Cuando en Cerro Alto se enteraron de que la empresa china Envision Energy iba a instalar un parque eólico, lo primero que preguntaron las familias mapuche y criollas fue si la electricidad generada iría a sus hogares. En esa zona rural de Río Negro, cercana a Bariloche, el acceso a la energía es escaso y caro. Muchos de sus habitantes fueron desplazados por la construcción de hidroeléctricas del río Limay y ven desde sus casas las torres de alta tensión y gasoductos que llevan energía a otra parte. El crecimiento de la generación a través de fuentes renovables repensó las lógicas de la producción y distribución de la energía, y de este modo sigue siendo más un modelo de exclusión que una herramienta de democratización.
En la primera ronda del Plan RenovAr, realizada en 2016, fue adjudicado el proyecto eólico Cerro Alto (Río Negro) a la empresa china Envision Energy. Ubicado en las cercanías de Pilcaniyeu, 60 kilómetros al este de Bariloche, contemplaba instalar 28 aerogeneradores dentro de la Estancia Futa Mahuida, incluído el cerro Alto, que da nombre al paraje y tiene una relevancia particular para el mundo mapuche, en este caso, la comunidad Wefu Wechu. La central, que sería emplazada en 1.600 hectáreas, tendría una potencia instalada de 50 MW, e inyectaría toda su producción al Sistema Argentino de Interconexión (SADI). Las 150 familias de la zona, que viven distribuidas en los parajes Cerro Alto, Coquelen, Corralito, Melico y Panquehuau, históricamente han tenido un acceso deficitario a la energía. El uso más habitual es a través de la leña y garrafas de gas, muchas de las familias tienen grupos electrógenos y otras directamente no cuentan con electricidad.
El Estudio de Impacto Ambiental del proyecto fue aprobado en 2011, un proceso en el que no fue contemplada la población del lugar. Según cuenta Luis Pilquimán, werkén (vocero) del Lof Wefu Wechu, recién en 2017 supieron del parque eólico. “Nos enteramos del proyecto de manera indirecta y casi casual en una reunión con el gobierno provincial. Ellos lo presentaron como un logro, pero la gente lo primero que preguntó fue si iba a quedar algo de electricidad para la población rural. Nos enteramos por absoluta casualidad”. Ante esto, la comunidad le exigió al gobierno provincial llevar adelante un proceso de consulta y la realización de un informe de impacto cultural, así como también abrió un camino de diálogo con la empresa Envision Energy y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en tanto co-financiador del proyecto.
En la zona hay una memoria reciente de los procesos de despojo que significaron otros emprendimientos energéticos. El paraje Cerro Alto se encuentra a 30 km de Alicurá y a 80 km de Piedra del Águila, que son dos de las cinco centrales hidroeléctricas levantadas sobre el río Limay, las cuales generan el 41% de la hidroelectricidad del país. La construcción de las represas se inició a fines de la década de 1970 y culminó a comienzos de la década de 1990. El embalse de Piedra del Águila dejó bajo el agua 281.647 hectáreas y afectó el territorio de dos comunidades, en el caso de la Reserva Indígena Pilcaniyeu del Limay fueron relocalizadas 125 personas. La obra también impactó sobre diversas actividades productivas y culturales, que en su momento no fueron consideradas por la empresa estatal Hidronor (Balazote y Radovich, 2003).
Asociada a las centrales se construyó en 1986 la línea de Alta Tensión Alicura – Pilcaniyeu – Bariloche y el mismo año que fue inaugurado el gasoducto Cordillerano que une Plaza Huincul con las ciudades de San Martín de los Andes y Bariloche. Las líneas de tensión y el gasoducto cruzan el territorio donde se proyectó el parque Cerro Alto y son parte del paisaje. “Muchas de las familias que se ven afectadas por el parque eólico ahora, fueron desplazadas por la construcción de represas en el Limay. Y lo que vemos es que ninguna de estas represas generan energía para la población del lugar, solo nos afecta, destruye nuestros campos y beneficios no hay ninguno. Pero esto pasó hace décadas atrás, ahora hay un posicionamiento de la gente, de las comunidades organizadas, distintas a ese tiempo”, sostiene Pilquimán.
El informe cultural elaborado por un equipo de la Universidad Nacional de Río Negro, detalla posibles impactos que generaría el proyecto eólico, como la modificación de formas de vida y productivas para las personas de la zona, el riesgo de modificar elementos culturales del lugar como sitios arqueológicos y ceremoniales (es el caso del cerro Alto), además de la falta de información respecto de los ruidos y sombras que generaría el proyecto una vez en operación. “Estos megaproyectos parecen siempre generar conflictos sociales. No en todos los casos por el proyecto en sí, sino porque, en su implementación, se desconocen derechos civiles y sociales de las poblaciones próximas a los emprendimientos”, afirmó la comunidad en un comunicado. “Entendemos que la energía eólica es de las menos contaminantes, pero aún así tienen un grado de contaminación. Entonces nosotros apuntamos a procesos de organización para que generen espacios de debates y análisis de estos emprendimientos”, agrega Pilquimán.
El consentimiento previo, libre e informado, es un derecho conquistado por los pueblos indígenas por su preexistencia a la formación del Estado argentino, y rige en el país desde 2001, un año después de la ratificación del Convenio 169 de la OIT. Su efectivización, sin embargo, rara vez ocurre, multiplicándose por esto los reclamos, las represiones y desalojos en territorios reivindicados por comunidades indígenas. En este caso no fue así. En abril de 2018 la Provincia, junto al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), convocó a una mesa de diálogo en el que participó la comunidad, representantes de los distintos parajes, de la empresa y el Estado. En esa instancia la comunidad sostuvo que “la Consulta, no es una negativa a un proyecto sino el ejercicio del derecho a conocer, entender y analizar la iniciativa para poder evaluar sus impactos, tanto negativos como positivos, sobre la vida de la comunidad y los pobladores de los parajes afectados. Es el Estado quien debe garantizar este derecho que, en este caso, estamos ejerciendo”.
Sin embargo en octubre de 2018 Envision Energy suspendió el proyecto y lo trasladó a la provincia de Neuquén. Tras la suspensión, el periodista Claudio Andrade, del diario Clarín, publicó un artículo titulado “Tensión en el sur. Por un conflicto mapuche, se frena una inversión energética en Río Negro”, en el que sostiene, a partir de fuentes no citadas, que la empresa habría tomado esa decisión por manejos extorsivos de la comunidad y el alto costo que tendría bajar una línea de tensión para el sector. Pilquimán rechaza esa versión, explica que esa nota fue publicada en un contexto político de estigmatización con el Pueblo Mapuche, en el cual Andrade fue un operador destacado, y asegura que “no tiene absolutamente nada que ver con la realidad de lo que pasó”. “Creemos que la empresa se fue por el ajuste económico que tenía el país. Lo hemos hablado con representantes de la provincia, porque ellos tampoco saben por qué se fueron. Nosotros nunca hablamos de ningún tipo de monto o compensación, a ese punto no llegamos”, señala el hoy Vicepresidente del INAI.
Los Meandros
El proyecto P. E. Cerro Alto fue absorbido por el Parque Eólico Los Meandros, emplazado en Challacó (Neuquén). Con la fusión, el parque neuquino fue ampliado de 75 MW a 125 MW, de prosperar, se convertiría en la central de mayor potencia instalada proyectada en la provincia y una de las más grandes del país, con una inversión estimada en 180 millones de dólares. A mediados de febrero de 2019 se iniciaron las obras, en aquella oportunidad la compañía china aseguró que la puesta en marcha sería en febrero de 2020, pero eso no sucedió. Envision Energy en la primera edición del plan RenovAr ingresó cuatro proyectos (P.E. García del Río, P.E. Vientos del Secano, P.E. Cerro Alto y P.E. Los Meandros), que totalizaron 185 MW, más del 26 % de la potencia adjudicada en esa ronda. A cuatro años de la licitación solo está en funcionamiento el P.E. García del Río, de 10 MW.
En el inicio de la obra en Los Meandros el representante de Envision Energy en Argentina, Javier Vázquez, aseguró “que la empresa es una de las más importantes del mundo, con la generación de 14 mil MW instalados en parques eólicos en distintos países” y destacó el impacto que el proyecto tendría en la economía local: 250 empleos en el momento de mayor actividad (la obra civil), que se reducirían a 20 tras la puesta a en marcha. Vázquez afirmó también que trabajarían con el polo tecnológico que depende de los municipios de Plaza Huincul y Cutral Co y adelantó la posibilidad de conformar un cluster de empresas de servicios durante la construcción y operación. Paradójicamente, pocos meses después, en la inauguración del Parque Eólico García del Río, la prensa destacó como un logro de las relaciones diplomáticas chino argentinas que la central era el resultado de inversión y tecnología 100 % china, es decir, cero desarrollo tecnológico local.
En el acto de inicio de la construcción de Los Meandros, Jorge Brillo, presidente de la Agencia de Desarrollo de Inversiones del Neuquén, subrayó que proyectos como ese “tienen beneficios promocionales en ingresos brutos, sellos e impuestos inmobiliario, y uso de suelos en tierras fiscales o privadas autorizadas por distintas áreas del gobierno, ya habilitadas ambientalmente”. Es decir, el camino allanado. Sin embargo, a pesar de las ventajas promocionales, en junio de 2019 trabajadores de las empresas Enginer y Milicic, a cargo de la obra civil, cortaron la ruta nacional 22 en Plaza Huincul, en protesta por el despido de 150 obreros tras la paralización del proyecto. Por entonces el periodista Federico Aringoli, del diario Río Negro, deslizó algunos elementos en relación a esa paralización: “Los técnicos provinciales se mostraron sorprendidos después de cada licitación nacional por los bajos precios ofertados. Algo no les cerraba. Los Meandros licitado por el gigante chino Envision no fue la excepción. Adjudicó con uno de los valores más bajos. Los análisis fueron muchos: costos subvalorados, especulación inmobiliaria y financiamiento externo barato, entre otros. La mirada no era tan equívoca porque el proyecto nunca pudo cumplir los plazos establecidos. Consiguió algo de tiempo extra al absorber un parque espejo de Río Negro y con consideraciones de Nación. El nuevo parate vuelve a oscurecer el plan”.
Tanto Envision Energy como el gobierno provincial aseguraron a mediados de 2019 que se trataba de una medida temporaria por un problema de financiamiento derivado de la ampliación de Los Meandros. A fines de noviembre cuando la empresa inauguró el parque eólico García del Río, a 40 km de Bahía Blanca, representantes de la firma anticiparon que en 2020 sería puesto en marcha el P. E. Vientos del Secano, emplazado también en el sur de la provincia de Buenos Aires. En relación a Los Meandros no arriesgaron fecha.
Desde hace un año las obras están paralizadas. Según Río Negro, en el tiempo transcurrido la provincia de Neuquén se encargó de resolver ‘otros inconvenientes’ que podían obstaculizar el desarrollo del proyecto. En el predio ocupado por Los Meandros tenía permisos de cateo una empresa minera norteamericana, que le fueron rescindidos, y lo mismo sucedió una petrolera, lo que deja a las claras que cuando hay voluntad política se le pueden poner límites al extractivismo. “En paralelo”, destaca el periódico, “al igual que en Río Negro, apareció un ocupante del área, pero el inconveniente fue resuelto de inmediato”, aunque no detalla cómo. Implícitamente, y de manera extensiva, el diario más leído de la norpatagonia pone en duda los derechos territoriales de las comunidades mapuche y de ocupación de pobladores, fortaleciendo el estigma de que quienes reclaman, “aparecen” para obtener beneficios.
Las eólicas en un modelo excluyente
A más de 200 km de Cerro Alto, el parque eólico Vientos Neuquinos, inaugurado recientemente, implicó una importante inyección de electricidad a partir de recursos renovables. Sin embargo en su proceso de construcción se negó y criminalizó el reclamo de la familia Cárdenas Rañileo, que a pesar de no tener título de propiedad demostró que se estableció hace más de un siglo en el predio donde fue emplazado ese parque. En ese caso, como en el de Cerro Alto, se unen elementos como la negación de derechos y la falta de acceso que transforma a las y los habitantes de los sitios donde se genera la energía como personas de segunda categoría. Así, proyectos que podrían generar energías más limpias – como la eólica – que son urgentes y necesarios tanto en Argentina como el resto del mundo, terminan operando con la misma lógica que se hace en los sitios de extracción de hidrocarburos.
Los antropólogos Alejandro Balazote y Juan Carlos Radovich cuentan que la construcción de las represas sobre el río Limay, además de inundaciones y desplazamientos, alteraron profundamente las formas de vida en esos lugares. Las promesas de empleo iniciales se deshicieron para dar paso a un alza del costo de vida, de los alquileres, a la modificación de los caminos (las formas de transitar el territorio) y las prácticas productivas. Una vez en operación, la masa de trabajadores migró y la ocupación que quedó fue mínima. Así como llegó la inversión, se fue: la desinversión fue la otra cara de la moneda. El boom de Vaca Muerta, en ciudades como Añelo, vive ciclos similares. La generación de energías renovables en el país aún no tiene una escala importante, es imperioso que en su desarrollo sean repensadas esas lógicas, y sobre todo, se incluya a la población local, para que participe de los beneficios y no solo de los impactos negativos. Pensar la energía para mejorar, a través de el acceso, la calidad de vida de la población; de no ser así, las renovables serán parte del problema y no de la solución.
Fuentes consultadas:
Aringoli, F. “El sueño renovable entre la expectativa y la realidad”, en Río Negro, 3/06/2019.
Balazote, A., & Radovich, J. C. (2003). Grandes represas hidroeléctricas: efectos sociales sobre poblaciones Mapuches en la Región del Comahue, Argentina. Hidrelétricas e Povos Indígenas. Florianópolis: Letras Contemporâneas, 85-109.
Del Pozzi, M. “Neuquén quiere acelerar su segundo parque eólico”, en Río Negro, 14/06/2020.
Energía Estratégica, 15/02/2019, “Envision inicia las obras del parque eólico «Los Meandros» en Neuquén: se inauguraría en febrero de 2020”.
Kropff, L. (coord.) (2019). Informe de Impacto Cultural del Proyecto “Parque Eólico Cerro Alto”. Universidad Nacional de Río Negro.
Río Negro, 3/06/2019. “Nueva demora en el parque eólico Los Meandros puso en alerta a los trabajadores”.
Singh, N. “Envision inauguró el primer parque eólico en Argentina que cuenta con 100% de inversión y tecnología proveniente de China”, en Energía Estratégica, 27/11/2019
Fuente: https://opsur.org.ar/2020/07/14/proyecto-eolico-cerro-alto-otro-paso-en-falso-con-las-renovables/