la fiesta de la oligarquía agraria. Días después, la rebelión obrera lo sacudió ese 15 de marzo del '71 con una réplica del cordobazo: la jodedera codobesa lo bautizó el viborazo.
En Luz y Fuerza de Córdoba se han juntado los protagonistas de todas las puebladas: los del Chocón, los del cipolettazo, los del mendozazo, los del tucumanazo. En el escenario, abre el Congreso que va a fundar el Movimiento Sindical de Base, el negro Gregorio Flores, el Goyo del SITRAC, ex preso político y también cesanteado de la FIAT-Concord. Allí en la mesa está envuelto en poncho rojo, Leandro Fote, una leyenda de los azucareros tucumanos, veterano fundador del PRT, ex diputado obrero provincial. El mismo que en la por entonces clandestina película La hora de los hornos, había dicho premonitoriamente en el lejano '67 desde los ardientes cañaverales, que la única solución es un gobierno obrero y popular.
El gringo Agustín Tosco a sus 42 años ya era un polo convocante de la clase obrera. Activista desde los años '50, había participado en los históricos congresos sindicales de La Falda y Huerta Grande. En el '66, ya siendo secretario general de Luz y Fuerza, encabezó la resistencia obrera contra la dictadura de Onganía y en mayo el '69 fue uno de los principales convocantes a la huelga general que devino en el cordobazo. Condenado por tribunales militares, fue arrancado de prisión en diciembre de ese año. Después del viborazo de marzo del '71 nuevamente encarcelado y fue reelecto secretario general de su gremio estando en prisión. Ahora, julio '73, pone su sindicato como sede de esta nueva conovocatoria. Su vozarrón arranca una emoción que va mucho más allá de su Luz y Fuerza y su CGT cordobesa: "Traigo un saludo proletario, revolucionario y socialista...". No es del gremio docente, pero se da una verdadera clase. Muy rápidamente, hace referencia a ese artículo de Mayoría, el diario del nuevo oficialismo surgido de las elecciones del 11 de marzo, las primeras sin proscripciones tras 17 años de ilegalidad del peronismo. El macartysmo ya domina el nuevo ambiente en la plenitud contradictoria de esta restauración constitucional. Cinco días después, el gobierno de Cámpora saltaría por el autogolpe de Perón y López Rega.
Ese 8 de julio del '73, Tosco responde: "Dicen que se pretende instalar en Córdoba una `capital vietconguita´...¡Vamos a hacer de Córdoba la capital de la Patria Socialista!".
Es algo más que una metáfora. Son los años del Vietnam heroico que resiste bajo el napalm. "Vietcong" en la jerga de la propaganda norteamericana, es el vocablo para nombrar a los irreductibles guerrilleros del Frente Nacional de Liberación del entonces Vietnam del Sur. El diario oficialista usa el mismo lenguaje made in USA que las agencias norteamericanas y el Pentágono. Todo es algo más que una metáfora. Porque en esa masacre de Ezeiza se ha estrenado la Triple A con mercenarios importados de la guerra de Argelia. Lo que se había visto en la película La batalla de Argel, lo que se leía en los escritos del argelino Frantz Fanon, ahora estaba en Argentina, en las letras del nuevo diario oficialista y en las armas de sus militares y paramiltares.
Por eso ese 8 de julio del '73, Tosco no la dejó pasar y plantó la bandera desafiante, la de la Córdoba insurgente, que con su vozarrón tomaba color y programa: "¡Vamos a hacer de Córdoba la capital de la Patria Socialista!"
Ironías de la historia. 8 de julio de 1989. Carlos Saúl Menem asume la presidencia en el Congreso de la Nación, en el mismo hemiciclo donde 16 años antes suscribieron el Pacto Social que vendrían a imponer con sangre y fuego. Y Menem proclama: "¡Queremos más propietarios y menos proletarios!". Una réplica renovada de aquel editorial del diario oficialista. El mismo amor a los propietarios. El mismo odio a los proletarios, sobre todo a los que como Tosco y Fote, plantaron desafiantes la bandera de su redención, ese día fundando el Movimiento Sindical de Base.
Apenas un año después, en pleno gobierno constitucional, Tosco fue forzado la clandestinidad, luego de la intervención del SMATA cordobés y de Luz y Fuerza, asaltados por bandas fascistas jefeadas por el comisario García Rey, que pasó de ser el jefe de policía de La Rioja del gobernador Carlos Menem a la ya intervenida provincia de Córdoba. Desde esa clandestinidad, no dejó de participar en las Coordinadoras de Gremios en Lucha, que en junio y julio del '75 protagonizaron históricas movilizaciones en todo el país contra la hiperinflación confiscatoria de los salarios que dieron inicio al plan ultraliberal del gobierno peronista.
En esa clandestinidad enfermó y murió Agustín Tosco el 5 de noviembre de 1975. Dos días después, decenas de miles de obreros, empleados, profesionales y estudiantes abandonaron sus lugares de trabajo para acompañar el féretro de Tosco desde Redes Cordobesas hasta el cementerio San Jerónimo donde una balacera se lanzó sobre la multitud. Una digna despedida de la furia capitalista a quien había sido uno de sus principales enemigos.
La reconstrucción de un sindicalismo de clase, antiburocrático y antipatronal e inspirado en una ideología socialista tiene en Tosco a un ejemplo y estandarte.
Leonel Urbano

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