Los intentos del gobierno por aplicar la flexibilización que le reclama el Fondo Monetario Internacional. Antonio Caló se bajó a último momento de una reunión convocada por Sica. El ministro ya había sufrido el martes un revés similar por parte de gremios e industriales textiles y de la indumentaria.
El proyecto del Gobierno de implementar su reforma laboral por sectores sufrió ayer un segundo traspié consecutivo, en el rubro menos esperado para el ministro Dante Sica: la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) le dio la espalda a último momento a una reunión montada por la cartera de Producción y Trabajo para la actividad de la metalmecánica y avisó que no aceptará flexibilización alguna en su Convenio Colectivo. El martes había corrido igual suerte en el sector textil un intento por facilitar negociaciones a la baja, en ese caso a través de un inusual pronunciamiento conjunto de rechazo por parte de sindicatos y empresarios de la actividad.
El faltazo lo protagonizó Antonio Caló, jefe de la UOM, quien había comprometido su participación en un encuentro tripartito convocado por los secretarios de Trabajo, Lucas Fernández Aparicio, y de Industria, Fernando Grasso, con las cámaras empresarias Adimra (industriales metalúrgicos), Camima (pyme), Cadiem (equipo médico), Carmahe (máquina herramienta) y Fedehogar (electrodomésticos) y el gremio de supervisores Asimra. A último momento el propio Caló le comunicó a Sica, de histórico y sostenido vínculo con la UOM en su condición de consultor privado, que no iría por entender que el llamado sólo estaba orientado a derogar beneficios convencionales.
Cerca del ministro difundieron la versión de que la ausencia del exjefe de la CGT había obedecido a “temas de agenda” y que Aparicio le había hecho saber de lo conversado en el encuentro. En la UOM, en cambio, se ocuparon de aclarar que Caló había resuelto bajarse tras verificar que el Gobierno intentaría en la metalmecánica lo mismo que había resultado infructuoso dos días antes en el sector textil. Al dirigente también lo incomodaron versiones periodísticas que daban por sentado que estaba presto a avalar una eventual flexibilización laboral.
En el caso de los textiles, como informó este diario, la administración de Mauricio Macri había promovido sin éxito que se avanzara en habilitar la creación de “bancos de horas” para estirar la jornada laboral, el pago en cuotas del aguinaldo, la flexibilización de las vacaciones y el reemplazo de las indemnizaciones por un “fondo de cese laboral”. Todos puntos que figuran también –junto a muchos más- en el proyecto integral de reforma laboral que el Ejecutivo envió el año pasado al Congreso y que todavía no logró empujar por la resistencia del peronismo.
Tanto los gremios textiles como la UOM aclararon que no participarán en intentos del Gobierno por introducir modificaciones a sus respectivos convenios colectivos de trabajo y que esa posibilidad quedará sólo atada a un eventual acuerdo de partes con las correspondientes cámaras empresarias en un ámbito de negociación bilateral. En los sindicatos y en varias empresas admiten que el interés del Ejecutivo es exhibir avances en reformas laborales ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ubicó esa problemática al tope de sus sugerencias en la última comunicación que dio a conocer en diciembre pasado.
Para la UOM la llegada de Sica al Gabinete, primero como ministro de la Producción y luego, con la ampliación a Trabajo, fue la primera noticia favorable de la gestión de Macri tras más de dos años de pérdidas de puestos laborales, cierres de fábricas y suspensiones en niveles récord. Además de reconocerle la condición de experto en procesos productivos y en la dinámica de las economías a nivel regional, el “superministro” le abrió las puertas de su despacho al gremio antes que a ningún otro para soldar el historial en común que había.
El funcionario había depositado en los metalúrgicos sus mayores expectativas para avanzar en esa mesa sectorial y mostrar un primer gran acuerdo de su gestión. A los empresarios, en tanto, les había dado a entender que la negociación era una oportunidad para rediscutir la posibilidad de aplicar una vez más el régimen de incentivo para los fabricantes de bienes de capital que consiste en un bono fiscal equivalente al 14% de las ventas, y que había perdido vigencia.
En el encuentro con Aparicio y Grasso, en tanto, los empresarios y Asimra revisaron las propuestas de una de las entidades, Adimra, en ítems como costos de las ART, ausentismo, capacitación y jornada de trabajo. Las otras cámaras también presentaron sus sugerencias. El miércoles próximo volverán a encontrarse pero en la Superintendencia de ART.
Fuente: https://www.ambito.com/uom-tambien-le-da-la-espalda-la-reforma-laboral-sectorial-n5013693