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“Necesitamos tomar conciencia del problema y comprender cuál es la fuerza para salir”
Por Pablo Badano / Indymedia ((i)) - Thursday, Feb. 08, 2007 at 8:51 AM
pabloindio@gmail.com

El ingreso de corporaciones a los territorios indígenas con el aval del Estado fue uno de los ejes del debate del II Encuentro de Pueblos Originarios realizado a fines de enero en la ciudad de Hipólito Yrigoyen, en el departamento salteño de Orán. Para las organizaciones convocantes, la Comunidad Guaraní El Tabacal y el Consejo Asesor Indígena (CAI) de la provincia de Río Negro, esta problemática demanda alcanzar un mayor grado de articulación. Sobre esta prioridad conversamos con Cacho Valenzuela (47), dirigente de la organización mapuche.

Más información y fotos:
a) UN ENCUENTRO DE VIEJAS RESISTENCIAS PARA AFRONTAR NUEVOS ESCENARIOS
b) “ESCUCHAMOS CUMBIA PERO TAMBIEN BAILAMOS EL PIN PIN”
c) “CREIAMOS QUE SOLO EL ESTADO TIENE DERECHOS”
d) FOTOS DEL II ENCUENTRO DE PUEBLOS ORIGINARIOS

DESCANSO. Un momento de distensión durante las jornadas del 23 al 26 de enero. (Pablo Badano / Indymedia)

“En principio voy a saludar a la manera que hace nuestra gente mapuche: mari mari pu peñi, mari mari pu lamuen, mari mari kom pu che. Un saludo cordial, un saludo para los peñi, hermanos, hermanas, un saludo para la gente de la tierra, la gente guaraní, la gente indígena en todas las partes del continente. Yo soy Cacho Jesús Valenzuela, de apellido paterno Valenzuela, de apellido materno Loncón”
, se presentó. “Nos encontramos en esta hermosa oportunidad en este lugar del país compartiendo junto con otros 12 peñis que vinieron de nuestra organización a un espacio de formación, para encontrarnos con otras etnias, con otros hermanos del norte del país, para conocernos, para comprendernos, para entender un poco la realidad del mundo en que vivimos y pensar juntos qué podemos hacer en esta reconstrucción de los pueblos indígenas que existimos en todo el continente”.

– Una de las necesidades que surgieron de las charlas fue la de tener mayor comunicación entre pueblos. Hay muchas organizaciones y experiencias en distintos lugares del país pero son pocos los encuentros para poder conocerse. ¿Qué balance hacés de este encuentro teniendo en cuenta esta falencia?

CV: En principio me parece destacar que la gente que nos encontramos somos todos pertenecientes a grupos organizados en lucha, y en ese sentido – ya que estamos en este lugar – , me parece importante destacar primero la realidad en la que se realizó el encuentro. La realidad de la gente de El Tabacal, donde la situación que han vivido y que siguen viviendo frente a una multinacional como es el Ingenio a cargo de una corporación llamada Seabord, ha generado un esquema, un modelo de relaciones en esta sociedad bastante perversa, a tal punto de que a nuestros hermanos les han quitado concretamente las tierras, los han despojado.

Pero además de eso hay una complicidad tan terrorífica que tiene que ver con las acciones del Estado, del Gobierno municipal, de las fuerzas policiales, de todas las fuerzas que operan desde el Estado en función de esta empresa. Esto es gravísimo por todas las cosas que hemos escuchado en esta realidad; la persecusión que viven los jóvenes – ayer nomás me contaba una señora de un pibe que fue acusado de un robo erróneamente; está preso y no hay forma de que pueda acceder a algo de Justicia. Hay un montón de situaciones que los hermanos aquí están viviendo y que tiene que ver con esta complicidad que se vive como una forma de aplastar, de aplacar, de... bueno, lo que han hecho siempre: hacernos creer al resto de la sociedad que los pueblos indígenas no existimos.

Y en ese marco, de esa realidad, es importante destacar la fuerza para luchar que está tomando la gente en todos lados. En este encuentro nos hemos encontrado con experiencias muy distintas por las realidades distintas que se viven pero hay muchísimos elementos en común. Decir que aquí la lucha es contra una corporación como el Ingenio Tabacal, relacionado con lo que vivimos nosotros, por ejemplo ante la presencia de multinacionales mineras [como la canadiense Aquiline, en Ing. Jacobacci] cuando nosotros generalmente veníamos peleando el problema de los territorios contra los terratenientes que se habían apropiado en los años 60' / 70' de los campos de nuestra gente.

Hoy podemos entender mejor a partir de que nosotros también estamos sintiendo las presiones de estas multinacionales que empiezan a desparramarse por todo el país. En ese sentido, la lucha de los pueblos originarios empieza a plantearse ya no sólo como lucha como etnias por separado, sino la necesidad de unificarnos en un pensamiento en común, la necesidad de encontrarnos para conocer cómo son nuestras luchas y ver de qué manera podemos actuar de forma conjunta. El Encuentro es un ejemplo de eso, porque hemos manifestado públicamente frente a toda la sociedad en Yrigoyen y en el resto del país que se puede puede hacer un encuentro, que de hecho se hizo durante 4 días, y mostrar que desde este Encuentro podemos levantar nuestra condición de pueblos indígenas en lucha, cuando por otro lado se está negando la existencia de nuestra gente.

CAMPING LA LOMA. De mismo nombre que el paraje reivindicado por la comunidad El Tabacal. (Pablo Badano / Indymedia)

Creo que particulamente para la gente de El Tabacal también va a ser importante, porque ellos también participan de otras luchas más puntuales, locales, donde hay otra gente, y bueno, que la gente empiece a rescatar la existencia... porque uno llega acá y lo primero que encontramos es que son todos guaraníes, los rostros los delatan, la forma de vivir, entonces es como que se ha impuesto un modelo de sociedad, una forma de vivir que intenta negar esta existencia. Pero la gente acá ha demostrado que no es así. Y lo que hacemos en todo caso en este Encuentro es fortalecer esta identidad que estamos buscando como pueblos originarios, y para eso seguramente se están produciendo este tipo de encuentros, que no es el único.

Nosotros recordamos que la semana pasada concluyó un gran Trawun de las distintas organizaciones mapuche que se realizó en Chile, en Gulumapu, y allí se convocó a todas las organizaciones mapuche de Chile y Argentina. Esto es una muestra de que las organizaciones, que de alguna forma nacemos de forma separada, empezamos a sentir la necesidad de unificarnos en algo, porque entendemos que hay un enemigo común en todos lados, y este enemigo en común tiene que ver con justamente con esta nueva realidad. Una nueva realidad donde los Estados empiezan a cumplir un rol no muy diferente a lo que venían cumpliendo, pero sí un ajuste en función de defender los intereses de las grandes corporaciones. Y esto es lo que está pasando por todos lados, y esto es lo que estamos observando y viendo y hemos analizado en este encuentro de formación.

– En la gestión de Kirchner hubo algunas novedades, como la ley contra los desalojos, el Consejo de Participación Indígena, etc. ¿Cuál es la posición del CAI respecto a la política indígena del Gobierno?

CV: Nosotros entendemos que el hecho de que hayan surgido nuevas herramientas legales como ha sido la Ley de Emergencia [de la Propiedad Comunitaria Indígena] y otras que están orientadas supuestamente para reconocer nuestros derechos, en realidad tienen que ver con la presión que están ejerciendo nuestros pueblos. Es decir, es el resultado de las luchas que se han iniciado, más que nada eso. Y por el otro lado, un intento falso de los gobiernos – manipulados seguramente por el Banco Mundial y por otros intereses mayores que son los que realmente están interesados en apropiarse de nuestra naturaleza, de nuestros territorios. En la provincia de Río Negro el Estado tiene la política no precisamente de apoyar ni de reconocer precisamente eso. El Estado ha definido una política vinculada directamente a los territorios.

En Río Negro existen 4 o 5 millones de hectáreas que el Estado considera fiscales – la mayoría de esas tierras están ocupadas por nuestros peñis, por nuestra gente. Han lanzado un plan para regularizar las tierras fiscales, como ellos le llaman, como una forma de convencer a nuestra gente de que ellos tienen que reconocerse como fiscaleros y que a partir de eso el Estado les daría los títulos de propiedad. Esto es todo falso, no es más que legalizar el despojo que ya se hizo mas el despojo que vendría ahora, a partir de que los títulos solamente quedan reducidos a la cantidad de tierras que hoy ocupa. Por ejemplo, si un productor ocupa 500 has se le da el título por 500 has, y nosotros sabemos que el título no le resuelve nada a la gente, al contrario, la gente queda reducida en un espacio muy chiquito donde no puede producir en buenas condiciones, por lo tanto no puede desarrollarse dignamente, y mucho menos pensar en que sus próximas generaciones – los hijos y los hijos de los hijos – puedan vivir de eso. Nosotros hemos salido a rechazar este plan del Estado en la provincia de Río Negro, lo hemos denunciado públicamente, lo hemos denunciado ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como negación de los derechos que nos corresponden.

EXPOSICIÓN. Ramón Miranda de la comunidad de Río Blanco Banda Sur relata su caso. (Ruben Ifran / Latido Americano)

Nosotros si bien hemos avanzado en algunas instancias jurídicas en varios casos que son conocidos en el país, y han habido fallos favorables a nuestra gente, en esos mismos reconocimientos que judicialmente se han conseguido, el Gobierno como Estado en el aspecto administrativo niega ese reconocimiento. No quiere reconocer la ocupación como comunidades indígenas, no quiere reconocer el carácter de territorio indígena, y pretende una vez más seguir incorporando el reconocimiento como tierras fiscales, como fiscaleros. Claro, ellos mismos lo dicen: si nosotros hacemos un reconocimiento de territorio a una comunidad vamos a perder las 4/5 millones de hectáreas que tenemos. Y sí, más que perderlas las tienen que devolver, que es distinto.

Así que tenemos un gran desafío: la posibilidad de que la organización de la gente sea cada vez más fuerte; la necesidad de que ésto se dé a futuro y para eso estamos trabajando, y conseguir también no por voluntad de Gobierno sino por la presión que podamos ejercer que esos reconocimientos se hagan efectivamente.

En abril seguramente va a haber un encuentro de organizaciones indígenas convocadas por la agencias de la OIT de Ginebra en la provincia de Río Negro, para discutir la denuncia que nosotros hemos hecho contra la provincia de Río Negro justamente por este tema. Y seguramente esto mismo está sucediendo en todos lados. Lo hemos visto acá, la gente nos ha dicho abiertamente acá el intendente, el gobernador, los funcionarios, todos expresan la negación de la existencia de los pobladores guaraníes, que existen acá, están en los barrios como están en nuestros barrios nuestra gente y en nuestras ciudades, eso es innegable.

El punto es que lo que estamos necesitando y por eso estamos trabajando todos es conseguir que nuestra gente despierte, que empiece a autoreconocerse y a partir de eso reconocerse como parte de un pueblo distinto, diferente, con una visión distinta del mundo, con una visión distinta de lo que el Estado dice son los recursos naturales – no son los recursos naturales, para nosotros la naturaleza es parte de nuestra vida –, y hay una forma una manera distinta de relacionarse con ese mundo, que no es la relación que establece este sistema, este modelo de sociedad donde estamos viviendo, donde todo se compra y se vende, todo tiene un precio. Y bueno, contra eso tenemos que luchar y seguramente construir juntos con todos los pueblos originarios una forma diferente también de concebir una propuesta para toda la sociedad.

Si bien esto es muy complejo, es muy claro entender que lo central en toda esta pelea es justamente los territorios, las tierras como dice el Estado. Porque en los territorios están las mayores riquezas por las cuales se está peleando, está la posibilidad de conservar un mundo diferente, una naturaleza limpia, sana, no contaminada, y bueno, para que eso se dé tenemos que pelear contra estas grandes multinacionales. Aquí el Ingenio está destrozando prácticamente todos los recursos que hay, el agua fundamentalmente, y esto también es un elemento común en todas partes. La puesta en funcionamiento de una minería a cielo abierto si algo pone en peligro es justamente la existencia del agua que nosotros necesitamos para vivir en los pueblos. Y nosotros como organización tenemos una posición muy firme en la provincia, buscamos la manera de que otras organizaciones hermanas puedan entender también esto.

Hay organizaciones que trabajan fuertemente con respecto a la identidad, a todas las cuestiones cuturales, pero por ahí están un poco no muy claros con respecto a la lucha por la tierra. Pero bueno, en ese camino se está, nos estamos encontrando en todos lados, hay mucha gente que no es parte de los pueblos originarios y piensa de alguna manera de la misma forma, piensa que a la naturaleza hay que cuidarla de tal manera, piensa que hay que vivir de otra forma, que se puede, y bueno, nos empezamos a sumar, empezamos a sumar fuerza, ¿no?

TALLERES. Uno de los debates que se dieron durante el Encuentro. (Pilma Liempe / CAI)

Para nosotros encontrarnos aquí, con una realidad diferente en algunas cosas pero muy similares en un montón de cosas, nos hace nuevamente repensar nuestra posición también desde donde estamos. Ahora ya tenemos mucho más claro que no somos una etnia separada, que el pueblo mapuche tiene mucho para hacer y para terminar de organizarse, pero que hay otros pueblos originarios que también existen y que están en lucha y que necesitamos reconstruir esa necesidad de pueblos originarios. Eso ya está en marcha, se está manifestando por todos lados, hay muchísimas expresiones por todo el continente con respecto a esto, y seguramente ahora a nuestro regreso nos vamos a encontrar con los resultados de aquel Trawun en Gulumapu de nuestros hermanos mapuche, alrededor de 1500 hermanos que se han convocado allí para conversar acerca de todo esto.

– ¿Hace cuánto que el CAI comenzó a moverse a nivel nacional para vincularse con organizaciones de otros pueblos originarios? En general las comunidades y organizaciones de base tienen una lucha más bien local o regional y son pocas las que tienen una política de vincularse con otros sectores o con pueblos originarios de otros lados. En este caso ustedes inclusive llegan al punto de co-organizar una actividad en la provincia de Salta, en un territorio que no es el propio. ¿Esto viene desde un comienzo, viene de los últimos años...?

CV: En realidad no. Nosotros como CAI siempre estuvimos buscando e intentando articularnos, encontrarnos, hemos enviado compañeros a distintas partes para ir viendo qué está pasando en otros lados. Pero en esta última etapa en realidad nosotros tenemos una necesidad de que eso se dé, porque el avance que hemos tenido nos ha llevado a una instancia tal de que... bueno, imaginemos esto: a los inicios, nuestras primeras luchas locales tenían que ver con una confrontación con los comerciantes, con los intermediarios que eran los que actuaban localmente contra los derechos de la gente, ¿no? Y a medida que fuimos avanzando fuimos encontrándonos con los reales enemigos. En este camino que hicimos nos topamos con una confrontación abierta con el Estado, abiertamente contra el Gobierno de la provincia de Río Negro.

Esto nos ha llevado a pensar que ya no es salir a encontrarnos para ver qué están haciendo, sino salir a encontrarnos con los que están luchando para entender juntos esa situación, sumar fuerza y poder encontrar un camino común para trabajar nuestra lucha contra los gobiernos. Y más allá de la confrontación con el Estado, tenemos también una clara visión respecto de los intereses detrás del Estado. Entonces la experiencia es la que nos va llevando a analizarnos un poco cómo estamos y a plantearnos una nueva necesidad. Ya no es una simple articulación sino la construcción de organizaciones hermanadas caminando con un mismo pensamiento. De esta manera entendemos que vamos a poder empezar a trabajar para comenzar a ayudarnos mutuamente.

Uno llega acá y se encuentra con una comunidad como el Tabacal, con mucha fuerza pero más solos, porque imaginemos que se tiene que encontrar con una multinacional como es el Ingenio azucarero aquí, que aparece así como con mucha fuerza. Porque la cantidad de dinero que manejan para comprar voluntades y aplacar a la gente es impresionante. Entonces uno parado acá y ver eso ahí parece como un imposible, ¿no? Y bueno, nosotros nos hemos visto en este encuentro fortalecidos de alguna manera. Y comentábamos con algunos peñi, si estuviéramos todos aquí viviendo con este nivel de conciencia que tenemos tendríamos la fuerza suficiente para recuperar La Loma desde un trabajo organizado con mucha gente. Y con expresiones de todas partes del país.

Entonces esto es lo que estamos intentando construir, esto es lo que estamos intentado que se dé, pero el trabajo va a ser lento y nosotros pensamos que el trabajo tiene que ser de formación. Necesitamos que la gente tome conciencia del problema que tiene, que lo entienda, que lo comprenda, y que también comprenda cuál es la fuerza que necesita para salir mejor parada frente a esto. No es una simple lucha por la tierra, sólo por un espacio; es la lucha por recuperar una identidad, que después se tiene que transferir al resto de los hermanos que están alrededor, que son muchos... Entonces es un trabajo lento, despacio, pero seguramente la gente de aquí habrá podido expresar bastante lo que les ha pasado a ellos con este Encuentro. Estudiar, comprender, concientizarnos, y pensar propuestas concretas de cómo avanzar desde un espacio común para luchar por lo mismo.

DOMINIO. El poder de la Seabord Corporation aparece como con mucha fuerza. (Pilma Liempe / CAI)

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