Genocidio y ecocidio en Gaza: Un ataque a toda la naturaleza

El genocidio perpetrado por el régimen sionista contra el pueblo palestino en Gaza es un ataque a toda la humanidad en múltiples sentidos. Es un ataque a nuestro sentido más profundo de humanidad. Gaza duele. Diariamente vemos cómo se ejecuta un plan sistemático de exterminio frente a una población indefensa, una masacre que al día de hoy lleva contabilizadas 58.000 muertes palestinas, de las cuales al menos 17.400 son infancias (1). Movilizaciones masivas en todo el mundo logran quebrar la cortina de hierro mediática, pero no logran torcer la voracidad de un plan de exterminio que ya lleva más de 80 años desde aquel fatídico año de 1948, dónde el imperialismo decidió destrozar una nación para construir una gran base militar de nombre Israel en una zona de recursos estratégicos.

Bombardeo del Estado de Israel sobre la población civil en el norte de la Franja de Gaza el 10 de julio de 2025. Foto Ap

También se trata de un ecocidio.  Esta nota busca analizar el daño a la naturaleza desde una perspectiva integradora. Primero, cómo el uso de ingentes cantidades de materiales (metales, explosivos, combustibles, etc) se transforman en gases de efecto invernadero al alimentar a la maquinaria de guerra, en vez de aplicarse a planes de mitigación y adaptación al cambio climático. Segundo, observar qué ocurre con los agroecosistemas, que durante cientos de años vivieron en coevolucion con el pueblo Palestino, pueblo que hace décadas levanto la bandera de la agroecología.

Tan sólo faltan algo más de 200 gigatoneladas de dióxido de carbono (2) para alcanzar el límite propuesto por el acuerdo de París allá en 2015. En el estado actual estamos emitiendo 40 GT por año, del cual el 5.5 % es emitido por el sector militar (3). Mientras tanto la biosfera, responsable ni más ni menos que de sostener la vida en el planeta logrando, entre otras cosas, al fijar el carbono de más en la atmósfera, es permanentemente vejada por un sistema agroalimentario de guerra con la naturaleza, por los negocios inmobiliarios, etc. (4). Cada gramo de carbono que no esté orientado hacia la construcción de una sociedad sustentable, ecuánime, respetuosa para con la vida, es un gramo que nos acerca al colapso del sistema climático terrestre, lo que representa la mayor amenaza que hayamos enfrentado en nuestro tiempo evolutivo como especie. El capitalismo global nos demuestra su intención de continuar con el acaparamiento desmedido. Se ve con claridad en los aumentos en los gastos militares. En la profundización del agronegocio. En cómo las COPs se suceden como estropajos para lavar la cara del capitalismo de sus manchas de sangre y petróleo, mientras meten chanchullos como los bonos de carbono. Y cada vez queda más claro que, conforme el colapso avance y los materiales y petróleo escaseen, las tensiones se profundizarán. No pararán hasta una Tierra arrasada por la desmesura de la lógica bélica imperialista.

La sangre salpica la atmósfera. Cuánto CO2 significa la muerte.

El cálculo de la huella de carbono, de por sí complejo, se vuelve aún más difuso ya que las fuerzas armadas sionistas (IDF) no reportan sus emisiones. Aun así se puede utilizar como guía una extensa publicación (5), fechada el 30/05/25, donde se analiza el impacto de este último conflicto hasta febrero del 2025. Ciertamente tiene limitaciones, como por ejemplo el hecho de que la matanza continúa, pero al menos este corte de la realidad nos sirve para aproximar los costos totales. Los datos entregados son alarmantes.

Para entender cómo lo calcularon, se toman aproximaciones en la cantidad de hierro, cemento, explosivos, combustibles, etc, y  se los traduce a toneladas CO2 equivalente por medio de relaciones establecidas en distintas fuentes (IPCC, etc) para cada uno. Por ejemplo cada kg de Acero fabricado va a significar una emisión de 1.55 kg CO2e, mientras que el TNT, explosivo muy usado, emitirá 5.06 kg CO2e/kg.

La siguiente tabla resume los datos que nos parecieron más relevantes, merece la pena un análisis detenido antes de continuar:

(El CO2e, dióxido de carbono equivalente, es el resultado de la suma de los tres gases más importantes de efecto invernadero, CO2, CH4 (metano), N2O (óxido nitroso), entendiendo que estos últimos absorben 20 y 200 veces más que CO2, respectivamente.)

La tarea es tan extensa que hay elementos que faltan, como pueden ser la huella de carbono de todas las bases militares instaladas en el territorio de Palestina. También se podría pensar en la huella de las máquinas de muerte. Estudios anteriores muestran que la huella podría multiplicarse por 5 si tomamos toda la cadena de suministros de guerra (6). Tomemos como ejemplo el F-35, una de las estrellas de la aviación de muerte del imperio. Destacado por su versatilidad, su capacidad de ataque y, sobre todo, su tecnología antirradar (aún así ya les bajaron varios, Irán clama por 2 en el último conflicto). Su coste unitario ronda los 100 millones de dólares y se estima que el programa de desarrollo costó 1.01 miles de millones de dólares a cargo de un miembro destacado del complejo militar industrial yanqui, Lockheed Martin (7). La relación carnal con EEUU queda aún más explicitada en el dato de los vuelos de carga. Representan 50.000 toneladas de materiales bélicos entregados por el ejército estadounidense entre el 07/10/23 al 01/02/25 a través de las bases militares en Europa.

En Palestina existe un muro. Los 65 km de muro que se describen en el artículo en realidad es la fracción que corresponde a la franja de Gaza. Si incluimos las secciones correspondientes a Cisjordania el muro tiene 440 km de largo, con partes donde alcanza los 8 metros de alto. Junto con retenes, bloqueos de rutas, sistemas de residencia de control militar, estos muros funcionan como un verdadero crimen de apartheid, sino un campo de concentración, con el objetivo de encerrar a la población palestina en Cisjordania y la Franja de Gaza, incluidos casi 1,5 millones de personas refugiadas, en sólo el 12% de su territorio histórico, o Mandato Palestino (8). Queda en claro que la existencia de los túneles de Hamas existen como expresión de la legítima defensa de un pueblo invadido, por lo que el costo le va al sionismo.

La idea de que se trata de una guerra, y no de un desigual avance colonialista, se cae al observar la verdadera “proporcionalidad” (concepto jurídico construido a partir de las respuestas desmedidas del sionismo) (9): 9.500 cohetes Qassam de 50 a 80 kg frente a 100.000 piezas de artillería (80kg/ronda) más 45.000 bombas de entre 125 y 1.000 kg. El resultado, 60 millones de toneladas de escombros que provienen del 60 % de la infraestructura de Gaza, desde residencias hasta hospitales o escuelas bombardeadas sin miramiento alguno por el mesianismo sionista. En abril de 2024, el 80% de las escuelas de Gaza habían resultado dañadas o destruidas. Todas las universidades de Gaza ya habían sido demolidas. Para el 8 de julio de 2024, sólo 13 de los 36 hospitales de Gaza estaban funcionando parcialmente (35). Están limpiando la zona para avanzar en colonias sobre una limpieza étnica. En este momento cumbre del plan de exterminio pretenden expulsar a todes les gazatíes al sur de la franja para iniciar la repoblación con colonos israelíes (10).

Tan sólo estos elementos representan 31 millones de toneladas de CO2e. Y esto qué significa? el 8% de la emisión anual de Argentina (11) o  el 645 % de la emisiones de toda Palestina (medidos al 2019, 12).

Hagamos un ejercicio en términos de mitigación al cambio climático. Un generador eólico de 3 MW con un ciclo vida de 20-25 años tiene una huella de carbono total (extracción de materiales, fabricación, instalación y mantenimiento) de entre 882 TCO2e a 3152 TCO2e dependiendo de la ubicación, tecnología, etc (32,33). Puede alimentar de energía entre 4.000 – 7.000 casas dependiendo el consumo (34). Incluso tomando el dato de la huella de carbono mayor (3152 TCO2e) significa que lo destruido por el sionismo y su reconstrucción podrían significar alrededor de 10.000 generadores eléctricos, lo que alimentarían entre 40 y 70 millones de casas, significando además que tendrían una menor emisión al no depender de energías fósiles. Es claro que no podemos comparar linealmente la producción de molinos con la de cohetes, pero aún así este ejercicio nos da una idea de la dirección en que nos lleva el capitalismo.

Israel ocupa el número 51 en el ranking mundial de emisiones, con una población menor a 10 millones y teniendo en cuenta lo oscuro de sus cuentas, en particular en el sector militar (13). Palestina completa estaría en 136 del ranking mundial, y digo estaría ya que sus números son difíciles de encontrar en los listados oficiales (a nadie le importa).  El cálculo de emisiones para la franja de Gaza tiene una complejidad extra, el 50 % de toda su electricidad es provista por Israel. Y ya que hablamos de mitigación al cambio climático, el conflicto nos entrega otro dato revelador. El 25 % de la energía en Gaza era provisto por un arreglo de paneles fotovoltaicos en los techos de las casas, uno de los índices de energías renovables más altos en el mundo, ahora totalmente destruido.

Por último, quedan destacar los 67 mil camiones que entregan alimentos a un pueblo que subsiste por la misericordia del sistema, un pueblo cuya soberanía alimentaria es atacada por el proyecto exterminio. El 90 % de la población sobrevive gracias a estos envíos (14). “Esto no es ayuda, es una trampa mortal”, denuncian en Médicos Sin Fronteras ante la cantidad de herides palestines con disparos de balas sionistas en los procesos de distribución (15).

El hambre como pieza de artillería

“Mucho antes de reclamar el cuerpo, el hambre afloja los andamios del lenguaje”. El aullido del hambre, de Alaa Alqaisi.

En estos momentos el 100 % de la población en Gaza enfrenta niveles agudos de inseguridad alimentaria, 70.000 niñes necesitan tratamiento urgente contra la desnutrición aguda (16)). Al menos el 50 % de los niños en Gaza contrajeron hepatitis A, fiebre amarilla, tracoma, malaria, cólera y hasta se detectó el virus de la polio. Muchas estas enfermedades se transmiten por el agua. Los servicios médicos en Gaza han sido diezmados por el ejército del gobierno de Israel, socavando las condiciones necesarias para la vida. El sistema de salud ha colapsado, incapaz de tratar a los heridos y enfermos. Cada persona recibe 4.75 lts de agua/día cuando el mínimo de emergencia es 15 lt/d y el óptimo el 100 lt/d (OMS). En comparación, los israelíes consumen un promedio diario de 247 litros de agua por persona, incluso los que viven en asentamientos en Cisjordania (35).

Está hambruna, que lleva al paroxismo la desidia humana, no es sólo resultado del último ataque sino que responde al plan de exterminio en danza desde 1948.

Mekorot

El ejército sionista tiene, además de tanques, misiles, medios y lobistas en la ONU, un arma letal en la compañía nacional de agua de Israel, Mekorot.

En 1982, la infraestructura hidráulica palestina en Cisjordania le fue entregada. Los Acuerdos de Oslo de 1993 y de 1995, reforzaron el control sionista sobre este bien vital, controlando el 87% de los recursos de aguas subterráneas en Cisjordania, y el 75 % en Gaza, incluso prohibiendo el intercambio entre estos dos sectores de una Palestina fracturada.

El análisis del suministro de agua de Mekorot del 9 de octubre de 2023 al 26 de mayo de 2024 (231 días) muestra cómo, junto con los daños a la infraestructura, Israel privó de agua a los ciudadanos de Gaza, reduciendo al 22% el agua suministrada. Para junio/24 el 100% de las plantas de tratamiento así como los laboratorios de control estaban destruidos. Para julio/24 el 97% del agua accesible estaba contaminada (35). El milagro de Mekorot se basa en el robo a pueblos enteros.

Antecedentes de ocupación

Para garantizar la ocupacion Israel no solo viene avanzando militarmente sobre territorio palestino, ademas viene imponiendo drásticas restricciones sobre su capacidad de reproducir la vida, en el sector industrial y en particular en la agricultura en los territorios que todavía les permiten existir (17).

El control sobre la población a través de retenes (checkpoints) dificulta o simplemente impide tanto el movimientos de productos agropecuarios como el movimientos de campesinos que no logran acceder a sus tierras. Todo esto permite la expropiación de las tierras generando retrasos en la siembra o cosecha que hacen perder los productos. Estas tierras pasarán a uso de la ciudadanía israelí, incluso demoliendo infraestructuras de producción, o para uso militar. Se calcula que el 30 % de las tierras más fértiles son de uso exclusivo militar.

Para lograr una buena productividad en zonas áridas se requiere una buena administración del agua y de insumos productivos. Israel ejerce un control férreo sobre ambos. Por un lado impide el acceso a fertilizantes, sistemas de riego, invernaderos, etc. Así como se niega el acceso a un bien tan básico como el agua extraída de los acuíferos, también se impide la perforación de pozos de agua y se impide el acceso a los cursos de agua, e incluso hay denuncias de envenenamiento de pozos actuales (18).

Les trabajadorxs y los pequeñxs productorxs palestinxs deben sufrir el acoso y la explotación por parte de los patrones sionistas. Para acceder a la tierra deben pedir permiso a las Fuerzas de Ocupación de Israel (FOI). La Autoridad Nacional Palestina afirma que solo el 15 % de la tierra está siendo cultivada por manos palestinas.

La destrucción no solo es material sino que también es simbólica. La saña con los olivos lo demuestran. Desde 1967 se estiman en 1 millón los olivares destruidos (19). El sionismo sabe lo que significan para el pueblo palestino.

Sumud, la resistencia del Olivo.

Los olivos son un símbolo importante de la presencia palestina en la tierra y de su conexión con ella. Están en íntima relación con el Sumud, un símbolo que condensa el esfuerzo de la resistencia contra la ocupación. Sumud firmeza​ o perseverancia constante, es un valor cultural palestino, un tema ideológico y una estrategia política que surgió por primera vez entre el pueblo palestino al experimentar la opresión y organizar la resistencia ante la ocupación israelí tras la guerra de los Seis Días de 1967 (20). Sumud es la resistencia mediante el trabajo de la tierra como forma de lucha contra la ocupación. Un ejemplo de ello es la cosecha de la aceituna, que es sagrada. Son consideradas como unas “jornadas nacionales”, porque la consideran como la única forma que tienen de salvaguardar, ocupar, resistir y existir en sus tierras

El Sumud levantó la bandera de la agroecología. La agroecología es vista como un camino para preservar la identidad, autonomía y sostenibilidad del pueblo palestino en un contexto de restricciones severas sobre el acceso a la tierra, al agua y a los recursos agrícola (21). La agroecología impulsa el fortalecimiento de los ciclos naturales, la salud del suelo y de la biodiversidad asociada como herramientas para garantizar alimentos saludables en agroecosistemas sustentables. Así, desde hace más de 20 años se comienza un trabajo de la difusión de los métodos y sensibilidades propias de la agroecología, la formación de cooperativas de productorxs agroecologicxs, la construcción de mercados de cercanía, la reivindicación del papel de la mujer en el campo (22), la formación de bancos de semillas como estrategia para la autosustentabilidad. Y si hablamos de bancos de semillas, una imagen nos muestra las contradicciones del proceso. En la ciudad palestina de Beit Sahour, se ha abierto una biblioteca de semillas para recuperar especies ancestrales como el pepino blanco o la sandía jadul. Cerca, en la ciudad de Belén, se encuentra el campo de refugiados de Dheisheh. Más de 700.000 palestinos tuvieron que abandonar sus casas y sus tierras cuando fueron expulsados por las fuerzas sionistas en el momento de la creación del Estado israelí en 1948 (23).

ECOCIDIO, o los impactos a largo plazo. 

Los sistemáticos bombadeos, el avance de las máquinas de guerra, los incendios, y demás prácticas aberrantes también tienen su efecto sobre el ecosistema. Un estudio (24) muestra que se detectaron cambios en la textura y estructura del suelo agrícola debido a los bombardeos que ademas de incendiar campos enteros, provocaron una contaminación con metales pesados tóxicos, como cromo, níquel, cobalto y plomo. El resultado es la pérdida de biodiversidad de plantas y animales por sobre la superficie así como una merma en la actividad microbiana del suelo, afectando la fertilidad del suelo por un tiempo desconocido.

Otro de los grandes impactos de la ofensiva israelí es el surgimiento de al menos 63 vertederos no regulados. Estos vertederos acumulan unas 1,2 millones de toneladas de residuos sólidos, lo que representa “un inminente desastre para la salud pública”, advirtieron. Según los expertos, los residuos no tratados suponen “una fuente de transmisión de enfermedades, ya sea por contacto directo con niños o adultos o a través de insectos”. Las ONG expresaron su preocupación por la aparición de más de 72 estanques con aguas residuales sin tratar y recordaron que las instalaciones de tratamiento fueron inutilizadas por el Ejército israelí.

La pérdida de cultivos, árboles, bosque asociado, reduce fuentes de alimento y refugio para fauna local, impactando a 150-200 especies de aves y diversas especies de mamíferos y reptiles (25), incluyendo  20 especies de mamíferos y 20 especies de reptiles raras y en peligro de extinción (26).

Volviendo a la primera parte habría que considerar todo el CO2 emitido por toda la biomasa incinerada, así como los daños en el ecosistema con su efecto sobre las lluvias, ciclado de nutrientes, etc.

Actualidad

Antes de pasar a los datos crudos queremos recordar que la producción agropecuaria en Palestina no es sencilla (31). Tiene un clima semiárido con escasas precipitaciones concentradas en 5 meses. Cada año, durante abril, mayo y mediados de junio, Palestina se enfrenta a los vientos khamsin, cálidos, secos, arenosos y polvorientos que se originan en el desierto de Arabia.

En septiembre de 2024, a 11 meses del inicio de la masacre, la FAO realizó una investigación en base a estudios satelitales que arrojó datos desgarradores (28):

Aproximadamente 10 meses después del informe de la FAO sabemos que menos del 5 % de las tierras agrícolas siguen siendo aptas para la producción. (29,30)

Y ahora qué?

Para comenzar una reflexión sobre la relación entre genocidio y ecocidio. Decía que Gaza duele. No se trata de definir qué duele más, si la imagen de una infancia mutilada o la imagen de un olivo incendiado, sino de entender que la condición básica para que esa infancia, todas las infancias, tengan una vida saludable nace de la salud de ese árbol, como fuente de alimento y como parte de la biosfera. Hay una sola naturaleza, una sola trama de la vida y todes estamos integrades en ella.

Por otro lado, el conflicto en Gaza expone con claridad aquello que subyace en las entrañas del imperio, una voracidad sin miramientos sobre el daño a la naturaleza toda.

Debemos continuar con la denuncia de esta masacre, en particular en un país como Argentina donde los parásitos al frente gobierno se embarran en una obsecuencia extrema y avergonzante hacia el consorcio Israel-EEUU y todas las multinacionales que apoyan la masacre.

Pero también entender lo que ocurre en Gaza es una táctica, extrema, del modo de ser  capitalista. Un sistema que impulsa el extractivismo a nivel mundial y que, ante la dimensión de la policrisis que lo atraviesa, genera emergentes ultraderechistas, sino fascistas, para garantizar el business as usual. Es esencial construir una fuerza global capaz de derrocar este sistema y plantear una sociedad sobre la base de una nueva relación con la naturaleza.


Notas:

(1)https://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADctimas_de_la_guerra_Israel-Gaza_(2023-presente)

(2)https://www.carbonbrief.org/guest-post-what-the-tiny-remaining-1-5c-carbon-budget-means-for-climate-policy/#:~:text=Using%20the%20IPCC%20WG1%20approach,budget%20quoted%20by%20the%20GCP.

(3)https://ceobs.org/wp-content/uploads/2022/11/SGR-CEOBS_Estimating_Global_MIlitary_GHG_Emissions.pdf

(4)https://www.wwf.es/nuestro_trabajo/informe_planeta_vivo_ipv/informe_planeta_vivo_2024_perdidad_biodiversidad/#:~:text=LA%20NATURALEZA%20EST%C3%81%20DESAPARECIENDO:%20HEMOS,73%25%20entre%201970%20y%202020.

(5) https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=5274707

(6)https://www.theguardian.com/world/2024/jan/09/emissions-gaza-israel-hamas-war-climate-change

(7) https://es.wikipedia.org/wiki/Lockheed_Martin_F-35_Lightning_II

(8) https://stopthewall.org/the-wall/?lang=es

(9)https://www.nytimes.com/es/2023/12/15/espanol/israel-hamas-guerra-leyes.html

(10)https://www.bbc.com/mundo/articles/cx2l53pxzk2o

(11) https://inventariogei.ambiente.gob.ar/resultados

(12)https://www.pcbs.gov.ps/Portals/_Rainbow/Documents/Emissions_2021_04.htm

(13)https://www.worldometers.info/co2-emissions/co2-emissions-by-country/#google_vignett

(14)https://es.euronews.com/2024/11/28/nueva-crisis-alimentaria-en-gaza-debido-a-la-falta-de-harina-mientras-mas-palestinos-huyen

(15)https://www.infobae.com/america/agencias/2025/06/27/msf-denuncia-que-el-plan-de-entrega-de-ayuda-en-gaza-es-una-masacre-disfrazada-de-ayuda-humanitaria/

(16) https://es.wfp.org/emergencias/emergencia-estado-de-palestina

(17)https://www.soberaniaalimentaria.info/numeros-publicados/55-numero-24/340-la-agricultura-como-arma-de-guerra-y-ocupacion

(18)https://viacampesina.org/es/agricultura-donde-el-mundo-mira-hacia-otro-lado-nota-sobre-palestina/

(19)https://revistapaginas.unr.edu.ar/index.php/RevPaginas/article/view/470/html#:~:text=Seg%C3%BAn%20datos%20de%20la%20Conferencia,(UN%20News%2C%202016).

(20)https://es.wikipedia.org/wiki/Sumud#:~:text=Sumud%20(en%20%C3%A1rabe:%20%D8%B5%D9%85%D9%88%D8%AF%E2%80%8E,Historia%20del%20Sumud%2C%20en%20Bel%C3%A9n.

(21)https://www.foei.org/es/las-comunidades-palestinas-construyen-su-soberania-alimentaria-bajo-la-ocupacion/

(22)https://viacampesina.org/es/palestina-el-trabajo-en-la-tierra-es-una-forma-de-resistencia-y-lucha-contra-la-ocupacion/

(23) https://viacampesina.org/es/la-soberania-alimentaria-como-resistencia-en-palestina/

(23)https://comunizar.com.ar/la-lucha-la-soberania-alimentaria-palestina/

(24)https://www.swissinfo.ch/spa/un-informe-denuncia-un-%22ecocidio-en-palestina%22-por-el-impacto-de-los-ataques-de-israel/87716624

(25)https://mundoagropecuario.com/gaza-investigadores-analizan-imagenes-satelitales-de-un-ano-para-mapear-la-escala-de-la-destruccion-agricola/

(26)https://trt.global/espa%C3%B1ol/article/1493163900

(27)https://es.euronews.com/2025/05/16/el-sector-agricola-de-gaza-sufre-una-destruccion-sin-precedentes-con-el-60-de-la-tierra-no

(28)https://www.fao.org/newsroom/detail/gaza-geospatial-data-shows-intensifying-damage-to-cropland/es

(29)https://es.stopecocide.earth/bn-2025/palestine-denounces-gaza-devastation-as-ecocide

(30)https://www.rfi.fr/es/oriente-medio/20250527-el-sistema-agr%C3%ADcola-ya-no-existe-en-gaza-s%C3%B3lo-el-4-6-de-la-tierra-es-cultivable

(31)https://gopalestine.org/palestine-2/life-in-palestine-2/weather-in-palestine/#:~:text=En%20los%20%C3%BAltimos%20a%C3%B1os%20solo,est%C3%A1n%20muy%20extendidos%20en%20Palestina.

(32)https://www.vestas.com/content/dam/vestas-com/global/en/sustainability/reports-and-ratings/lcas/LCA_V903MW_version_1_1.pdf.coredownload.inline.pdf

(33)https://www.energia.gob.ar/contenidos/archivos/publicaciones/Insercion%20Eolica.pdf

(34)https://ecoflowstore.com.ar/cuantos-kwh-consume-una-casa-al-mes-en-argentina/

(35)https://www.oxfamintermon.org/es/nota-de-prensa/israel-utiliza-agua-como-arma-guerra-gaza

 

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