Pasará del 6,3% en diciembre de 2015 al 26% en junio de este año.
Tras los tarifazos anunciados por el Gobierno para 2019, los servicios públicos aumentarán hasta 3.624% durante la gestión de Mauricio Macri y, de acuerdo a un informe de la Undav, su peso en el salario mínimo se habrá más que cuadruplicado a mitad de año: desde el 6,3% en diciembre de 2015 al 26% en junio próximo. Un golpe a la recuperación de los ingresos, del consumo y de la actividad.
Con las de este año, que irán del 31% al 55% según el servicio, las subas de las tarifas habrán acumulado en junio 3.624% en el caso de la electricidad, 2.401% en el gas, 1.118% en los peajes, 1.025% en el agua corriente, 601% en el tren y 494% en el colectivo. De acuerdo al reporte del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda, los aumentos, apuntalados por una política de desregulación y dolarización tarifaria, generó una “notable transferencia de recursos” desde los sectores de menores recursos hacia los más concentrados.
Así, la participación de los servicios públicos esenciales en el salario mínimo, vital y móvil (cuyo aumento ya está fijado hasta mitad de año) subirá casi 20 puntos en tres años y medio, y llegará a representar más de una cuarta parte. En el caso del salario medio de los trabajadores registrados, calculado en base a los datos del SIPA de octubre de 2108, la incidencia de las tarifas creció más de tres veces desde el inicio de la gestión de Cambiemos: pasó del 2,1% al 7,2%.
Todo eso cuando aún faltan conocerse otras subas. Hoy, por ejemplo, habrá una audiencia pública para definir la tarifa de agua y cloacas de la compañía estatal bonaerense ABSA, que brinda servicio a casi dos millones de personas.
Mientras los hogares pobres -cuya canasta de consumo está integrada casi exclusivamente por alimentos y servicios básicos- sufren los tarifazos, las distribuidoras de gas y electricidad se vieron beneficiadas con una fuerte ampliación de su rentabilidad. El estudio de la Undav en base a información de la CNV e Investing señala que las utilidades de Edelap crecieron 674% interanual en junio de 2018 y las de Edesur, 174%; mientras que las de Edenor se ampliaron 437% y las de Gas Fenosa, 370%, entre mediados de 2017 y el tercer trimestre de 2018.
Otro golpe al consumo
Con una economía que aún naufraga en la recesión y ante un año electoral en que el Ejecutivo ansía buenas noticias para aspirar a la reelección, el tarifazo es una nueva mala señal para la actividad. Una garantía de que, ya sin la inversión y el Estado -en pleno ajuste- como motores, el consumo tampoco aportará su impulso.
Martín Kalos, director de Epyca, lo explicó así: “En el primer trimestre, los tarifazos se van a comer el respiro que habrían dado las revisiones paritarias negociadas a fin de año pasado. Lo que venga después dependerá de las paritarias 2019, pero se va a arrancar ya con un peso mucho más grande de las tarifas en los gastos de cada hogar. Así, el consumo no se va a recuperar por lo menos hasta mitad de año. Después, si se recupera algo, no va a ser de forma contundente”.
Para que eso ocurra, las recomposiciones salariales deberían superar una inflación cuyas proyecciones se escaparon por encima del 30% después de los aumentos anunciados.