Las armas de la derecha se reciclan para la derecha

Causó conmoción la denuncia del gobierno de Bolivia, a través de su canciller, Rogelio Mayta, del aporte de armamento realizado en noviembre de 2019 por el gobierno de Mauricio Macri, en apoyo de los golpistas que derrocaron al presidente Evo Morales y reprimieron brutalmente al pueblo boliviano. No es una novedad que el entonces presidente argentino no movió un dedo en defensa del gobierno constitucional y democrático depuesto, ni repudió la persecución, los asesinatos, las torturas y detenciones que desplegó la dictadura encabezada por Jeanine Añez, a la que rápidamente reconoció como gobernante legítima. Pero la documentación oficial exhibida por el canciller boliviano agrega datos concretos insoslayables. La carta de agradecimiento de uno de los jefes militares bolivianos al entonces embajador argentino en La Paz, Normando Álvarez García, enumera parte del armamento recibido desde Argentina, que incluyeron decenas de miles de cartuchos para escopetas 12/70, gases lacrimógenos en spray y granadas de gas, entre otros.

La fecha de la nota -13/11/2019- permite concluir que todo o parte de ese armamento fue utilizado por el aparato represivo boliviano en las represiones desplegadas en esos días, como las masacres de Senkata y Sacaba, que dejaron 27 muertos.

La descripción del material aportado coincide, también, con parte del arsenal adquirido por el ministerio de Seguridad de la Nación dirigido por Patricia Bullrich en 2018, con la excusa de “garantizar la seguridad” de las reuniones del G20 en la ciudad de Buenos Aires. Denunciábamos entonces que, en los meses transcurridos desde las masivas movilizaciones contra la infame reforma previsional de diciembre de 2017 y la realización de la reunión internacional de mandatarios, el gobierno de Cambiemos –hoy Juntos por el Cambio- había gastado más de 100 millones de pesos en armas, equipos antidisturbios y proyectiles, además de accesorios tácticos y vehículos. Sólo en el sitio de contrataciones del estado argentino se podía acceder al contenido de cinco licitaciones públicas para comprar escopetas, proyectiles de plomo y de goma, gases lacrimógenos, vallas de contención, bastones comunes y tonfas, cascos, escudos, motocicletas, camiones y bloqueadores telefónicos.

En 2019, mientras en Argentina pugnábamos por el fin de la gestión macrista y enfrentábamos el mayor pico represivo de nuestra historia reciente, también apoyamos y acompañamos la rebelión del pueblo chileno y la resistencia popular contra el golpe en Bolivia. Ahora sabemos, oficialmente, que mientras nos movilizábamos junto a la colectividad boliviana en Argentina para denunciar la represión, el gobierno de nuestro país proveía parte de su arsenal antipueblo a los golpistas.

El impacto de esta comprobación es tal, que la propia Patricia Bullrich se apresuró a lavarse las manos. Aseguró que “nunca pasó por sus manos” el pedido de material bélico para los golpistas, cosa que, tratándose de la ministra de Seguridad de la Nación, seguramente no le puede creer ni el nieto que le usa el celular…

El episodio, que supera incluso el célebre tráfico de armas menemista a Ecuador y Croacia, ya que al menos en esos casos intentaron ocultarlo, deja a la vista la brutal verdad que nunca debemos olvidar. Más allá de sus matices, divisiones y hasta enfrentamientos fraccionales, la derecha es la derecha acá y en el mundo, y, cuando se trata de enfrentar a su común enemigo histórico, no dudan en ofrecerse sostén recíproco. Como ayer el Plan Cóndor, hoy son estas “cooperaciones”.

Su contracara es la solidaridad internacional de los pueblos, como se expresó, en 2019, con los viajes a Chile y Bolivia que permitieron elaborar y difundir informes sustentados en datos concretos de los crímenes represivos en ambos países y como lo estamos haciendo ahora desde la Misión Internacional Colombia, que ya presentó su informe preliminar y está terminando el definitivo.

Frente a esa derecha siempre antipopular, ajustadora y asesina, levantamos siempre la bandera de la unidad de los pueblos, y en especial, la de la unidad nuestroamericana.


Fuente: http://www.correpi.org/2021/las-armas-de-la-derecha-se-reciclan-para-la-derecha/

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