Julio López
está desaparecido
hace 6434 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Ver este artículo sin comentarios

III Congreso de la Lengua Española: dime a quién invitas y te diré quién eres...
Por Rodolfo Hachen - Sunday, Aug. 15, 2004 at 1:53 AM
congresolenguas@hotmail.com

El “dime con quién andas y te diré quién eres” en la paráfrasis que utilizamos como título de este artículo es fácilmente aplicable a el III Congreso de la Lengua Española organizado por la Real Academia Española y el Instituto Cervantes que tendrá lugar en Rosario del 17 a 20 de noviembre. Un una nota brindada a Rosario 12 y publicada el domingo 16 de mayo, la Subsecretaria de Cultura de la Nación, Magdalena Faillace, reveló que para este Congreso se decidió no invitar al Premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez. Con impunidad y desparpajo, la Subsecretaria evidenció un juego ideológico de poderes que ya todos intuíamos. Lo extraño es advertir que desde la Nación, la Provincia de Santa Fe y la Municipalidad de Rosario se apoya un proyecto político con el que, supuestamente, no se acuerda.

Dime a quién invitas y te diré quién eres...

En torno al III Congreso de la Lengua Española: una mirada al sesgo.*


Toda elección es ideológica y, como decía Borges, toda clasificación es “arbitraria y conjetural”. Cuando hablamos y elegimos las piezas léxicas que emplearemos ponemos en funcionamiento criterios de selección y clasificación que dirán mucho acerca de nosotros mismo. Esto no es, por supuesto, nada nuevo y resulta, en gran medida la clave del psicoanálisis o el análisis del discurso. Así, no es lo mismo referirnos a nuestra pareja como “la doña”, “mi mujer”, “la patrona”, “la bruja”, “mi esposa”, “mi compañera”, etc. ni hablar de “rojo”, de “bermellón” o de “carmín”. Pese al abuso que se ha hecho de la sinonimia, nadie nos podrá hacer creer, en nuestra dolorosa historia, que es lo mismo decir “Proceso de Reorganización Nacional” que “Dictadura Militar”. Esencialmente, los sinónimos no existen de la misma manera que todos no somos iguales. Al respecto, podemos señalar, que en los discursos pretendidamente democráticos, se ha confundido la igualdad de derechos con la homogenización. Tenemos el derecho a no ser iguales y a ser respetados en la diferencia.
Pero más allá de las palabras (si esta proyección fuera posible) están nuestros actos. También ellos nos definen. Nos sirven de carta de presentación. Nos inscriben en el entramado semiótico que la sociedad y la cultura presuponen. De este modo los mecanismos de consolidación de grupos de referencia y de pertenencia se erigen en la base de la dinámica del proceso identitario. Cómo nos vemos, cómo nos ven y cómo creemos que los otros nos ven son los hilos de una urdimbre que lucha por mantener tensa y unida nuestra identidad individual, social, cultural. Los unos y los otros quedan, así, establecidos. De aquí que el “dime con quién andas y te diré quién eres” en la paráfrasis que utilizamos como título de este artículo es fácilmente aplicable a el III Congreso de la Lengua Española organizado por la Real Academia Española y el Instituto Cervantes que tendrá lugar en Rosario del 17 a 20 de noviembre.
Un una nota brindada a Rosario 12 y publicada el domingo 16 de mayo, la Subsecretaria de Cultura de la Nación, Magdalena Faillace, reveló que para este Congreso se decidió no invitar al Premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez. Con impunidad y desparpajo, la Subsecretaria evidenció un juego ideológico de poderes que ya todos intuíamos. Lo extraño es advertir que desde la Nación, la Provincia de Santa Fe y la Municipalidad de Rosario se apoya un proyecto político con el que, supuestamente, no se acuerda. La Sra. Faillace cree, quizás como todos los otros funcionarios, que decir que su comisión había propuesto al escritor colombiano la exime de responsabilidad en la decisión final y que, atribuyéndole esta negativa a la RAE y a la Academia Argentina de Letras, queda desafectada de toda culpa. Lo que la Subsecretaria no puede entender es que esta selección no es un simple caso de omisión sino una clara postura política que define con claridad a la Real Academia Española, a su accionar y a sus objetivos. Es como suponer que la sangre derramada no nos manchará si cerramos los ojos. Se debe saber que si apoyamos o participamos de un Congreso de esta naturaleza estamos avalando un proyecto político – cultural que prefiere identificarse con Vargas Llosas o Carlos Fuentes y no con Gabriel García Márquez. No hay avestruz, por más honda que entierre su cabeza, que pueda evitar oír los clamores marciales de esta desafortunada elección. Y no es un error, sino una coherencia en la conducta de una institución que no claudica en sus principios monárquicos. En tal sentido, pareciera que no nos queda más que sumarnos, en el mejor de los casos, a la corte o convertirnos en bufones. Nada se puede hacer sin la venia de la Academia y este nuevo “mundial de la lengua” como alguna vez fue el de fútbol, servirá de pantalla para una “Cumbre Iberoamericana” en la que, seguramente, no se discutirá el uso de la H. De aquí, también, la decisión de nuestro Presidente de la Nación de invitar a Bush y no a Fidel Castro.
No hay cara que soporte el gesto de ingenuidad suficiente para sostener que nada tienen que ver en este proyecto los organizadores locales. Y debe quedar claro que el haber desechado de la lista de invitados a una “persona con reconocida trayectoria colaboracionista con la dictadura militar del proceso” no cambia en nada las cosas. Más allá de la loable actitud de la Universidad Nacional de Rosario de, ya que no podía proponer nombres, descartar, al menos, ése, el conflicto pasa por reconocer que tampoco éste fue un “lapsus linguae” sino una nuestra tangible de la ideología reinante. En la misma línea están los temas que se discutirán y las propuesta que se hacen en torno al abordaje de las cuestiones generales de glotopolítica.



Has recorrido muchacha un largo camino...

El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, que parece no poder dar cuenta de la diferencia que implica nombrar a la lengua como español o castellano, sostiene en una nota publicada este mes en Idiomas y Comunicación, que “España tiene una historia idiomática superior en varios siglos a la hispanoamericana.”. En realidad, no tenemos idea de a qué se refiere porque al igual que en la península Ibérica, en América los pobladores originarios también hacían uso de sus idiomas para comunicarse ante de la llegada de los españoles. Si estuviera haciendo alusión al uso del “español”, debemos aclarar que éste se impuso casi simultáneamente tanto en América como en Europa. El origen del “español” como lengua nacional surge con la consolidación del Estado que implicó la expulsión de los moros, la inquisición, y el casamiento de los reyes de Castilla (Isabel) y Aragón (Fernando) Así la imposición de una lengua regional con carácter de nacional va asociada al avance territorial, a la intolerancia religiosa (expulsión de árabes y judíos) y al poderío bélico. Y será a partir de entonces que llegará en barco, con los mismos fines y atributos, a las costas de América.
La Gramática Castellana de Antonio de Nebrija (primera en su género) fue terminada de imprimir el 18 de agosto de 1492 y enuncia uno de los axiomas glotopolíticos más acertado de todos los tiempo “siempre la lengua fue compañera del imperio” (y recuérdese aquí la Cumbre Iberoamericana y la invitación a Bush)

“El tercero provecho deste mi trabajo puede ser aquel que, cuando en Salamanca de la muestra de aqueste obra a vuestra Real Majestad, i me pregunto que para que podia aprovechar, el mui reverendo padre Obispo de Avila me arrebato la respuesta, i respondiendo por mi dixo: que, después que Vuestra Alteza metiesse debaxo de su iugo muchos publos barbaros i naciones de peregrinas lenguas, i conel vencimniento aquellos ternian necesidad de recebir las leies quel vencedor pone al vencido i con ellas nuestra lengua, entonces por esta mi Arte podrían venir enel conocimiento della...” (Nebrija, A., 1492, Gramática Castellana)

La imposición de la “norma”, de la “ley” ha sido, siempre, el propósito fundamental de las Academias y de este tipo de gramáticas que no han perdido ni solapado, con los años, su intención primera.
Así, en el Esbozo a una Nueva Gramática de la Lengua (1973), abordando la entonación la RAE sostiene:

“El breve examen que haremos aquí de la entonación española refleja los usos que han dominado Madrid dentro de los últimos cincuenta años en el seno de familias burguesas de antiguo abolengo madrileño y en gran parte de los medios universitario y cultos. Dar una idea, por somera que fuese, de la variedad de acento que llena la vasta geografía de habla española habría sido empresa imposible, hoy por hoy, de llevar a cabo y no parece necesario encarecerla.” (RAE, Esbozo a una Nueva Gramática de la Lengua, 1973, pág.102)

Pareciera que los que no gozamos de cierto “abolengo” o quedamos fueras de los ámbitos “cultos” de Madrid debemos conformarnos con alguna nota al pie o, como señala el Dr. Barcia, “dejar de lado los prejuicios y recordar que al Diccionario han sido incorporados casi 6000 americanismos, llegando a sumar más de 12.000, entre ellos 2343 argentinismos; además, se ha aceptado el uso del voseo y del che.” (Idioma y Comunicación, mayo, 2004) Sin duda éste es un claro reconocimiento de que la lengua que hablamos no nos pertenece y que tendríamos que agradecer a la Academia haber “aceptado” lo que hace años venimos diciendo en un gesto de mal paternalismo evidenciado en la dudosa denominación de los “–ismos”. La pregunta sencilla sería: qué puede importarnos a los hablantes de América la venia de la Academia Española si los únicos dueños de una lengua son sus hablantes efectivos. En qué puede ser modificada el habla, por ejemplo de los argentinos, porque la RAE haya aceptado “el uso del voseo y del che”. Y al interrogatorio podría sumarse: qué puede aportar a la realidad latinoamericana un Congreso avalado por esta ideología.
Pese a que el intendente Lifschitz asegura que en España le prometieron que se elevará el nivel académico en este Congreso, nada parece confirmarlo. Como el mismo Barcia lo señala “El de Zacatecas, México, como todo lo que recién inicia, fue un tanto desparejo” y las ponencias “un tanto improvisadas”. En Valladolid nada cambió sustancialmente a punto tal de que ni siquiera se ha podido general un libro con las conclusiones. En tal sentido conviene que se sepa que todo lo invertido (por mucho o poco que fuera) tendrá el fin del silencio y lejos estará de repercutir en la vida cotidiana de los argentinos. Los catedráticos e invitados se reunirán una vez más para regodearse en un narcisismo insostenible y costoso de espaldas a los auténticos problemas de América Latina.



“Yo soy aquél que ayer nomás decía...”

El III Congreso de la Lengua, a través del Instituto Cervantes, propone dos homenajes centrales: a Ernesto Sábato y al Cuarto Centenario de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra. Lo sorprendente es recordar las opiniones vertidas por Sábato en su ensayo “Sobre el castellano que hablamos” (El escritor y sus fantasmas, 1963). Por entonces, este notable escritor argentino nos decía que al “lenguaje lo hace el pueblo, el pueblo todo” y que pese a que la Academia pretende (desde Nebrija) terminar con la “anarquía” de la lengua, “...los únicos lenguajes que han dejado de ser anárquicos son los muertos”. Así llega a la conclusión de que “la existencia de academias tiene la misma raíz social y psicológica que la policía”

“Cada cierto tiempo nos anuncian que el mejor inglés se habla en Oxford y el mejor castellano en Toledo. Lo que implica algo así como ese Origen Absoluto de Coordenadas que ansiosamente buscaban los físicos anteriores a Einstein. La ciudad de Toledo representaría así la silla absoluta del lenguaje castellano, y los pobres mortales que habitamos en otras regiones del basto imperio estaríamos condenados a farfullar dialectos más o menos monstruosos según nuestras respectivas distancias a la Silla y a la lengua platónica sentada en ella” (Sábato, E., “Sobre el castellano que empleamos” en El escritor y sus fantasmas, 1963)

Sábato mismo sostiene que ni Cervantes hubiera tenido la aprobación de la Academia por su forma de escribir tan apartada, en cierta medida, de la norma que se pretende imponer. El idioma ideal que se esgrime (platónico, si se quiere) lejos está de toda situación comunicativa concreta y de llegar a ser encarnado por los propios españoles imposibilitados de pronunciar “correctamente” palabras como “Atlántico”, “atlético” y hasta “Madrid”. Así que como señala Borges puedo decir que “no he observado jamás que los españoles hablaran mejor que nosotros. (Hablan en voz más alta, eso sí, con el aplomo de quienes ignoran la duda)” (Borges, J. L., “Las alarmas del Dr. Américo Castro” en Otras Inquisiciones, 1952)



“Me gustas cuando callas, cuando estás como ausente...”

Pese a que estamos hablando de un Congreso de la Lengua Española, no todas las cosas están dichas y, muchas de las que se dicen, recuerdan los beneficios del silencio. Cuando no se conoce el tema que se presenta y se cuenta con tan poca información (en gran medida adulterada) ocurre lo que sucede. Los voceros son muchos y desautorizados. Hablan en nombre de una corona que nos los reconoce ni los respalda. Discursean apelando a una Academia que los excluye y se embanderan en causas perdidas. Como en los manuales escolares que recuerdan el accionar de 1810, creemos que se han organizado muchas juntas en torno a un rey que las ignora, en nombre de un poder que no las contempla y de una soberanía profanada. Por eso, cuando escuchamos el uso del “nosotros” (en boca de los “representantes” locales) referido a la organización del III Congreso de la Lengua Española, nos preguntamos si es exclusivo o inclusivo, porque, por una extraña lógica del destino, las verdaderas voces de América no han sido incorporadas.
Aún más, ni aquellos que se dicen organizadores podrán acceder al Cónclave de las Luces desde el cual un grupo no muy numeroso de elegidos (por la RAE y la AAL) hablarán de nosotros (los observados) y de lo que sucede afuera poniendo la distancia suficiente para no ser contaminados mientras, el pueblo, mirándolos por alguna pantalla gigante, sigue preguntándose de qué se trata.

*Magíster Rodolfo Raúl Hachén
(UNR, CONICET, Cátedra UNESCO)

agrega un comentario


La Paradoja de la Lengua - las lenguas aborígenes
Por Rubén A. Spaggiari - Friday, Sep. 10, 2004 at 1:17 PM
raspaggiari@hotmail.com 011-4740-8213 Reconquista 2026 - Gral.Pacheco -Bs. As.

La Paradoja de la Lengua

El Animal humano y su lenguaje

Especial para Diario21/Rubén A. Spaggiari.-


El lenguaje siempre ha sido interactivo y se halla aún hoy en constante proceso de cambio.
El medio provee al hombre un ecosistema que lo contiene interactuando con él, haciendo propias expresiones que identifican las partes o él todo de su nicho ecológico y social.
El hombre es, entre las especies, la que más se identifica, por ahora, con un lenguaje articulado, comprensible, concreto o simbólico, según las circunstancias.
Puede, a través de él, expresar pensamientos o ideas abstractas o concretas que le permiten interactuar con sus congéneres en su nicho social con fluidez y efectividad.


Fueron las expresiones verbales, allá por la noche de los tiempos, las primeras manifestaciones que le permitieron ampliar su horizonte, intelectual y sus experiencias vivenciales en comunidad, señoreándose sobre esas nuevas potestades.
Fue, así lo intuye hoy la ciencia de los hombres, en lo que hoy es Oriente Medio que la ciencia reconoce el nacimiento del alfabeto, la escritura Sumeria parece haber sido la cuna del mayor artilugio hallado por el hombre para, graficar, transmitir, y registrar para su tiempo y la posteridad la actividad de su época.
Cuneiforme, Jeroglífica, Aramea, Demótica, Copta, Cirílica, como así también el moderno Esperanto, fueron algunos de aquellos "sistemas" elaborados por el hombre para expresar, en los más variados soportes, sus experiencias y realizaciones artísticas y comerciales.
Cerámica, arcilla, piedra caliza, hojas de papiro y finalmente papel, fueron algunos elementos utilizados para plasmar la capacidad humana de comunicarse.
Grande fue el hallazgo y evolución de ésta técnica que contribuyó, junto con la lengua hablada, como ninguna a la confusión generalizada de un mundo disperso, políglota e incomprensible.
Los primeros escribas y los relatores bíblicos ya hacen referencia a este pandemónium en el que se había convertido la comunicación entre los hombres, referencias concretas hacen de la "Torre de Babel" el símbolo de la dispersión lingüística del mundo antiguo.
El uso y abuso del lenguaje con sus particularidades regionales, los vulgarismos y modismos, propios de los centros urbanos, de los bulliciosos puertos comerciales, donde los esclavos traídos de remotas regiones, fueron moneda de cambio, hacia que el lenguaje hablado se tornara incomprensible de una región a otra, de una ciudad a otra.
Aquellas variaciones del lenguaje que hoy estudiamos bajo las bases de la Gramática o la Lingüística conocidos como vulgarismos, regionalismos, lenguaje del delito, lunfardo, Argot, etc. imprimen en el lenguaje características propias que con el correr del tiempo y su permanente uso popular dan una impronta propia, intransferible que puede llegar a hacerse incomprensible para quienes se hallan fuera de ese ecosistema social.
Existe y existió, hoy lo sabemos, un sincretismo lingüístico que modifica la lengua madre de una cultura dada.
Esto en la antigüedad se producía por varias razones: invasiones armadas que introducían violentamente ritos, costumbres cotidianas, ideas, estrategias, armamentos e individuos que penetraban con sus nombres y lengua de origen.
Esto alteraba las manifestaciones y convivencia dentro de ese nicho cultural.
Un pueblo podía recibir sistemas de alimentación, formas de preparación, nuevos condimentos e ingredientes; en lo artístico, la música, la plástica y las representaciones escénicas de la más variada índole, daban nuevos contenidos al lenguaje reinterpretando en nuevas formas expresivas las incorporaciones que, sutilmente modificaban el lenguaje, por lo general sin que el hablante lo percibiera de inmediato.
El comercio de la antigüedad contribuyó grandemente a esta confusión generalizada al expandir sus fronteras por todos los mares del mundo convirtiendo los puertos en una puerta de ingreso y egreso de nuevas expresiones habladas.
Ya sea como un modo propio de sus transacciones y vida comercial, ya, como dijera anteriormente, por la introducción de esclavos que desde remotas regiones ingresaban como moneda de cambio en los países visitados, llevando consigo sus propias culturas y por lógica su lengua.
Por otra parte el comercio de esclavos, que predominó en todo el mundo bien entrado el siglo XVIII, no fue ajeno a las "nuevas tierras de América" siendo un factor importantísimo de intercambio violento entre culturas.
La humanidad presente nos ha legado un camino de logros maravillosos, oscurecidos por actos de barbarie propios de la condición humana.
Lo anacrónico o quizás ilógico es que, ambas manifestaciones, las maravillosas y las bárbaras, hayan contribuido a la grandeza de la lengua y por ende de la cultura de los pueblos, cuando éstos pudieron sobrevivir.
La paradoja de la lengua es que haciendo caso omiso de esto se enriquece, aún cuando existen quienes alegan que éstas intromisiones le hacen daño a la cultura invadida, siendo esto muy cierto a corto plazo, sin embargo la resultante será un enriquecimiento de la lengua madre.
Hoy las invasiones no son violentas pero no dejan de ser altamente agresivas y actúan de la misma forma, quizás con mecanismos más sutiles y convincentes, como la publicidad, radial, gráfica y televisiva, en general los medios de comunicación y en particular la TV y más recientemente la red de redes conocida como Internet.
Todos estos mecanismos, como en las invasiones antiguas van creando los mismos efectos perniciosos a corto plazo, socavando las identidades nacionales y los acervos de los pueblos más débiles y vulnerables.
Cuando trabajamos con el lenguaje y sus formas expresivas, sus usos y costumbres, sus aplicaciones y modificaciones podemos dar a conocer el origen de las palabras, su matriz, la etnografía y antropología del pueblo y la cultura generadora es posible cuestionar los procesos de cambio social y cultural que ocasionan y establecer paradigmas.
En cambio cuando lo hacemos desde la lingüística, desde las estructuras gramaticales puras, es posible prescindir de estos factores, no ignorarlos ni desecharlos, como una forma de preservar el verdadero sentido renovador de las formas del lenguaje, su evolución.
Por todo esto nuestra cultura a revalorizado el proceso que conlleva ésta moderna transculturación, precursora de la globalización económica, que se produjera luego de finalizada la guerra fría, la caída del muro de Berlín y la cortina de hierro con la "Perestroika" de Mijail Gorbachev.
Fue a través de las comunicaciones que el lenguaje de los pueblos había ya propiciado la globalización, ésta ya había comenzado y con el advenimiento de herramientas como Internet, la telefonía móvil y los nuevos adelantos del ciberespacio para transmitir textos e imágenes, la transculturación comenzó a manifestarse más rápidamente.
Desconocer la ingerencia que estos sistemas han tenido y tendrán en la nueva forma del lenguaje en el mundo sería atentar contra nuestra propia capacidad de evolución o adaptación al mundo por venir.
Hoy el deber de quienes vivimos ésta realidad e interactuamos con ella debemos rescatar estas manifestaciones populares, mitos, leyendas, costumbres y usos cotidianos, propios o incorporados a nuestra lengua local y darlos a conocer para aportar y rendir un justo homenaje al aporte que hacen a nuestra cultura.
En este sentido o con éste objetivo el autor se encuentra desarrollando la ardua tarea de elaborar un diccionario comentado del habla popular en el cono sur, en particular las áreas Rioplatenses, sin descuidar su uso en América Latina o el aporte que cada región tubo sobre la región del Plata.
En breve los interesados podrán ingresar al sitio fps.com.ar/indoamericano y encontrar los avances del mencionado trabajo.


Las lenguas Aborígenes
Su ingerencia en el habla popular de América Latina

Especial para D21 de Rubén A. Spaggiari


La enorme importancia que el uso del idioma español tiene en todo el mundo, merced a la penetración de los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías del ciberespacio, junto a la diáspora a la que se han visto obligados millares de hispano parlantes de toda América Latina por las carencias e inestabilidad política, económica y laboral; contribuye al interés por el estudio y la expansión de los horizontes lingüísticos de nuestras culturas y nuestras lenguas regionales, por parte de España y en particular la Real Academia Española de la lengua.


Lejos de reprochar esta preocupación, con argumentos válidos por cierto pero hoy alejados del estudio puro del lenguaje, debemos dar crédito al interés y reconocimiento demostrado por los estudiosos y la sociedad española por nuestra lengua que, mal que nos pese es de matriz castellana.
Si bien es cierto que ya nada queda de aquel “puro castellano” que introdujeron a sangre, cruz y fuego los propulsores de la barbarie indo americana, éste no debería ser el ámbito en el cual se debatan dichos pormenores y acontecimientos. (ver nota del autor en Diario21 – http://WWW.fps/diario21.com.ar en el que se trata este tema puntualmente.)
Nadie ya puede ignorar, y España menos que ninguno, la enorme ingerencia que las lenguas de los pueblos naturales de América tuvieron en sobre la lengua que ellos introdujeron en estas tierras.
De hecho así lo demuestran con la creciente preocupación por entender, enriquecer y depurar la lengua española incorporando año tras año términos que no le son propios al idioma castellano, que provienen de las lenguas originarias de Indoamérica.
España ha dado muestras acabadas de una nueva visión sobre “la conquista” cuando hacia el 5to. Centenario envió sus realizadores televisivos para rescatar una nueva imagen de la América Hispana de la actualidad, con sus propias características e identidad.
Asimismo habla bien de su actual visión que esta valorización pase por reinterpretar e incorporar al Diccionario de la Real Academia de la lengua española aquellos modismos, regionalismos, vulgarismos y vocablos del lunfardo, aportados por nuestro continente.
La importancia que la lengua Taina o Caribe proveniente de las áreas caribeñas a las que llegaran los primeros europeos antes de entrar propiamente al continente, isla La Española, Actual Haití, es reconocido por estudiosos de todo el mundo.
Infinidad de vocablos provenientes de éstas corrientes conquistadoras que vieron influenciados su habla con la incorporación de vocablos nuevos o modificación de los propios readaptados o interpretados por los indígenas que fonéticamente se readaptaban para una mejor comunicación entre las partes.
El primer estudioso de una lengua aborigen fue Juan Ramón Pané, el fraile que se embarcara en el segundo viaje de Cristóbal Colón, él estudió la fonética y aplicó una estructura gramatical, una grafía, a una lengua exclusivamente fonética.
Tanto el Taíno como el Caribe son de raíz Arauco, emparentado con grupos étnicos del sur de Norteamérica que se fueron desplazando durante las grandes corrientes migratorias y se instalaron y dispersaron por todo el continente llegando hasta la República Argentina.
En ese largo derrotero por un hábitat la lengua matriz fue sufriendo distintas alteraciones, influencias y modificaciones fundamentalmente por adaptación al medio, interacción de éste con la expresión hablada, circunstancia que determina el sincretismo del ecosistema con la lengua en función de su propio reconocimiento.
Creando de ésta manera en cada ecosistema definido, características particulares propias y marcadamente diferenciadoras.
Es así como con la raíz antes expresada, Arauco, surgen el Taino, Caribe, Guaraní, Guaycurú etc.
De esta manera vemos como el “castellano” o “español” hablado por estos primeros europeos recibieron el aporte de lenguas aborígenes ya altamente arraigadas, tanto social como geográficamente.
Esta característica se puede observar en Sudamérica con el Quechua, Aymará, Mapudungu (lengua del pueblo Mapuche) y otras tantas lenguas de naciones indias que influenciaron y dejaron su impronta en nuestra lengua hablada.
El Autor pone énfasis en esta impronta e intenta rescatar y unificar un criterio en la creación de un “Diccionario comentado de la Lengua Rioplatense y Latinoamericana” cuyos avances ya pueden hallarse en http://www.fps.com.ar o en http://www.fps/indoamericano.com.ar
En se podrá hallar no sólo la entrada del término y su raíz y aplicación actual sino un colorido y ameno comentario, allí donde el vocablo así lo amerite, sobre su uso y costumbre en determinadas regiones de América Latina y en particular en las áreas del Río de La Plata.
La Importancia que el III Congreso de la Lengua española 2004, que se realizará en la ciudad de Rosario, Argentina del 17 al 20 de Noviembre del corriente año, radica justamente en la importancia que, para la enorme expansión del idioma español en el mundo, tiene que se incorporen permanentemente los aportes regionales de los hispanoparlantes allí donde se encuentren.
En éste contexto el Continente Americano desde el siglo XV en adelante es un mundo lingüístico en permanente simbiosis con la lengua castellana a la que ha brindado un riquísimo aporte.

agrega un comentario


La Paradoja de la Lengua - las lenguas aborígenes
Por Rubén A. Spaggiari - Friday, Sep. 10, 2004 at 1:18 PM
raspaggiari@hotmail.com 011-4740-8213 Reconquista 2026 - Gral.Pacheco -Bs. As.

La Paradoja de la Lengua

El Animal humano y su lenguaje

Especial para Diario21/Rubén A. Spaggiari.-


El lenguaje siempre ha sido interactivo y se halla aún hoy en constante proceso de cambio.
El medio provee al hombre un ecosistema que lo contiene interactuando con él, haciendo propias expresiones que identifican las partes o él todo de su nicho ecológico y social.
El hombre es, entre las especies, la que más se identifica, por ahora, con un lenguaje articulado, comprensible, concreto o simbólico, según las circunstancias.
Puede, a través de él, expresar pensamientos o ideas abstractas o concretas que le permiten interactuar con sus congéneres en su nicho social con fluidez y efectividad.


Fueron las expresiones verbales, allá por la noche de los tiempos, las primeras manifestaciones que le permitieron ampliar su horizonte, intelectual y sus experiencias vivenciales en comunidad, señoreándose sobre esas nuevas potestades.
Fue, así lo intuye hoy la ciencia de los hombres, en lo que hoy es Oriente Medio que la ciencia reconoce el nacimiento del alfabeto, la escritura Sumeria parece haber sido la cuna del mayor artilugio hallado por el hombre para, graficar, transmitir, y registrar para su tiempo y la posteridad la actividad de su época.
Cuneiforme, Jeroglífica, Aramea, Demótica, Copta, Cirílica, como así también el moderno Esperanto, fueron algunos de aquellos "sistemas" elaborados por el hombre para expresar, en los más variados soportes, sus experiencias y realizaciones artísticas y comerciales.
Cerámica, arcilla, piedra caliza, hojas de papiro y finalmente papel, fueron algunos elementos utilizados para plasmar la capacidad humana de comunicarse.
Grande fue el hallazgo y evolución de ésta técnica que contribuyó, junto con la lengua hablada, como ninguna a la confusión generalizada de un mundo disperso, políglota e incomprensible.
Los primeros escribas y los relatores bíblicos ya hacen referencia a este pandemónium en el que se había convertido la comunicación entre los hombres, referencias concretas hacen de la "Torre de Babel" el símbolo de la dispersión lingüística del mundo antiguo.
El uso y abuso del lenguaje con sus particularidades regionales, los vulgarismos y modismos, propios de los centros urbanos, de los bulliciosos puertos comerciales, donde los esclavos traídos de remotas regiones, fueron moneda de cambio, hacia que el lenguaje hablado se tornara incomprensible de una región a otra, de una ciudad a otra.
Aquellas variaciones del lenguaje que hoy estudiamos bajo las bases de la Gramática o la Lingüística conocidos como vulgarismos, regionalismos, lenguaje del delito, lunfardo, Argot, etc. imprimen en el lenguaje características propias que con el correr del tiempo y su permanente uso popular dan una impronta propia, intransferible que puede llegar a hacerse incomprensible para quienes se hallan fuera de ese ecosistema social.
Existe y existió, hoy lo sabemos, un sincretismo lingüístico que modifica la lengua madre de una cultura dada.
Esto en la antigüedad se producía por varias razones: invasiones armadas que introducían violentamente ritos, costumbres cotidianas, ideas, estrategias, armamentos e individuos que penetraban con sus nombres y lengua de origen.
Esto alteraba las manifestaciones y convivencia dentro de ese nicho cultural.
Un pueblo podía recibir sistemas de alimentación, formas de preparación, nuevos condimentos e ingredientes; en lo artístico, la música, la plástica y las representaciones escénicas de la más variada índole, daban nuevos contenidos al lenguaje reinterpretando en nuevas formas expresivas las incorporaciones que, sutilmente modificaban el lenguaje, por lo general sin que el hablante lo percibiera de inmediato.
El comercio de la antigüedad contribuyó grandemente a esta confusión generalizada al expandir sus fronteras por todos los mares del mundo convirtiendo los puertos en una puerta de ingreso y egreso de nuevas expresiones habladas.
Ya sea como un modo propio de sus transacciones y vida comercial, ya, como dijera anteriormente, por la introducción de esclavos que desde remotas regiones ingresaban como moneda de cambio en los países visitados, llevando consigo sus propias culturas y por lógica su lengua.
Por otra parte el comercio de esclavos, que predominó en todo el mundo bien entrado el siglo XVIII, no fue ajeno a las "nuevas tierras de América" siendo un factor importantísimo de intercambio violento entre culturas.
La humanidad presente nos ha legado un camino de logros maravillosos, oscurecidos por actos de barbarie propios de la condición humana.
Lo anacrónico o quizás ilógico es que, ambas manifestaciones, las maravillosas y las bárbaras, hayan contribuido a la grandeza de la lengua y por ende de la cultura de los pueblos, cuando éstos pudieron sobrevivir.
La paradoja de la lengua es que haciendo caso omiso de esto se enriquece, aún cuando existen quienes alegan que éstas intromisiones le hacen daño a la cultura invadida, siendo esto muy cierto a corto plazo, sin embargo la resultante será un enriquecimiento de la lengua madre.
Hoy las invasiones no son violentas pero no dejan de ser altamente agresivas y actúan de la misma forma, quizás con mecanismos más sutiles y convincentes, como la publicidad, radial, gráfica y televisiva, en general los medios de comunicación y en particular la TV y más recientemente la red de redes conocida como Internet.
Todos estos mecanismos, como en las invasiones antiguas van creando los mismos efectos perniciosos a corto plazo, socavando las identidades nacionales y los acervos de los pueblos más débiles y vulnerables.
Cuando trabajamos con el lenguaje y sus formas expresivas, sus usos y costumbres, sus aplicaciones y modificaciones podemos dar a conocer el origen de las palabras, su matriz, la etnografía y antropología del pueblo y la cultura generadora es posible cuestionar los procesos de cambio social y cultural que ocasionan y establecer paradigmas.
En cambio cuando lo hacemos desde la lingüística, desde las estructuras gramaticales puras, es posible prescindir de estos factores, no ignorarlos ni desecharlos, como una forma de preservar el verdadero sentido renovador de las formas del lenguaje, su evolución.
Por todo esto nuestra cultura a revalorizado el proceso que conlleva ésta moderna transculturación, precursora de la globalización económica, que se produjera luego de finalizada la guerra fría, la caída del muro de Berlín y la cortina de hierro con la "Perestroika" de Mijail Gorbachev.
Fue a través de las comunicaciones que el lenguaje de los pueblos había ya propiciado la globalización, ésta ya había comenzado y con el advenimiento de herramientas como Internet, la telefonía móvil y los nuevos adelantos del ciberespacio para transmitir textos e imágenes, la transculturación comenzó a manifestarse más rápidamente.
Desconocer la ingerencia que estos sistemas han tenido y tendrán en la nueva forma del lenguaje en el mundo sería atentar contra nuestra propia capacidad de evolución o adaptación al mundo por venir.
Hoy el deber de quienes vivimos ésta realidad e interactuamos con ella debemos rescatar estas manifestaciones populares, mitos, leyendas, costumbres y usos cotidianos, propios o incorporados a nuestra lengua local y darlos a conocer para aportar y rendir un justo homenaje al aporte que hacen a nuestra cultura.
En este sentido o con éste objetivo el autor se encuentra desarrollando la ardua tarea de elaborar un diccionario comentado del habla popular en el cono sur, en particular las áreas Rioplatenses, sin descuidar su uso en América Latina o el aporte que cada región tubo sobre la región del Plata.
En breve los interesados podrán ingresar al sitio fps.com.ar/indoamericano y encontrar los avances del mencionado trabajo.


Las lenguas Aborígenes
Su ingerencia en el habla popular de América Latina

Especial para D21 de Rubén A. Spaggiari


La enorme importancia que el uso del idioma español tiene en todo el mundo, merced a la penetración de los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías del ciberespacio, junto a la diáspora a la que se han visto obligados millares de hispano parlantes de toda América Latina por las carencias e inestabilidad política, económica y laboral; contribuye al interés por el estudio y la expansión de los horizontes lingüísticos de nuestras culturas y nuestras lenguas regionales, por parte de España y en particular la Real Academia Española de la lengua.


Lejos de reprochar esta preocupación, con argumentos válidos por cierto pero hoy alejados del estudio puro del lenguaje, debemos dar crédito al interés y reconocimiento demostrado por los estudiosos y la sociedad española por nuestra lengua que, mal que nos pese es de matriz castellana.
Si bien es cierto que ya nada queda de aquel “puro castellano” que introdujeron a sangre, cruz y fuego los propulsores de la barbarie indo americana, éste no debería ser el ámbito en el cual se debatan dichos pormenores y acontecimientos. (ver nota del autor en Diario21 – http://WWW.fps/diario21.com.ar en el que se trata este tema puntualmente.)
Nadie ya puede ignorar, y España menos que ninguno, la enorme ingerencia que las lenguas de los pueblos naturales de América tuvieron en sobre la lengua que ellos introdujeron en estas tierras.
De hecho así lo demuestran con la creciente preocupación por entender, enriquecer y depurar la lengua española incorporando año tras año términos que no le son propios al idioma castellano, que provienen de las lenguas originarias de Indoamérica.
España ha dado muestras acabadas de una nueva visión sobre “la conquista” cuando hacia el 5to. Centenario envió sus realizadores televisivos para rescatar una nueva imagen de la América Hispana de la actualidad, con sus propias características e identidad.
Asimismo habla bien de su actual visión que esta valorización pase por reinterpretar e incorporar al Diccionario de la Real Academia de la lengua española aquellos modismos, regionalismos, vulgarismos y vocablos del lunfardo, aportados por nuestro continente.
La importancia que la lengua Taina o Caribe proveniente de las áreas caribeñas a las que llegaran los primeros europeos antes de entrar propiamente al continente, isla La Española, Actual Haití, es reconocido por estudiosos de todo el mundo.
Infinidad de vocablos provenientes de éstas corrientes conquistadoras que vieron influenciados su habla con la incorporación de vocablos nuevos o modificación de los propios readaptados o interpretados por los indígenas que fonéticamente se readaptaban para una mejor comunicación entre las partes.
El primer estudioso de una lengua aborigen fue Juan Ramón Pané, el fraile que se embarcara en el segundo viaje de Cristóbal Colón, él estudió la fonética y aplicó una estructura gramatical, una grafía, a una lengua exclusivamente fonética.
Tanto el Taíno como el Caribe son de raíz Arauco, emparentado con grupos étnicos del sur de Norteamérica que se fueron desplazando durante las grandes corrientes migratorias y se instalaron y dispersaron por todo el continente llegando hasta la República Argentina.
En ese largo derrotero por un hábitat la lengua matriz fue sufriendo distintas alteraciones, influencias y modificaciones fundamentalmente por adaptación al medio, interacción de éste con la expresión hablada, circunstancia que determina el sincretismo del ecosistema con la lengua en función de su propio reconocimiento.
Creando de ésta manera en cada ecosistema definido, características particulares propias y marcadamente diferenciadoras.
Es así como con la raíz antes expresada, Arauco, surgen el Taino, Caribe, Guaraní, Guaycurú etc.
De esta manera vemos como el “castellano” o “español” hablado por estos primeros europeos recibieron el aporte de lenguas aborígenes ya altamente arraigadas, tanto social como geográficamente.
Esta característica se puede observar en Sudamérica con el Quechua, Aymará, Mapudungu (lengua del pueblo Mapuche) y otras tantas lenguas de naciones indias que influenciaron y dejaron su impronta en nuestra lengua hablada.
El Autor pone énfasis en esta impronta e intenta rescatar y unificar un criterio en la creación de un “Diccionario comentado de la Lengua Rioplatense y Latinoamericana” cuyos avances ya pueden hallarse en http://www.fps.com.ar o en http://www.fps/indoamericano.com.ar
En se podrá hallar no sólo la entrada del término y su raíz y aplicación actual sino un colorido y ameno comentario, allí donde el vocablo así lo amerite, sobre su uso y costumbre en determinadas regiones de América Latina y en particular en las áreas del Río de La Plata.
La Importancia que el III Congreso de la Lengua española 2004, que se realizará en la ciudad de Rosario, Argentina del 17 al 20 de Noviembre del corriente año, radica justamente en la importancia que, para la enorme expansión del idioma español en el mundo, tiene que se incorporen permanentemente los aportes regionales de los hispanoparlantes allí donde se encuentren.
En éste contexto el Continente Americano desde el siglo XV en adelante es un mundo lingüístico en permanente simbiosis con la lengua castellana a la que ha brindado un riquísimo aporte.

agrega un comentario