En el microestadio de Ferro, la Multisectorial 21F y el Frente Sindical para el Modelo Nacional combinaron definiciones sindicales y políticas en un acto extenso -duró tres horas- con fuertes críticas hacia el gobierno macrista y la conducción de la CGT, que se reunió con el FMI. Por otra parte, estatales y marítimos lanzaron una jornada de lucha.
El jueves sonó la campana de largada del año sindical.
No es que el verano viniera tranquilo: con una nueva oleada de despidos masivos, más tarifazos que hunden en la pobreza a millones de personas, una inflación que no da tregua y la crisis que se espiraliza, enero y febrero distaron de ser plácidos.
Pero este 21 de febrero tuvieron lugar simultáneamente tres hechos que marcarán la dinámica del movimiento obrero en los próximos meses.
Multisectorial en Ferro
En una nueva jornada de calor agobiante, el Frente Nacional Multisectorial 21F convocó a un encuentro federal, a un año del multitudinario acto en la Avenida 9 de Julio que le dio inicio.
Compuesta por Camioneros, la Corriente Federal de Trabajadores que conduce el bancario Sergio Palazzo, la CTA de los Trabajadores de Hugo Yasky y un sector minoritario de la CTA Autónoma referenciado en Pablo Micheli, junto a un amplio arco de organizaciones sociales y políticas, y la presencia clave de Gustavo Vera, armador social referenciado en el actual papa Jorge Bergoglio, la Multisectorial 21F es un espacio que generó expectativas en buena parte de la clase trabajadora, que prometía una mayor dinámica de lucha para el 2018 y que no cumplió esas expectativas.
Más allá del consenso mayoritario dentro del espacio de apostar a una construcción electoral con centralidad peronista para las elecciones del presente año, hay una tensión interna entre sectores -incluso al interior de las organizaciones participantes, como Camioneros- entre quienes quieren sacar la lucha a la calle y los que apuestan todo a lo electoral y ven con cautela, desconfianza o temor una escalada del conflicto social.
La mayor parte del 2018 primó la postura de los primeros, pero el acto de Ferro parece marcar un avance de los más combativos, luego de la solución de consenso que fueron las marchas de antorchas contra los tarifazos y que en no pocos lugares, como en Mendoza, terminaron siendo movilizaciones realmente multitudinarias.
Esas marchas, que tuvieron su puntapié con una movilización en Buenos Aires el 10 de enero, convergerán en marzo con una nueva actividad nuevamente en la Ciudad.
Además, Camioneros y la Corriente Federal estuvieron el año pasado comprometidos con generar un recambio en la conducción de la CGT, algo que no pudieron lograr. En ese camino construyeron con otros gremios de la CGT como SMATA, Canillitas y Aceiteros el espacio que se terminó llamando Frente Sindical para el Modelo Nacional, el segundo convocante del acto de Ferro. Las idas y vueltas entre quienes quieren avanzar hacia medidas de fuerza concretas y quienes quieren privilegiar sólo lo electoral son aún más intensas ahí.
El acto consistió en una primera parte con intervenciones de integrantes de la Multisectorial 21F de todo el país y una segunda parte con protagonismo del Frente Sindical, que cerró Hugo Moyano, que castigó a Mauricio Macri: “Es tan ridículo lo que hace. Recordemos la ridiculez que hizo en el G20. Ahora, fue a vender limones y dice que con eso va a reactivar la actividad de la Argentina. No sé si lo hace por ignorante, por mentiroso o por inútil”.
Más allá de la virulencia de las declaraciones, faltó el anuncio concreto de cuál será la próxima medida que tomará el espacio. Algunos hablan de huelga, quizás combinada con la nueva marcha de convergencia nacional contra los tarifazos.
Jornada nacional el 26
Los que sí anunciaron una medida con fecha fueron dos referentes que por distintas razones no participan del armado que estuvo en Ferro: el estatal Hugo Godoy y el marítimo Juan Carlos Schmid.
Ambos lanzaron una Jornada Nacional de Lucha el 26 en coincidencia con el Paro Nacional de ATE. En Buenos Aires movilizarán junto con los gremios de la CGT que continúan acompañando a Schmid luego de su alejamiento de Hugo Moyano (el llamado “moyanismo sin Moyano”, una paráfrasis del “peronismo sin Perón” que intentó Augusto Timoteo Vandor en los ’60).
El marítimo mantiene un diálogo -seco- con el Frente Sindical y se reunió con el Moyano mayor a fines de año pasado, en un encuentro que dejó algún acuerdo concreto pero no recompuso la relación. Desde que dejó su lugar en el triunvirato de la CGT, Schmid busca su camino junto a los gremios que lo siguen acompañando. En ese recorrido inició meses atrás medidas de lucha concretas junto a Godoy, que también tiene su interna abierta en ATE, que irá a elecciones este año.
La CGT con la misión del FMI
Cuestionada por todos, la conducción del ex triunvirato de la CGT se reunió con el Fondo Monetario Internacional.
Esa reunión dejó un dato relevante: el italiano Roberto Cardarelli negó que el FMI impulse la reforma laboral en el país y aseguró que la decisión política de avanzar con el mismo corresponde por completo al gobierno de Mauricio Macri. Vale recordar que los funcionarios de Cambiemos vienen diciendo lo contrario: señalan al organismo para deslindar responsabilidades.
Luego de finalizada la reunión, uno de los dos secretarios generales actuales de la central obrera, Héctor Daer rechazó las críticas y aseguró que al Fondo “le dijimos que esto no va más”.
En diálogo con radio La Red, Daer admitió que le exigen una medida de fuerza, planteó que dentro de la CGT se habría empezado a hablar de un futuro quinto paro general, pero inmediatamente le bajó el precio: “Un paro no es un fin en sí mismo”, afirmó, minimizando la efectividad de la medida.