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Envases de agroquímicos- La punta del iceberg
Por Guillermo Torres - Saturday, Apr. 26, 2014 at 1:58 PM

Escrito en el 2008 Este texto tiene la estructura de una serie de informaciones y razonamientos sencillos. Está pensado para desarrollar una comprensión desde el sentido común, para que todos los ciudadanos tomen conciencia de aquello que debería ser obvio para los funcionarios..

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Diciembre 2008

INTRODUCCION:

Todos los que participamos en la lucha contra el verdadero genocidio que significa el modelo agropecuario actual, nos encontramos ante la inmensa muralla de las convenciones y las apariencias.

Los venenos, por si cabe alguna duda, son sustancias químicas diseñadas para matar, para interrumpir la vida. No importa si son herbicidas, insecticidas, funguicidas, acaricidas, etc., todos MATAN.

En otras palabras, si hay venenos en el ambiente somos agredidos y ante esta agresión estamos indefensos. Estamos indefensos en principio porque como seres vivos nuestros organismos no son indiferentes a la presencia de venenos, la mayor parte de los cuales no podemos ver, ni oler, ni degustar. Estamos indefensos porque nuestros sistemas fisiológicos de alerta y depuración no funcionan con muchas de estas sustancias, no están diseñados para descubrir un peligro en ellas, y esto es así, porque nuestros organismos no evolucionaron con estas sustancias, sencillamente porque ellas no existen naturalmente en el ambiente, son productos de la industria humana. Estamos indefensos también porque no somos informados acerca de los riesgos que corremos tanto por la exposición directa a estas sustancias, como por ser integrantes de ecosistemas que están siendo envenenados, y de los que irremediablemente dependemos para sobrevivir.

Los venenos agrícolas vienen en envases, y sobre los envases trata este trabajo. Pero esto que comienza entonces como una investigación en torno al problema de los envases se transforma, a medida que vamos avanzando, en una somera introducción al análisis de los absurdos de la sociedad moderna a través de sus químicos. Con sólo observar con atención la información que proporcionan las Cámaras Empresarias de la industria de los plaguicidas, y también el Estado, podemos llegar a conclusiones más que evidentes acerca del proceso en general de la contaminación y la enfermedad, y de las absurdas lógicas que sostienen estos sectores.

Este texto tiene la estructura de una serie de informaciones y razonamientos sencillos. Está pensado para desarrollar una comprensión desde el sentido común, para que todos los ciudadanos tomen conciencia de aquello que debería ser obvio para los funcionarios..

Marcelo.Viñas
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Ante todo, invitamos a leer el siguiente artículo, demostrativo de lo que las instancias oficiales tienen para decir al respecto.

I .Envases vacíos de agroquímicos: Un problema ambiental
Autor: Ing. Agr. Carlos Leonardi Fundación ArgenINTA

En la agricultura moderna, se trata de controlar las plagas que afectan a los cultivos de la manera más racional posible.
En los países mas avanzados practican lo que se ha dado en llamar la agricultura integrada, priorizando las medidas que permiten disminuir al mínimo la utilización de plaguicidas. Utilizando variadas técnicas se logra la disminución del número de tratamientos y de dosis a emplear para controlar plagas o malezas, menor contaminación de los productos obtenidos y un mejor cuidado del medio ambiente. Hay que tener presente que, mejor que aprender a usar bien un plaguicida es aprender a no utilizarlo.

No obstante lo dicho, resulta evidente que la agricultura integrada no reniega del uso de los plaguicidas. Hace hincapié en la utilización eficiente y este uso genera envases vacíos de los productos. ¿Qué hacemos con estos recipientes? De su correcto manejo dependerá que no se transformen en fuente de contaminación o riesgo toxicológico para el propio usuario o para el público en general.

Una de las alternativas es reciclar, pero he aquí lo grave de la situación, ya que no es lo mismo un envase que ha contenido una bebida (agua, refresco, etc.) o algún elemento de limpieza, que aquel que ha contenido un plaguicida, pues éste de por sí es un elemento peligroso por definición, que se mantiene en los remanentes que quedan en el envase supuestamente "vacío".

Ya sea por ignorancia, displicencia o irresponsabilidad son entregados a quienes, recorriendo los campos, ofrecen comprarlos o retirarlos para su reciclaje junto a otros plásticos inocuos de diversos orígenes. Se pierde así toda posibilidad de conocer su destino final, que bien pueden ser desde bolsas para residuos, artículos de jardinería y hasta por qué no, juguetes, mamaderas o chupetes…

Lo que no se debe hacer es abandonarlos en caminos vecinales o ríos y arroyos o acumularlos en algún lugar del establecimiento rural. Este proceder genera riesgos graves de toxicidad al permitir a otras personas, tomar contacto con los remanentes de plaguicidas por accidente al reutilizar los atractivos envases; o simplemente al ser arrastrados (estos remanentes) por las lluvias contaminando las napas de agua subterráneas, que son las mismas que se utilizan como fuentes de agua potable para la comunidad. Tampoco hay que quemarlos, ya que los humos generados por el material plástico quemado, contienen componentes de muy alta toxicidad como dioxinas y furanos, que resultan más tóxicos que los remanentes de plaguicida que pudieran contener.

¿Cómo procedemos?

En principio evitar que los envases vacíos contengan remanentes de plaguicidas procediendo a su lavado (enjuague) en el mismo momento en que el producto es cargado en la máquina pulverizadora para su utilización. Es decir, una vez que aparentemente ha sido descargado todo el plaguicida en el depósito de la máquina, proceder a enjuagar enérgicamente el envase incorporando el agua de lavado también en la pulverizadora. Con este proceder se tendrá no sólo la ventaja económica de utilizar la totalidad del producto adquirido al darle su verdadero destino, sino también se evitará los riesgos de contaminación y toxicológicos ya señalados.

Una vez lavado, se procederá a su inutilización mediante el perforado del fondo, para evitar su potencial reutilización para cualquier destino, pues hoy será para rellenarlo de combustible pero mañana se escapará para ser utilizado en agua para riego o para bebida de animales y por qué no, para otro personal ligado al establecimiento, con el consecuente riesgo toxicológico.

Después habrá que tomar contacto con los Centros de Acopio que ya están funcionando en varios lugares de la región del sudeste bonaerense, ligados a organismos oficiales como municipio, INTA, MAA, Universidades o privados como Cooperativas o Centros de Profesionales. Allí se procederá a compactarlos para ser llevados a donde se los reciclará en elementos que aseguren un muy bajo impacto ambiental como por ejemplo, tubos de recubrimiento de cables de alta tensión o de fibra óptica que se utilizarán enterrados en el suelo en banquinas de rutas y caminos. En estos Centros se extenderá a quien lo solicite, un recibo oficial que contribuirá también a cumplimentar las normas de las Buenas Prácticas Agrícolas exigidas en la comercialización.

Es importante entonces darse cuenta de que, contribuir a dar a estos residuos rurales peligrosos un destino final preciso y controlado, es lo que se debe hacer, es el manejo correcto, evitando males mayores para el beneficio del medio ambiente que debemos cuidar, y de toda la población involucrada.
Programa AgroLimpio - Iscamen
http://www.iscamen.com.ar/semilla/agro/Programa%20AgroLimpio.pdf
ahora reflexionaremos, no sobre los envases, sino sobre lo que sucede con los envases nos enseña acerca del sistema todo

LA CUESTIÓN DE LOS ENVASES

I. Plaguicidas y envases.

Los plaguicidas vienen en envases. Suelen ser mayoritariamente bidones de plástico de 20 o 50 litros pero pueden ser también tambores de metal, frascos de vidrio, o envases de papel y cartón, de volumen variable.

Esos envases se cuentan por millones y se acumulan año tras año. Para el año 1996 ( año de comienzo del boom sojero ), CASAFE registra el empleo de 13.210.000 envases con un peso de unas 7000 tns., incluyendo el embalaje (1), mientras que el INTA, por su parte, estima en 16.000.000, los envases empleados en la campaña de 1997 (2).

A este ritmo, sabemos que, entre 1996 y 2007, el consumo de plaguicidas aumentó, aproximadamente, en un 200 % , particularmente por el extendido empleo del herbicida glifosato, que acompaña la expansión de la soja transgénica, y, por supuesto, por la propia expansión de la cantidad de hectáreas cultivadas. Podemos calcular, por lo tanto, que la suma de los envases empleados entre 1996 y el 2008, ronda los 300 millones ( ¡! ) .

II Envases y residuos químicos.

En estos envases, una vez usados, quedan adheridos, en calidad de residuos, un 3% en promedio, del total del producto. ( La cantidad de residuo varía entre el 1,5% al 5% según la viscosidad del mismo ). ( 1 )

III “ Residuos Peligrosos”

La ley 24051 (ley de deshechos peligrosos de 1989 ) considera a estos residuos como residuos peligrosos, Las cámaras empresarias , también lo consideran de la misma forma y expresan cada vez que pueden, su “preocupación” y su “intención” de ayudar a morigerar todo efecto contaminante.( 1 )

IV. Del dicho al hecho.

En nuestro país, esta “voluntad” de tratar los “residuos tóxicos” de la actividad agrícola, se expresó – y se expresa – principalmente, a través de un “Programa de Recolección y tratamiento de envases”, impulsado por CASAFE, y denominado “AGROLIMPIO”. ` CASAFE,- vale decirlo - es la Cámara que reúne a las grandes empresas extranjeras.( Monsanto, Syngenta, Down Chemical. etc )

El Programa “Agrolimpio” comienza a funcionar alrededor de 1997, en Río Negro, - como experiencia piloto - dándose como objetivos a nivel nacional, llegar al año 2006, con un 5% de los envases recuperados y al 2008, con un 30%.( 1 ),
Muy loable..!! Lo que llamaríamos, la “Responsabilidad Social Empresaria”
Ahora, suponiendo que los plazos se cumplieran.. ¡ Suponiendo..!! ¿ quien se hará cargo de los diez, doce, o catorce años de contaminación sin control, entre el comienzo del PROGRAMA ( 1996 ) y la hipotética puesta a punto a nivel nacional .?

Traducido a cifras; ¿ quien se hará cargo de la herencia de 300 millones de envases, y de las, entre 90.000 y 180.000!! toneladas de “residuos tóxicos” contenidos en ellos.?( 1 )

A decir verdad, desde hace décadas, hay envases y residuos tóxicos abandonados “por ahí” sin que nadie se preocupe por su destino. Solo que ahora estamos hablando de una verdadera explosión.( 2 )

La respuesta es: Nadie se hará cargo, como nunca nadie se hizo cargo.

V. Lo que no fué

Según lo que sugiere el protocolo internacional aceptado para el tratamiento de envases de plaguicidas, lo que debería haberse hecho y no se hizo para liberarnos de la “ toxicidad “ de estos “ residuos peligrosos “ es lo siguiente

a ) Debería haberse sometido a todos esos envases a un tratamiento llamado de “triple lavado“ que consiste en llenar por tres veces el envase hasta un cuarto , agitarlo enérgicamente y luego volcarlo en el tanque de la máquina fumigadora ( para recuperar los residuos )
b ) debería habérselos luego depositado – transitoriamente - en centros de acopio creados a tal efecto y
c ) debería habérselos reciclado – siguiendo normas estrictísimas – o incinerado en hornos especiales de altísima temperatura.

VI . Por el contrario....

Según las propias y recientes descripciones de las cámaras empresarias, y según lo que cualquiera que viva en zonas agrícolas puede ver con sus propios ojos, aun hoy - los envases:

a ) Son enterrados o quemados en los propios campos o en basurales.
b ) Quedan amontonados - en galpones o a campo abierto - en montañas que crecen año a año.
c ) Son lavados en ríos, riachos, lagunas sin la mas mínima precaución, a menudo para ser usados como recipientes de uso familiar o bien para los animales. Los niños juegan con ellos.

e ) Hay también una especie de reciclado informal. Se recogen en los campos bidones sin tratar, (es aceptado que los peones hagan una “changa“ con su venta) a veces para re-llenarlos con “producto falsificado”. En estos casos la preservación del membrete es pagada en forma diferencial. Y otras veces para reintegrarlos al ciclo del plástico para fabricar con ellos, según confiesa el ingeniero Cedrán (Agrolimpio – Córdoba) (1)

Sillas......!, Juguetes...!!, Cubiertos de plástico...!!!

Y según el ingeniero Dalton (Agrolimpio – Bs As ), Palitos de Chupetines..!!!!, Separadores de embutidos o quesos en fetas.....!!!!!! (2)

Y según sugiere el ingeniero Leonardi...

Bolsas para residuos. Artículos de jardinería, Mamaderas, chupetes....! etc... (¿ cuantos “etc.” ? )

es decir, que, en este tiempo, los envases, no solo han quedado “ por ahí “ como fruto de la desidia, sino que ha pasado a formar parte, también, de una verdadera industria criminal.
Decenas de miles de toneladas de veneno , ingresadas, de las mas diversas formas a nuestras vidas y especialmente a la vida de los trabajadores rurales,.

VII Algunos “ pequeños agravantes “

Siendo el objetivo declarado, eliminar la contaminación residual, cuando se piensa en envases, inclusive cuando se legisla al respecto, increíblemente se olvida (¿?) que hay otros “ envases “ tanto o mas peligrosos, que son los depósitos mismos de las motomochilas ( de fumigación personal ), los mosquitos ( máquinas terrestres fumigadoras ) y los aviones.

En efecto, son mas peligrosos porque con ellos, obviamente no es posible el “triple lavado“ ni el reciclaje, y, para peor, contienen restos de sustancias heterogéneas, de diferente grado de disolución y toxicidad, y eventualmente aceites ( que, por lógica, dificultan el lavado ).

Y hay mas “envases”

La ropa de los aplicadores es un envase ( objeto portador de residuos tóxicos )
Tanto en el caso de los depósitos, como en el de la ropa no nos preguntamos ya, que es lo que se hace en la realidad, que como en el caso de los envases es desastroso, sino ¿ en donde se contempla al menos formalmente, en materiales públicos, en educación, en legislación, lo que, por ejemplo, debería hacerse con el agua con que se lavan la ropa o los depósitos.?

Y dado que no hay respuesta ¿ cuantos miles de toneladas mas de residuos peligrosos deberemos agregar a los cálculos de “ pérdidas “ que han ido a parar al ambiente .?

En suma. todas los discursos pseudoambientales de las Empresas y el Estado están llenos de absurdas inconsistencias. Pero son nada comparados con la gran inconsistencia.

VIII. Porque aunque querríamos mantenernos en el marco del tema “tratamiento de envases“, ya no podemos dejar de preguntarnos...

¿ Cómo es esto.?... ¿ como es que las Empresas , el Estado, los organismos internacionales, - que reconocen el carácter tóxico de lo que está guardado en un envase ( 1,5, 3, o 5% del producto ) al punto de proponerse toda una rigurosa operatoria de rescate y tratamiento ( triple lavado...etc ) - no le reconocen idéntico status al 98,5, 97 o 95% que se fumiga sobre los campos y pueblos aledaños .. aduciendo que sólo el “mal uso” lo torna peligroso.?

Y mas aun, cuando - nos enteramos de que - lo que se pierde durante la aspersión ( lo que no da en el blanco, es decir, en la hoja ), sea por evaporación, sea por deriva, o por las dificultades mismas de la aplicación, oscila entre el 40% al 60% de lo asperjado !!!, con lo que estaríamos hablando de, año a año, centenares de miles de toneladas de tóxicos, oficial y reconocidamente” perdidas” en el ambiente.( 1 )

¿ Como es posible, en fin, que lleguen a proponernos el absurdo de un Programa “AGROLIMPIO” (que se dilata o no se cumple), para protegernos del 1,5% y un Programa “ NINGUNO” para protegernos de todo lo demás.?

La respuesta, obviamente, es que NO HAY PROGRAMA POSIBLE PARA TODO LO DEMÁS . Que nadie puede eliminar, - en grandes números- las perdidas en la aspersión , y que por lo tanto “ la responsabilidad empresaria”, solo puede vestirse con el traje de lo accesorio, de lo secundario ( LOS ENVASES ).

IX. Algunas conclusiones obvias

Estos simples datos de la realidad, nos llevan a considerar..

a) Que todo el proceso agrícola es una continua e inevitable fuente de daño ambiental.
Que, desde hace décadas, pero especialmente desde hace algo mas de una década, toda la cadena de la vida, está siendo sometida a una incontrolable marea de toxicidad química que, de una u otra forma permanece,( en forma de sustancias persistentes o en forma de daño acumulado )( )enfermando, enfermándonos

c ) Que, por lo tanto, la supuesta preocupación por los envases, solo representa una increíble maniobra de “ distracción “, una infantil pantalla, para ocultar que los envases, como lo dice el sentido común, constituyen apenas la punta del iceberg del gran drama de la contaminación generalizada.

Es hasta irrisorio que, ni semejante reconocimiento oficial de “pérdidas”, alcance a desplazar del centro de la “preocupación” empresaria, a nuestro modesto 1, 5 o 3% ( cuando se mencionan las pérdidas en la aspersión, se lo hace solamente desde el punto de vista de las costos económicos, no de los costos humanos y ambientales ).

d ) y que por lo tanto, NO son necesarios el “ principio precautorio” o “ la inversión de la carga de la prueba” para exigir que la experiencia cese.

Porque aquí – a partir de las cifras oficialmente reconocidas - no cabe ninguna duda acerca del daño generalizado. ( no se trata de probarlo caso por caso ).
Y por lo tanto, la experiencia ( el modelo agropecuario actual ) debe cesar.

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